Beahavá Ubeemuná
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Parashat Vaieji     13 de Tevet 5765     No 492

El correcto autocontrol
Rav Itiel Ariel

El Rambá"n (Bereshit 45:27) nos hace notar un punto relativo al comportamiento de Iosef para con su padre Iaacov, lo que nos puede ayudar a entender mejor los últimos momentos en los que se despide de él. Y así dice el Rambá"n:
"En mi opinión, según la interpretación sencilla, nunca le fue dicho a Iaacov hasta el fin de sus días que los hermanos vendieron a Iosef. Él pensaba que Iosef se extravió en el campo, y los que lo encontraron lo tomaron prisionero y lo vendieron a Egipto. Porque los hermanos no querían contarle su pecado - temiendo que él se encolerice y los maldiga - y Iosef, fiel a su rectitud moral, tampoco..."
Esa descripción esquemática revela una pequeña parte de la gran fortaleza anímica del tzadik (justo) Iosef. Podemos imaginarnos cuanto deseaban hablar Iaacov y Iosef de lo que realmente los preocupó durante los largos años de separación entre ellos, y de las circunstancias en las que Iosef desapareció tan misteriosamente. Es fácil suponer que el llanto de Iaacov y la duda que carcomía su corazón todos esos años hicieron despertar en él una inmensa curiosidad, un gran anhelo de preguntar a su hijo qué le ocurrió exactamente aquel día en el que se debería haber encontrado con sus hermanos. Y también por parte de Iosef seguramente hubo momentos difíciles en los que se preguntó si quizás de alguna forma Iaacov estuvo involucrado en su venta.

Esa fortaleza anímica, que el Rambá"n la apoda simplemente "rectitud moral", llega a su punto álgido inmediatamente antes y después de la muerte de Iaacov. Justamente en esos momentos críticos - en los que muchas personas sienten la necesidad de "liquidar cuentas" para no dejar tras ellos preguntas o cuestionamientos pendientes - Iosef se cuida de no encontrarse nunca a solas con Iaacov, y toda la relación entre ellos es a través de mensajeros. Sabiendo el tremendo daño que la revelación de la verdad puede llegar a producir a toda la familia, él dominó con una inmensa fortaleza difícil de describir el deseo de hablar y contar, y le dejó retirarse de este mundo a su padre sin que se agriete la muralla del silencio entre ellos.
Por lo visto, el autocontrol de Iosef en lo que respecta a
Shmirat HaLashón (el cuidado de la lengua), y también el autocontrol típico de él en otros campos en los que fue capaz de resistir duras y continuas pruebas, es la clave del liderazgo que es aclarada en extensión en la bendición de Iaacov para con sus hijos. Esa bendición pasa revista - de hijo en hijo - en forma ordenada a las cualidades adecuadas para conducir el pueblo, y las que no lo son. Mientras que el atolondramiento y la ira alejaron a los hijos mayores del liderazgo, la valentía de Iehudá, la astucia de Dan y similares los hicieron erigir un liderazgo correcto en Am Israel.
En la bendición de Iosef, nuestro patriarca Iaacov compara las cualidades externas que caracterizan el correcto liderazgo con la singular fortaleza anímica de Iosef que se reveló en su comportamiento interno, cuando supo dejar de lado su poder y no utilizarlo en la disputa con sus hermanos. En su bendición él es descrito como quien toma el arco con sus manos, y es conciente de su poder mortífero. Pero su autocontrol se expresa en toda su magnificencia justamente siendo capaz de tomar el arco con sus fuertes manos, y no utilizarlo.
De acuerdo a ello el
Netzi"v (Rav Naftali Tzvi Berlín) explica el enigmático versículo, cuando los hermanos le dicen a Iosef después del entierro de Iaacov: "Tu padre mandó, antes de su muerte..." (Bereshit 50:16). No es lógico que ellos le quieran contar a Iosef algo que Iaacov ordenó antes de su muerte, cuando Iosef lo acompañó permanentemente hasta el último momento de su vida. Ellos le quieren hacer saber que de acuerdo a la bendición que su padre le otorgó, seguramente le habría pedido a Iosef que continúe siendo fiel a su noble cualidad y se comporte en forma responsable para con la unión de la nación, si hubiese sabido del episodio de su venta.
Sería correcto que nuestros líderes no confundan ambas formas de comportamiento, utilicen la santidad del autocontrol cuando se trata de problemas internos, y el valeroso quebrantamiento tratándose de problemas externos.

Alimentación sana (segunda parte)
Rav Shlomó Aviner

Alimento sano - Es la segunda regla del Ramba"m. Por supuesto, si alguna vez has comido algo insalubre no has trasgredido una prohibición de la Torá. Pero es correcto comer alimentos sanos; es una mitzva de la Torá. No hay siquiera necesidad de mencionar el consumo del alcohol, pero los tres grandes alimentos perniciosos son: Grasas animales, azúcar y sal. Por ello, disminuye el consumo de alimentos industriales elaborados, que están colmados de esos tres, aparte de otros aditivos como color y gusto artificial, preservativos. Y encima tienen un bajo contenido de fibras, minerales y vitaminas.
Evita las grasas animales. Las grasas animales - llamadas grasas saturadas - generan el colesterol que produce enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos, opresión en el pecho y apoplejía - y constituye la enfermedad más letal en nuestro país y en los demás países desarrollados. Se encuentran en la carne vacuna, en el pescado, aceite, huevos, manteca, quesos grasos, queso duro, crema, crema batida y algunos aceites vegetales como el aceite de coco y de palma. También se encuentran como aditivos en alimentos no elaborados: Fiambre, salchicha, hamburguesa, tortas, galletitas, helados, golosinas, papas fritas, margarina, mayonesa y chocolate. Y la comida frita, es peor aún que el aceite en sí. Come aceites vegetales, aceite de oliva, palta, nueces, semillas de girasol, sésamo, soya, margarina con bajo contenido graso, leche descremada, pescado magro y pollo sin piel. Proteína vegetal: Trigo integral, cereales integrales, arvejas, porotos, nueces. Y todos ellos, por supuesto, en medida.
Evita el azúcar. "No se debe comer los alimentos dañinos para el cuerpo, incluso si son dulces" (Ramba"m, Hiljot Deot 3:2). El cuerpo no puede asimilar cantidades tan grandes de azúcar, el sistema metabólico se desmorona, y además el azúcar es acumulado bajo la forma de grasas. Y también produce caries en los dientes. Ese gran enemigo es como un terrorista, que se encuentra en cualquier lado: Tortas, galletitas, baffles, helados, golosinas, dulces, chocolate, crema de chocolate, bebidas dulces - cuando cada vaso contiene cinco cucharitas de azúcar. Dicho sea de paso, también los refrescos dietéticos con edulcorantes artificiales no son sanos. Bebe agua, y con el tiempo notarás cuán sabrosa es. Mientras tanto, agrega agua a los refrescos en forma gradual. Cuídate también del azúcar marrón, que daña casi en la misma forma, también la miel. Las frutas dulces, por supuesto que son buenas - pero sin exagerar.
Evita la sal. También ella produce daño: Alta presión sanguínea, derrames cerebrales, enfermedades de los vasos sanguíneos y de los riñones. Ese veneno también se encuentra en todos los alimentos procesados industrialmente: Galletas, fideos, sopa en polvo, productos industriales de todo tipo, verduras conservadas, salchichas, salsa de soya, jugo conservado, aceitunas y pepinos conservados en sal, frituras, semillas saladas, sardinas, queso salado, pescado salado. Para confundir a los consumidores, anotan en la envoltura "sodio" en vez de sal. Y hay que saber: 1 gramo de sodio = 2.5 gramos de sal!. En resumen: Se encuentra en casi todo lugar, y le agregan sal cuando lo cocinan, y luego en la mesa. Por lo tanto, esfuérzate por comprar alimentos con bajo contenido de sal, y "no siembres sal sobre las heridas".
Come fibras. Nuestro gran Rav, el Ramba"m, escribió que uno de los factores para conservar la salud es que "la digestión sea liviana" (Hiljot Deot 4:14), es decir, una correcta digestión. Por lo tanto, come fibras - el elemento duro de los alimentos que no es digerido, aumenta el volumen de la comida saciando más rápido y beneficia la correcta digestión. Se encuentran en las frutas, las verduras y las cáscaras. Tampoco comas harina blanca - que no tiene minerales, ni vitaminas, ni fibras y por ello es difícil de digerir, y sacia menos. Come pan integral, arroz integral, cereales integrales.
Come frutas. Contienen fibras que ayudan a la digestión. Pero también su consumo debe ser limitado: Recuerda, azúcar!.

Come abundantes verduras. Sobre todo verduras no cocidas, ensaladas y verduras frescas, o medio cocidas al vapor. Por lo menos dos veces al día. Son ricas en fibras y vitaminas, y tienen un bajo contenido calórico.
Toma agua. Bebe en abundancia, varios litros por día. La falta de agua produce muchas enfermedades, pero la abundancia de agua nunca daña. Bebe incluso cuando no sientas sed. El agua también ayuda en la digestión. Por supuesto, no debes beber alcohol, café, té ni bebidas dulces.
Alimentación equilibrada. Estas son algunas recomendaciones, y el resto debe ser estudiado. Compra un libro que trate de la correcta alimentación, y léelo. No inventes dietas, sino que aconséjate con un dietista profesional, de la sociedad médica. Y efectúa análisis médicos periódicos. El menú debe ser variado, y contener los seis elementos indispensables de la alimentación: Todos los minerales, todas las vitaminas, fibras, carbohidratos, grasas y proteínas. Ni poco, ni en exceso.
Quizás tu digas: "Entonces, viviremos en un monasterio de ascetas!". No. No hemos dicho que se debe hacer una revolución, de un día para el otro, sino que paulatinamente. Reduce gradualmente tu consumo de grasas animales, azúcar y sal. Acostúmbrate a comer frutas y verduras. Y a tus niños, acostumbra a comer correctamente desde su tierna infancia.
En forma gradual, aprenderemos a degustar el maravilloso sabor de los alimentos sencillos que D's creó en Su mundo.

Departamento ibero-americano

Majón Meir abrió sus puertas para alumnos ibero-americanos de habla hispana y portugués, y te invita a tener esta experiencia única de estudiar Torá en su ambiente tan especial en la ciudad de Ierushalaim.
El programa - dirigido por el Rav Rafael Spangenthal - está destinado para jóvenes de diecisiete años en adelante que desean reforzar su identidad judía por medio del estudio de la Torá en un marco agradable, que enfatiza el valor de nuestros lazos con el pueblo, la Torá y la Tierra de Israel.
Para aquellos que lo deseen, existe también en el Majón un ulpán de hebreo bajo la órbita del Ministerio de Educación.
Para más información los invitamos a llamarnos o escribirnos:
Director del Departamento ibero-americano
Rav Rafael Spangenthal
Tel.: 972-8-9285216
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