Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ki Tetze     9 de Elul 5783     1423 


Deberás hacer un barandal
Rav Ziv Rave

 

“Cuando edifiques una casa nueva deberás hacer un barandal para tu techo, para que no pongas sangre sobre tu casa si se cae el caído” (Dvarim 22:8).

Cuando un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá) imparte una idea elevada, Torá interna, uno de los secretos de la Torá, debe cumplir con “deberás hacer un barandal”. Es cierto que él trepó al techo con su comprensión espiritual, pero cuando desea hacer subir alguna otra persona con él debe preocuparse por la baranda, para que no caiga el caído. El enseñado de una idea elevada y profunda necesita mucho cuidado, necesita límites. Un resplandor que es muy superior al recipiente del que lo recibe puede llegar a quebrarlo. Siempre se debe aspirar a trepar alto, pero se debe tomar en cuenta la capacidad de trepado del que escucha, y se debe verificar que hay una baranda, para que lo apoye y lo detenga, para que limite y obstaculice. De otra forma ese techo que podría ser un punto de vista elevado se transformará en un peligro, un desmoronado espiritual y una terrible caída. Por supuesto que es cierta la interpretación “sabios, cuídense de sus palabras” (Avot 1:11) – introduzcan el Zohar en sus palabras (Tzavaat HaRiba”sh), pero la interpretación sencilla continúa siendo válida siempre – cuídense del peligro, presten atención cómo y a quién, y en qué momento.

En nuestra generación hay un gran anhelo de ocuparse de los secretos de la Torá. Por supuesto que es algo positivo vincularse con el aspecto interno, los conceptos profundos, la comprensión de las cosas más genéricas y la vinculación con todos los aspectos de la Torá. Nuestra generación es una generación grande, y el estudio del aspecto esotérico de la Torá es una fase necesaria del camino al regreso de la profecía a la que anhela tanto Am Israel (el Pueblo de Israel). Ese es el resplandor que saca a Am Israel de la galut (el exilio), espiritual y física. El anhelo de una espiritualidad interna es el corregido de las pasiones materiales (Even Shlema, del Gr”a). Pero las condiciones para adquirir los secretos de la Torá que nos indicaron nuestros sabios en todas las generaciones no han cambiado. El trepado al alto techo debe hacerse escalón tras escalón, agotando cada nivel antes de pasar al próximo, y con el acompañamiento de talmidei jajamim. Hay muchos libros que son prólogos a ese aspecto de la Torá, y su estudio es necesario. Los conceptos profundos se van desarrollando en el alma en forma gradual, junto con el elevado de la personalidad en los grados de la moralidad, corregimiento de las virtudes, ocupación de las necesidades del publico y abarcado del aspecto sencillo de la Torá. Cuanto más crece en la persona la piedad y la pureza, la persona es más afín con la pureza de los conceptos elevados que se van revelando en el paseo por el Pardes [campo de árboles frutales, que insinúa los estudios esotéricos]. Sin la preparación adecuada, la persona puede llegar a ser dañada de diferentes formas. Nuestros sabios lo insinuaron cuando nos contaron en cuanto a grandes talmidei jajamim – y no personas sencillas: “Cuatro entraron al Pardes… Ben Azai atisbó y murió. Respecto a él dice el versículo ‘es penosa a los ojos del Eterno la muerte de Sus piadosos’ (Tehilim 116:15). Ben Zoma atisbó y fue dañado, al respecto dice el versículo ‘miel has hallado, come sólo cuanto te baste, no sea que te hartes de ella y la vomites’ (Mishlei 25:16). Uno cortó las raíces. Rabí Akiva salió pleno” (Jaguiga 14B). Una entrada precipitada o cuando la persona todavía no está preparada para ello es como saltar del techo, D’s no lo permita. Toda la personalidad se entrevera, y lo que es provechoso se transforma en dañino. Ese campo exige humildad, como nuestro Rav Moshé que temía mirar a la zarza ardiente. También el que ya estudia el aspecto esotérico de la Torá debe verificarse todo el tiempo, si realmente es meritorio de ello, y de todas formas toda su vida debe ocuparse del arrepentimiento.

Cuando se trasmiten los conceptos, es bueno que sean vestidos con alegorías. Así hicieron el Mahara”l y el Rav Kuk zt”l. Esos dos grandes gigantes tomaron sin duda sus profundas ideas del aspecto esotérico, pero sus escritos son secretos vestidos del idioma apropiado para ser revelados. Ellos no presentan en sus libros la idea original en su lenguaje esotérico, que solo es comprensible para los pocos elegidos y es como un techo sin baranda, sino que hablan en el lenguaje sencillo. Los secretos son vestidos con indicaciones comprensibles, acompañados de interpretaciones y comparaciones de los Midrashim de nuestros sabios.

La Torá es una fuente de vida. En el aspecto esotérico se esconde una elevada vida que no se puede encontrar en ningún otro campo. Ese potencial de vida necesita de cuidado, de ocultado. “Gloria es del Señor el ocultado” (Mishlei 25:2) – explica el Malbi”m que “en los temas Divinos el honor es el ocultado y escondido, porque el raciocinio alcanza solo las cosas que se encuentran bajo el tiempo y el lugar y son tangibles, y no cosas que se encuentran por encima de las leyes del alcance humano, y todo lo que se habla en ellos es sólo en forma alegórica y vestida, cuando el contenido es oculto y escondido. Por ello, no se enseña en publico Maase Bereshit y Maase Merkava [profundos temas], y los sabios vistieron las cosas y las escondieron con adivinanzas e insinuaciones, como el brillo del relámpago que brilla y se esconde enseguida” (Malbi”m, allí).

Nuestra generación se merece escuchar conceptos profundos, pero en forma comprensible, gradual y acompañada como lo hace el Rav Kuk. En una generación en la que todo es instantáneo, las excitaciones materiales más grandes son ofrecidas enseguida y directamente a las venas, se debe recalcar la idea que en la alta espiritualidad se necesita un tremendo esfuerzo y una preparación de las virtudes y los conocimientos de la Torá que lleva muchos años. Como “las aguas del Shiloaj que corren lentamente” (Ishaya 8:6. Véase Israel UTjiato 24).


Rav Shlomó Aviner

Ladrones - márchense
Rav Shlomó Aviner

 

Conozcan a los cristianos:

1. Tienen una obligación religiosa de primera importancia de cristianizar a todo el género humano.

2. Pero sobre todo judíos, ya que los cristianos arguyen que ellos son el verdadero Pueblo de Israel, “Verus Israel” según la doctrina del cambio, y por ello deben deshacerse del Pueblo de Israel “falso”.

3. Ellos lo hicieron en el pasado con amenazas, atemorizado y asesinatos en masa, de cientos de miles: Conviértete al cristianismo o te tiraremos a la hoguera. Hubo judíos que entregaron su vida, sufrieron torturas espantosas, y fueron tirados a la hoguera gritando “Shma Israel”.

4. De momento que no les sirvió, la inquisición decretó la expulsión de los judíos de España y otros decenas de lugares.

5. De momento que no les sirvió, nos obligaron a sentarnos en las iglesias y escuchar sus sermones.

6. Pero tampoco eso sirvió, y en nuestros días ya no es posible, entonces cambiaron el método: Se presentan como una religión de piedad, agradable, ayudando a los enfermos y los desgraciados – todo eso para romper el hielo y actuar como misioneros. Por supuesto, los misioneros lo disimulan y esconden su identidad.

7. Hay en Israel unas 170 organizaciones cristianas y ellas gozan de un presupuesto de millares para su actividad misionera.

8. Como hemos dicho, ellos se encuentran sobre todo en los barrios pobres, reparten material informativo y difunden sus ideas en las redes sociales. Y también organizan actividades culturales.

9. Gracias a D’s somos un pueblo bueno y vigoroso y normal, y solo unos pocos caen en sus trampas – pero no debemos dormirnos en la guardia. Y también los pocos que caen – es una terrible tragedia.

10. Desde el año 5764 ellos participan de la Marcha de Ierushalaim en la fiesta de Sucot, y también del encuentro en Binianei HaUma.

11. En el año 5767 la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) determinó por ello que está prohibido participar de esa marcha.

12. Ahora ellos declararon “La Década de la Misión” – 5783 – 5793. Se prepararon para ello durante dos años.

13. Por supuesto, ellos niegan ser misioneros, pero no lograrán embaucarnos. Los conocemos ya dos mil años.

14. Ocurrió una vez que un amigo me dijo:

- Yo tengo relaciones con la organización “Cristianos que Aman a Israel”. ¿Estás dispuesto a encontrarte con ellos?

- No. No me encuentro con misioneros.

- Ellos no son misioneros. No conoces las personas de esa organización.

- Yo los conozco ya dos mil años.

Pero de momento que mi amigo me insistió mucho, me dije que debo hacer una bondad con él y me encontré con ellos. Les pregunté:

- ¿Ustedes son misioneros?

- No (en efecto, tienen permitido mentir para esa meta santa).

Les pasé una hoja, y les pedí: Por favor, que cada uno escriba que no es un misionero. La hoja volvió en blanco (porque tienen prohibido escribir que no son misioneros). Mi amigo abandonó el cuarto enfadado.

15. Por lo tanto, les decimos: Ya han asesinado suficiente. Ya se han apropiado de nuestras pertenencias suficiente. Ya han molestado suficiente. ¡Váyanse, ladrones de judíos! ¡Misioneros, afuera!

16. Dicho sea de paso, tengo una idea para ellos. Si ustedes desean a pesar de ello un poco de Gan Eden, hagan firmar a dos millares de cristianos: “Nosotros pedimos perdón que asesinamos, expulsamos, secuestramos, cristianizamos”. Lamentablemente, tal parece que no hay mucha probabilidad que eso ocurra. 


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.

Melaja de un niño pequeño

Necesario para el pequeño

Está prohibido darle a un niño pequeño de comer algo prohibido, u ordenarle hacer alguna Melaja prohibida en Shabat, también si es necesario para el pequeño y la persona mayor no tiene ningún provecho de ello[1].

Se le da o le ordena

La prohibición de Sfia LeKatan cabe ya sea cuando la persona mayor le da en la boca algún alimento prohibido a un niño, o cuando se lo da en la mano y el pequeño lo come él mismo[2]. E incluso darle algún alimento prohibido para que juegue con él está prohibido, no sea que lo coma y será como si lo alimentase[3].

Así también el que le ordena a un pequeño comer o hacer alguna acción prohibida en Shabat o similar, está incluido en la prohibición de Sfia LeKatan[4].

Colocarlo al lado de lo prohibido

Cuando hay en la vía pública objetos y se desea introducirlos en el espacio particular [y no hay Eruv], se puede colocar al lado de los objetos niños pequeños que no han llegado a la edad de la educación[5], para que ellos entren los objetos de por sí mismos dentro del espacio particular[6].

A pesar de que introducir los objetos de la vía pública al espacio particular está prohibido según la Torá, de todas formas de momento que la persona mayor no le ordena al pequeño que lo haga, y lo hace de por sí mismo, está permitido[7].

Todo eso se refiere cuando el pequeño lo hace para sí mismo, y no sabe que la persona mayor lo puso allí para que lo haga, por ejemplo cuando el pequeño piensa que encontró algún objeto en la calle y lo entra para sí mismo. Pero si el pequeño sabe que es la voluntad del mayor que entre el objeto al espacio particular, está prohibido colocar allí al pequeño al lado de los objetos, e incluso la persona mayor tiene obligación de amonestarlo para que no lo haga [como fue aclarado anteriormente] [8].



[1]El Shuljan Aruj (343 inciso 1) determinó que está prohibido también para el provecho del pequeño, incluso tratándose de prohibiciones de nuestros sabios (allí, Biur Halajá comienza midivrei sofrim). Y en Biur Halajá (allí) citó la opinión del Rashb”a y Ra”n que tratándose de prohibiciones de nuestros sabios está permitido cuando es para el provecho del pequeño. Y véase allí lo que citó de Rabí Akiva Iguer que también en opinión del Rashb”a está permitido sólo cuando es necesario para el pequeño y no para el mayor, y por ello está prohibido darle a un pequeño un Sidur o Jumash para que lo cargue para el mayor donde no hay Eruv, incluso cuando la prohibición de cargar es sólo de nuestros sabios. Pero se le puede dar el Sidur o Jumash para que lo cargue para sí mismo, y después el mayor rezará junto con él del Sidur o leerá junto con él del Jumash. Y véase más en Biur Halajá (266 inciso 6, al final de donde comienza ag”a).
[2]Toda persona tiene prohibido darle de comer alimentos [que deben ser comidos en la Suca] fuera de la Suca a un niño pequeño que no necesita de su madre, es decir, cuando le da de comer directamente en la boca o le ordena. E incluso si esa persona no tiene obligación de educarlo, de todas formas está prohibido (640 Mishná Brurá inciso 5. Kaf HaJaim inciso 11). Pero cuando pone delante de él los alimentos, y el pequeño los come de por sí mismo fuera de la Suca, las otras personas no tienen obligación de evitarle hacerlo. Pero su padre que tiene la mitzva de educarlo tiene obligación de evitarle hacerlo (allí, Shaar HaTziun inciso 8. Kaf HaJaim allí).
[3](343 inciso 1. Mishná Brurá al final del inciso 4 citando Maguen Avraham).
El Ram”a (340 inciso 3) escribió: “Está prohibido cortar una torta sobre la que están escritas letras, a pesar de que toda su intención es comerla, porque es considerado borrado”. Y en Mishná Brurá (allí, inciso 14) y Kaf HaJaim (inciso 29) escribió citando a Mordejai que se puede dar esa torta a un niño pequeño. Y escribió Kaf HaJaim (allí) citando a Majatzit HaShekel que según lo que explica Maguen Avraham que no se debe darle a un niño pequeño alimentos prohibidos, debemos decir que se trata de que no se lo amonesta si toma esa torta y la come, pero darle en la mano está prohibido. Y véase Shuljan Aruj HaRav (343 inciso 9 10) lo que escribió al respecto.

[4](343, Mishná Brurá inciso 4).
[5](Pero niños pequeños que ya han llegado a la edad de la educación, su padre tiene prohibido ponerlos allí, e incluso si el pequeño llegó allí de por sí mismo para entras los objetos para él [y no para su padre] tiene la obligación de amonestarlo y evitar que lo haga, ya que tiene obligación de educarlo y evitar que cometa trasgresiones. Y también una persona que no es el padre del niño debe evitarle hacerlo, como fue aclarado anteriormente, que tratándose de prohibiciones de la Torá escrita se debe ser más estricto como la opinión que incluso quien no es su padre debe evitarle hacerlo.
[6](362, Beit Iosef y Ram”a inciso 7).
[7](Allí, Mishná Brurá inciso 44. Kaf HaJaim inciso 66 67).
[8](Allí).