Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaietze     9 de Kislev 5783     1386 


Rav Ioram Eliahu

Rajel y Lea
Rav Ioram Eliahu

 

En el libro “Orot (pág. 163) nos enseña el Rav Kuk zt”l que cuando se anhela algo encumbrado, un resplandor pleno del alma, se debe elevar hasta la fuente de la luz en su plenitud, ambicionar el futuro más lleno y completo, “si llegará una persona y dirá que encuentra toda la plenitud del resplandor de la Torá y las mitzvot por parte de las situación actual sola, no le escuches”. Eso es señal, dice el Rav, que no comprende la profundidad del anhelo de la salvación, que solo de él depende también la pregunta (que le hacen a la persona en la Corte del Cielo) si condimentaste la sabiduría…

Según esa pauta el Rav Kuk explica el tema de Rajel y Lea, que ambas edifican la Casa de Israel. Dice el Rav (Ein Aya, Shabat Bet, pág. 44) “el presente y el futuro son los dos pilares sobre los que se edificará la dicha de la totalidad y el particular, la dicha de la casa y la nación, cuya conducción es plena… entonces se revelará el presente en todo su esplendor, y también será un agradable guía al futuro más elevado que él. Los senderos del presente, agradables y buenos… son adecuados para elevarnos al futuro bueno y elevado”. La persona sana no vive sólo el presente, sino que vive en el presente por fuerzas del futuro, por fuerza de su anhelo de perfeccionar su vida en el futuro. Sin el anhelo vivo de la revelación de la gueulá (Redención) en el mundo, la persona y el mundo todo caerían en una forma de vida técnica y seca falta de contenido de vida auténtico.

Una forma de vida sana y plena es un desarrollo de la aspiración y avance sin pausa, es elevar toda la vida y ensancharla a la luz del maravilloso futuro.

A veces el presente se encuentra cubierto de brumas. El vínculo entre el presente y el anhelo del elevado futuro no se ve en absoluto, por la cultura burda materialista y similar. Hay obstáculos y dificultades en el presente, que a veces le hacen a la persona o la totalidad saltear faces necesarias de la edificación del presente para llegar ya a la forma de vida del futuro, y eso hace que las personas pierdan su moralidad natural sencilla, que se halla cuando la realidad se encuentra en una posición equilibrada que combina el presente con el elevado futuro.

La Casa de Iaacov fue edificada sobre esos dos principios. Dice el Rav Kuk que Rajel era la expresión del presente, que se reveló como un vínculo de amor natural y puro, en un sentimiento recto que emana de un alma viva, santa y plena “a ella la encontró nuestro patriarca Iaacov primera, y la amó según el tesoro escondido que le fue revelado de su alma, y ese mundo revelado que encontró en Rajel que se expresó en un vínculo de amor y edificación era, según su comprensión, también el tema del mundo oculto del lejano futuro”. En la práctica, lo que eso quiere decir es que la edificación evidente y sencilla le da la oportunidad también a persona sencilla de adherirse a esa forma de vida, también si todavía el elevado futuro no les es comprendido y no se encuentra presente en sus aspiraciones. Justamente ese camino edifica un pueblo pleno en todos los aspectos, también los más sencillas y no sólo una gueulá de elevadas personas con aspiraciones ocultas grandiosas.

Lea expresa el mundo oculto lejano, y en una situación plena también ella debería haberse casado con Iaacov según el orden acostumbrado. Pero así hizo la maravillosa Providencia divina, que Lea le sea entregada en forma oculta, y “fue determinado también en la base de la edificación de Israel elevar la mirada a lo lejos, y muchas veces salteando el presente… para un futuro oculto elevado y grandioso”. A veces es necesario saltear la situación presente y tomar fuerzas del futuro lejano, para procurarse sostén en distintas situaciones de la gueulá.

Y hay situaciones en las que irrumpe la conducción futura, como ocurrió en la Guerra de los Seis Días, en la que retornamos a las partes más importantes de nuestra tierra, y entre ellas el lugar del Beit HaMikdash (El Templo). Todo eso nos da fuerzas y vigor para continuar edificando los niveles del presente en base a la esperanza y visión que el lejano futuro llegará en la práctica, seguramente.

Eso es lo que aprendemos de Rajel y Lea, que ambas edificaron la Casa de Israel justamente en ese orden. Dice el Rav Kuk, “la aspiración corresponde que sea para siempre, que el presente alumbre también él, y en base a él – de su resplandor y rectitud – tomará el futuro su grandeza y luz”. Rajel es la principal en la casa, y eso lo reconocen también los hijos de Lea, y anteceden a Rajel en su bendición a Rut “como Rajel y Lea, que ambas edificaron la Casa de Israel” (Rut 4:11). Y la enseñanza para todas las generaciones es “que todo lo que el presente es más depurado por parte de la grandeza y nivel de la persona, así es meritorio de ser él mismo la base del futuro”. Entonces, nuestro papel en base a esa idea es edificar primero todas las adquisiciones de la nación básicas, que se expresan en la conducción evidente de Rajel, y sólo después elevarnos al nivel superior del lejano futuro, que ya será cercano y práctico, y la salvación ya estará pronta a llegar. 


Rav Shlomó Aviner

¿Yo soy religioso nacionalista?
Rav Shlomó Aviner

 

La verdad debe ser dicha, nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk no utilizaba el término “nacionalista religioso” o “Dati Leumi” (religioso nacionalista). Él no habló en nombre del ideal Dati Leumi sino que en nombre de la Torá. La Torá lo es todo. No la seccionamos en trozos y no hacemos separaciones dentro de la nación. No nos encerramos en nuestro sector o corriente estrecha, sino que luchamos por todo lo que hay en la Torá: Mitzvot, estudio , fe, virtudes, Eretz Israel (la Tierra de Israel), temor a D’s, etc. No renunciamos a ningún aspecto de la Torá. No hablamos de “abrirse” en el sentido de pisoteado de algún aspecto de la Torá.

Por el contrario, desde el regreso a Tzion y edificación de la tierra, declaración del estado y las guerras de Israel – necesitamos más Torá, más ieshivot (centros de estudio de la Torá), más mitzvot, más temor a D’s, porque la edificación general con kdushá (santidad) y pureza es una tarea más dura, más profunda e implica una responsabilidad mayor que la edificación del particular. No debilitado de la Torá sino que por el contrario, fortalecimiento de la Torá.

El Rav Tzvi Hirsh Kalisher, el Rav Eliahu Gutmajer y el Rav Shmuel Mohaliver y los grandes sabios que vinieron después, eran genios, tzadikim (justos) y santos, y dijeron: La galut (exilio) terminó, hay que regresar a Tzion y reconstruirlo. No es ninguna renuncia en cuanto a la Torá, D’s no lo permita, sino que por el contrario – más Torá. Antes que ellos estuvo el Gaón (genio del estudio de la Torá) de Vilna, que no renunciaba a nada de la Torá ni era liberal D’s no lo permita, sino que una luminaria para el mundo.

Estado - ¡sí! La corrupción del estado - ¡no!

El estado en sí, es decir cumplimiento de la mitzva de tomar posesión de la tierra – es santo. Pero en ese estado hay una profanación del Nombre de D’s: Hay una educación que no se basa en la Torá y el temor a D’s, y hay una prensa – escrita o electrónica – que no se basa en la Torá ni en el temor a D’s; Calumnias y exacerbado de bajos instintos y violencia. Contra todo eso debemos luchar en forma tajante.

Ejercito - ¡sí! El ejercito es una mitzva. Es una mitzva de defensa del pueblo, la tierra, una gran santificación del Nombre de D’s. Pero el hecho que en el ejercito hay unidades mixtas – es contrario a la Torá. El hecho que utilizan el ejército para arruinar los asentamientos – es contrario a la Torá.

El tema es complejo, hay oscuridad dentro de la luz, hay pasas dentro del vino. Debemos separar lo bueno de las escorias.

No somos un partido, somos Torá. Porque ningún partido es pleno. Ningún movimiento es perfecto. Toda corriente lleva en él parte de la Torá, parte de la luz – y estamos sedientos de toda la luz. Por supuesto, en las elecciones votamos. Porque no votar es también cierto tipo de voto. En las elecciones buscamos dónde se encuentra el bien en mayoría y el mal en minoría, porque ningún sector puede ensalzarse y argüir que en él se encuentra toda la verdad y toda la justicia, todo el bien y toda la rectitud. Nos esforzamos por cumplir toda la Torá. Toda ella, en su plenitud. Por ello, nos esforzamos por el país, porque esa es la orden de la Torá. Pero no nos enforzamos por las corrupciones que en forma provisoria existen en el país. El país no es perfecto. Nada es perfecto en el mundo, ninguna persona ni ningún movimiento. La idea en la que se basa el estado es la Torá, es santo. Pero en la práctica, el estado todavía no es maduro, pero tenemos fe en él. Marchamos por un buen camino, pero nos encontramos sólo en su comienzo. El árbol es bueno, pero los frutos aún no han madurado. El país todavía no es el Reinado Divino en la tierra. Pero es el Reinado Divino en camino. De la misma forma que el sionismo era el estado en camino, así el estado es el Reinado Divino en camino.

Por ello, nos es exigido ahora más pureza, más kdushá, más Torá, más profundidad, más temor a D’s. Porque todo lo que hacemos aquí en nuestra tierra, todo lo que edificamos, debe ser en base a la Torá y el temor a D’s.

Por supuesto que amamos a todo Am Israel (el Pueblo de Israel), ya que somos todo el pueblo. En base a ello, amamos a todo judío. Si él peca, amamos su alma y odiamos su mal instinto. No logramos dormirnos por el mal que hay en él, y buscamos caminos para acercarlo a los portones del resplandor.

Odiamos la trasgresión del Shabat, odiamos la profanación de lo santo – porque los que aman a D’s odian el mal. Amamos a D’s y en base a ello amamos todo lo que se revela en él la Gloria Divina: Am Israel, la Torá, Eretz Israel (la Tierra de Israel), y ahora – el Estado de Israel y el ejército de Israel.

Bienaventurados somos que fuimos merecedores. El camino aún es largo. La lucha continúa, pero venceremos. Vamos andando y venciendo. Venceremos a todo el mundo, todas las fuerzas del mal de todo tipo. Somos los siervos de D’s que aceptamos Su yugo, con la gran labor de edificación del Reinado Divino en la tierra. 


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Medicina en Shabat

En cuanto al curado en Shabat cuando no se trata de peligro de muerte, se definen tres categorías distintas:

1. Una persona que tiene dolores, pero logra superarlos y se pasea como una persona sana[1].

2 Un enfermo que no está en peligro, que tiene dolores fuertes y por ello todo su cuerpo se debilitó, o necesita recostarse[2].

3. Una persona que hay peligro para algún miembro de su cuerpo, cuando un miembro fue herido severamente, y si no lo curarán puede llegar a ser dañado en forma irreversible y dejará de funcionar en forma normal.

Una persona que tiene dolores

Una persona que tiene dolores en su cuerpo o cabeza, y no hay ningún peligro para ella, y lo puede superar y andar como una persona sana, está prohibido en Shabat hacer para ella alguna cura. E incluso acciones que no son una Melaja prohibida en Shabat por la Torá [o por nuestros sabios], de todas formas cuando se lo hace para curar, y es notorio que así es, está prohibido[3].

Para que no lleguen a moler remedios

Esa prohibición es de nuestros sabios, y es llamada “prohibición por molido de remedios”. Nuestros sabios temieron que si estará permitido curar y utilizar remedios en Shabat, puede que también utilicen remedios, plantas y alimentos que tienen propiedades curativas, y para prepararlos y usarlos los muelan[4], y el que muele esas cosas en Shabat trasgrede la prohibición de molido según la Torá escrita[5].

Ese decreto de nuestros sabios se refiere sólo cuando se trata de una persona que puede superar los dolores y andar como una persona sana, pero sufre. Pero cuando se trata de un enfermo que no está en peligro – que tiene muchos dolores, y todo su cuerpo se debilitó por ello, o cuando de tanto dolor debe recostarse, o también cuando se trata de una situación en que hay peligro para algún miembro de su cuerpo [incluso si no siente alguna enfermedad en todo su cuerpo ni necesita recostarse], está permitido hacer para ellos curas en ciertas formas[6], como será aclarado más adelante.

Está claro que tratándose de un enfermo en peligro se hace todo lo necesario para curarlo y salvarlo, como fue aclarado en extensión anteriormente.



[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 328 inciso 1).
[2](Allí, inciso 17. Mishná Brurá inciso 1. Kaf HaJaim inciso 1).
[3](Allí, inciso 1. Shuljan Aruj HaRav allí, inciso 1).
[4](Allí).
[5](Allí).
[6](Allí. Y en inciso 17, Mishná Brurá inciso 57. Kaf HaJaim inciso 107 110).