Beahavá Ubeemuná
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Parashat Itró     19 de Shvat 5765     No 497


"Un reino de sacerdotes y una nación santa"
Rav Azriel Ariel

Aún antes de ser entregada la Torá a Am Israel, todavía antes de ser pormenorizadas las Aseret HaDivrot (Los Diez Mandamientos), D's envía a Moshé "del monte al pueblo" para presentarles la orientación general de la Torá, que le confiere su principal sentido. "Y vosotros Me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa" (Shmot 19:6). No un conjunto de particulares que observan las leyes de la Torá juntos, sino que una nación y un reino, un pueblo y un estado. Tampoco serán un grupo que cumple la Torá para sí mismos, sino que para toda la humanidad.
"Y de esa forma serán un pueblo singular, porque seréis 'un reino de sacerdotes', para explicar y enseñar a toda la humanidad a declamar el Nombre de D's y rendirle culto juntos, como fue dicho: 'Y vosotros seréis llamados sacerdotes de D's' (Ishaya 61:6). Y como fue dicho: 'Porque de Tzión saldrá la Torá' (Mija 4:2)" (comentario de Sforno).
El mundo es capaz de soportar nuestra existencia como particulares que rinden culto a D's. Durante los muchos años de nuestra galut (exilio) el mundo se contentó - ya sea el mundo cristiano como musulmán - en mantenernos como un grupo humillado de judíos-individuales que profesan una religión ajena, que vive subyugado bajo su gobierno y depende de su misericordia. Pero le es difícil reconocer que somos un pueblo y un reino que lleva grabado el Nombre de D's en su existencia nacional, y por demás tiene una meta universal.
Según la tradición de nuestros sabios que nos llega a través de Rabí Akiva (Shabat 87A), esa expresión - "y ustedes Me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa" - le fue dicha a Am Israel el día Lunes de la semana. Ese es el día en el que fueron separadas las aguas superiores de las aguas inferiores en la creación del mundo. Ese es el día en que fueron creados la divergencia y el odio. Ese es el día en que fue creado también el gueinom (infierno). Las leyes de la misión y el destino descendieron unidas al mundo. "Har Sinai" (Monte de Sinai) - en el que recibimos las leyes de nuestra misión, es el lugar en el que recibimos el destino nacional - ser un pueblo que sufre del odio por parte de las naciones del mundo. Ese monte así se llama porque "allí descendió el odio de las naciones [en hebreo, odio es siná. N. del T.]" (Shabat 89A). El día en que recibimos nuestra misión, nos fue dictaminado ser un pueblo luchador, que se encuentra en un conflicto eterno con el mundo, no sólo por intereses y problemas particulares, sino que por su existencia en sí. Por ello, no tuvieron éxito todos los intentos de hacer desaparecer el antisemitismo del mundo. Y también los que pensaron que el día en que seamos un "pueblo normal" que habita en su tierra "como todos los pueblos" y viva su vida según las normas acostumbradas en Europa y EE.UU., desaparecerá el antisemitismo del mundo - descubrieron para su sorpresa que a lo sumo lograron convertir el "antisemitismo" en "antisionismo", pero no lo hicieron desaparecer del mundo.
Podemos ponernos a llorar por nuestro amargo destino, porque estamos destinados a sufrir el odio de los demás pueblos, que constituye un problema insoluble. Pero también podemos verlo como un reto. Si durante los miles de años de la historia sufrimos por nuestro judaísmo, eso es una señal del profundo significado que se esconde en él. Si ya hace más de cien años nuestra sangre es vertida por nuestra tierra y nuestro estado - y después de todos los intentos de terminar con esa contienda aún no vemos su final - es una señal que un importante papel les depara el futuro: "Así dice el D's, el Eterno, el que creó los cielos y los extendió, el que extendió la tierra con todo cuanto hay en ella, el que dio aliento a la gente que sobre ella vive, y espíritu a los que caminan por ella; Yo, el Eterno, te he llamado en justicia, y tendré asida tu mano, y te guardaré y te pondré como el pueblo de Mi pacto, por luz de las naciones" (Ishaya 42:5-6). El episodio de Har Sinai nos exhibió el significado de nuestra existencia, la razón del sufrimiento continuo a través de todas las generaciones. Debemos ser "una nación santa" - para con D's, nuestro Señor, y de esa forma - también un "reino de sacerdotes" para con toda la humanidad.
Esa elevada visión - es comunitaria y nacional, pero también desciende hasta la profundidad del nivel del particular. No alcanza con ser una "nación santa" a nivel público, abandonando la vida del particular en manos de la impureza y la maldad. El reinado, la estatificación, está compuesta por ciudadanos particulares, que cada uno es exigido permanecer en un nivel moral y espiritual alto semejante al Cohen (sacerdote) en su nivel particular, cuando la unión de todos en una alianza única los transforma en un "reino de sacerdotes". Sólo de esa forma se puede formar una "nación santa".
Eso no sólo señala la misión y la meta a las que aspiramos, sino que también el destino nacional. En relación a esa afinidad habla Baal HaTurim, cuando acota que la palabra "reino" figura en todo el Tanaj (La Biblia) sólo cuatro veces. Una vez, aquí - "un reino de sacerdotes", y las otras tres restantes, en relación al reino desde el punto de vista político: "Al principio del reino de Iehoiakim" (Irmya 27:1), y también "el reino de Sijón, rey de los emoritas" (Bamidvar 32:33) y "reino de Og, rey del Bashan" (Ídem.). Y concluye que "recibieron el reinado para ser 'un reino de sacerdotes', y les fue entregado el reinado de los gentiles". También la conjunción "y una nación" figura en el Tanaj sólo cuatro veces: Una de ellas - aquí, "y una nación santa", y las restantes - "y una gran nación despertará de los confines de la tierra" (Irmya 6:22), en la profecía de la destrucción de Irmya, dos veces. Y también "y una nación que no te ha conocido correrá a ti" (Ishaya 55:5), en la profecía de consuelo de Ishaya. Y también al respecto concluye Baal HaTurim: "Si ustedes serán 'una nación santa', entonces 'una nación que no te ha conocido correrá tras ti', y si no, 'una gran nación despertará'".
Que sea la voluntad del Eterno que seamos prontos meritorios de ver nuestro estado, el Estado de Israel, actuando de acuerdo a su gran misión, ser "un reino de sacerdotes y una nación santa".


Rav Shlomó Aviner El movimiento de enlace
Rav Shlomó Aviner

Ese es nuestro movimiento, el movimiento de enlace, un movimiento antiguo y nuevo. Cuantas más personas se enrolen en él, tanta más bendición procurará y será capaz de producir cambios.
Pero hay condiciones para adherirse a nuestro movimiento: Debes estar colmado de fe en Am Israel, estar colmado de amor por Am Israel, y no de desaliento, D's no lo permita, ni tampoco estar encerrado en ti mismo.
Ya hace mucho tiempo que tendríamos que haber fundado ese movimiento, pero temíamos. En vano temimos, ya que todos esperábamos ese movimiento, lo anhelábamos. No sólo nos vinculamos con Gush Katif (los asentamientos judíos de la Franja de Gaza), sino que con todo nuestro pueblo. Gush Katif es un símbolo del todo, el catalizador.
El movimiento de enlace marcha por la carretera que elude los medios de prensa, la política, las manifestaciones, las protestas hirientes, las expresiones amenazantes, como "si-me-será-malo-también-lo-será-para-ti
, elude el "contra" - ya que conectarse es estar "a favor", a favor de la unión de la nación por encima de todo. Conectarse es estar en contra de "vencedores y vencidos", pero es estar a favor de que todos seamos vencedores y nadie sea vencido, estar a favor de ir de puerta en puerta, de corazón en corazón.
Si quieres adherirte a nuestro movimiento, la condición es que brindes parte de tu tiempo y estés dispuesto a encontrarte con otras personas.
Si es así, toma a un amigo, o a tu esposa, y golpea en la puerta de tu vecino (quizás también la puerta del vecino de ya hace veinte años, que aún no conoces), y dile con una sonrisa: "Hola, somos del Movimiento de Enlace. Estamos en una etapa de crisis, de búsqueda, y la política se encuentra en un callejón sin salida. Pensamos que lo mejor para hacer, es unirnos. Hemos venido a escuchar y hablar. Quizás sólo a escuchar, o sólo a hablar, o quizás ambos al mismo tiempo".
Lleva en tu alforja un poco de combustible para la vida que puedas ofrecer: Fe, amor, valor, autenticidad y humildad - para dar, también para recibir. Sobre todo humildad, ya que no lo sabemos todo.
En nuestro movimiento, acostumbramos a decir que estamos muy contentos de estar juntos en nuestra tierra, estamos contentos que tenemos un país y un ejército. Estamos contentos de lo que tenemos, y de esa forma también aspiramos a mucho más: Que el trabajo sea respetado, y no sea entregado a extraños. Que se anhele poseer nuestra tierra, y no se entregue parte de ella a extraños. Que sea un honor ser soldado, y ser un soldado en una unidad combatiente más aún. Aspiramos a una buena educación, con el corazón, con fe, con buenas virtudes. Que las resoluciones de los jurados sean naturales, correctas y auténticas. Que la juventud sea derecha y buena, sin violencia, alcohol, prostitución ni drogas. Que haya seguridad en nuestra tierra, sin rendirse al terrorismo. Que la televisión sea limpia y el arte delicado. Que las familias sean felices, sin mujeres maltratadas o humilladas, matrimonios según la halajá, recatados y fieles. Familias numerosas. Respeto por el shabat, y no entretenimiento, compras y esclavización de los empleados. Una política de asistencia social amplia, gracias a la que la opresión económica de nuestros hermanos desaparezca.
Tantos anhelos!. Cómo lo lograremos?!. Y la respuesta: Todos juntos lo lograremos. Para ello, conversaremos, nos uniremos, lejos de los proyectores de la prensa.
Esa es la regla, "busco a mis hermanos". Nos encontraremos, no para obtener algo, sino que para encontrarnos, porque somos hermanos, y de esa forma lograremos alcanzarlo todo.
 

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
Cel: 972-52-4501467
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