Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Simjat Tora     22 de Tishrei 5781     Simjat Tora 


Rav Iaacov Filver

La fortaleza
Rav Iaacov Filver
(reimpresión) 

En su libro “Mahamarei HaReaya” (Pág. 149) explica el Rav Kuk que la Suca (tabernáculo) es para nosotros como una fortaleza, como dice el versículo “los ocultarás en Tu Suca de las conspiraciones de los hombres” (Tehilim 31:21): La Suca es un lugar donde se puede esconder de los que intentan atacarnos. Y también encontramos en la formulación de la Gmará (Arajin 32B): “Y los protegerá su mérito como una Suca” – la Suca es capaz de proteger. A primera vista, es muy extraño: ¿Cómo podrá una vivienda provisoria como la Suca proteger de alguna forma? Y más aún, ¿cómo podrá constituir el símbolo del refugio y la seguridad? Sobre todo cuando según la halajá no hacen falta cuatro paredes, sino que alcanza con “dos paredes como corresponde y un palmo” – cuando las paredes construidas a duras penas son la mayoría. ¿Cómo podrá una construcción endeble como esa convertirse en una fortaleza que proteja frente a todo enemigo?
Explica el Rav Kuk que justamente cumpliendo la mitzva de la Suca le hacemos saber a todo el mundo que la verdad eterna es que la Suca – que se construye en forma tan endeble, hasta tal punto que según su aspecto exterior no merece ser llamada ni siquiera “casa” – justamente ella es la más adecuada para ser nuestra fortaleza frente a todo enemigo y atacante. Y si alguna persona que mira la Suca por fuera, con su aspecto tan provisorio, se preguntará a sí mismo: “¿Cómo podrá esta Suca, que está abierta por todos lados convertirse en una fortaleza?”, se podrá contestar a sí mismo que no es la resistencia física de sus mamparas endebles la que nos protege, sino que la Ley Divina que actúa en ella, la palabra de D’s, que decretó que en los días de esta festividad kdoshá (santa) esa endeble edificación es nuestra casa. De forma que no son los medios físicos los que nos protegen, sino que justamente la Ley Divina que rige en ellos.
En el libro “Nejemia” (Cap. 8) está escrito: “Por manera que toda la comunidad de los que habían vuelto del exilio se hicieron Sucot, y habitaron en las mismas, pues desde los días de Ioshua, hijo de Nun, hasta aquel día no habían hecho así los hijos de Israel”. ¿Cómo puede ser que desde los días de Ioshua – durante toda la época del primer Beit HaMikdash (El Templo) – los hijos de Israel no construyeron Sucot? Y así formula esa pregunta el Malbi”m en su comentario allí: “Es muy extraño que Am Israel (el Pueblo de Israel) no construyó Sucot desde la época de Ioshua hasta ese momento” (ver Moadei HaReaya, del Rav Tzvi Neria z”l, Pág. 97 respecto a esa pregunta). El Jatam Sofer (Torat Moshé, Parashat Haazinu) contesta esa pregunta basándose en un versículo anterior, que dice “conforme a lo escrito” (Nejemia 8:15): Ellos construyeron una Suca mínima, de “dos paredes como corresponde y un palmo”, a pesar de que no es la forma más adecuada de cumplir la mitzva con plenitud (ver allí, por qué lo hicieron de esa forma). Y Sucot de ese tipo no habían construido ya hacía mucho tiempo.
Según la explicación del Rav Kuk, se puede entender por qué en esa época, la época de Ezra y Nejemia, construyeron justamente de esa forma las Sucot, y no cumplieron la mitzva en forma plena, construyéndolas con cuatro paredes: En la época de Ezra, los exiliados que regresaron a la tierra eran pocos y la situación era muy difícil, como dice el versículo “de esta suerte estábamos trabajando en la obra [de la reconstrucción de la muralla de Ierushalaim. N. del T.], y la mitad de los trabajadores tenían asidas las lanzas desde el despuntar del alba hasta que salían las estrellas” (Nejemia 4:15). Los gentiles se burlaban de ellos: “¿Qué están haciendo esos judíos desgraciados?” (Nejemia 3:34). En esa situación de debilidad, era necesario fortalecer la moral del pueblo y devolverle la seguridad en sí mismo: La fortaleza del pueblo no reside en su cantidad numérica, sino que justamente en su calidad espiritual. Y eso lo lograron construyendo una Suca, en la que no son sus paredes las que protegen, sino que el espíritu que se esconde en ella.
Y como en la época de Ezra, también hoy en día necesitamos fortalecer la moral nacional. Como escribió el Rav Kuk: “Y de ello podremos aprender para todas las generaciones, porque también para la construcción de nuestra casa nacional necesitamos fortalecer primeramente el aspecto espiritual. Y si bien las armas nuevas y sofisticadas son capaces de perforar también las fortalezas más herméticas, y pueden vencer gruesas murallas de metal, ellas no son capaces – y no hay ninguna herramienta que sea capaz – de derribar la fuerte muralla de la Ley producto de la palabra Divina. Y de ello aprenderemos que la palabra de D’s, Sus leyes y mitzvot son nuestra fortaleza eterna - también ahora, cuando nos disponemos a reconstruir nuevamente nuestra casa nacional en la tierra de nuestros antepasados, y necesitamos fortalecer el espíritu, que será la fuente de nuestra capacidad de resistencia”. 


Rav Shlomó Aviner

Contagio y encierro
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso el concepto de encierro existe en la halajá?
Respuesta: Por supuesto. “Peste en la ciudad, encierra tus pasos” (Baba Kama 60B). Es decir, se debe encerrar en la casa.
Pregunta: Pero fue determinado en la halajá que eso es sólo cuando murieron tres personas en tres días, cuando la población son 500 personas (Shuljan Aruj, Orej Jaim 570 2).
Respuesta: Cuando no sabemos exactamente qué ocurre se juzga según datos estadísticos como esos. Pero a continuación el Shuljan Aruj habla de una enfermedad clara de muchas personas en la ciudad, y entonces ese criterio ya no es válido (allí, 5). El Mishná Brurá allí cita que si hay una enfermedad infantil contagiosa, como sarampión, cada uno debe enviar a sus niños fuera de la ciudad (allí, inciso 10 citando al Maguen Avraham y el Shl”a).
Pregunta: ¿Qué obligación hay?
Respuesta: El Aruj HaShuljan dice que si no hizo así, se hace acreedor de la muerte (allí, 12) – es decir, peligro de muerte.
Pregunta: Entonces, ¿cuál debe ser la actitud para el que contagió a otros? ¿Debe indemnizarlos?
Respuesta: La pregunta es si es considerado grama [un efecto lateral de una acción] o no. En el Shu”t Orjoteja Lamdeni (segunda parte, inciso 153) trata de aclarar si es considerado un perjuicio seguro o no (Jukat HaMishpat, Lo Tigzol, capítulo 11), o acaso es considerado como el fuego porque otra fuerza contribuye a su daño [como el viento], el Gaón, el Rav Iosef Zilvershtein (Vavei HaAmudim, Kovetz 34, Anajnu VeTzeetzaeinu), el Gaón, el Rav Iaakov Epshtein (Shu”t Jevel Najalato 21, 64), si acaso es un daño notorio o no, el Gaón, el Rav Iosef Zilvershtein (allí). En la práctica, por muchas razones, no tiene obligación de indemnizar. Tampoco podemos demostrar que justamente él fue el que contagio, y no otra persona.
Pregunta: Pero por supuesto, eso no quiere decir que está permitido contagiar a otros.
Respuesta: ¡D’s no lo permita! Está prohibido causar daño, incluso si es Grama. Shu”t Orjoteja Lamdeni (allí), el Gaón, el Rav Liberman (Kovetz BeShvilei Oraita 116 3). También debe indemnizar para cumplir con su obligación, a pesar de que no se lo pueden exigir (Jukat HaMishpat allí).
Pregunta: Entonces, ¿acaso un enfermo de corona que no cumple las medidas del Ministerio de Salud es considerado como rodef [quien persigue a otro para matarlo]?
Respuesta: También escribió al respecto el Gaón, el Rav Shterenbuj (Igueret, 27 de Nisan 5780).
Pregunta: ¿Hay que denunciarlo a la policía?
Respuesta: Si. El Gaón, el Rav Shterenbuj (allí).
Pregunta: ¿En resumen?
Respuesta: Ya escribió el Sefer Jasidim que “no pondrás un obstáculo delante de un ciego (Vaikra 19:14), quiere decir que no se bañe un leproso con otro judío, sin antes hacérselo saber. Como dice el versículo amarás a tu prójimo como a ti mismo. Y también dice no te quedarás quieto frente a la sangre de tu prójimo (Vaikra 19:16)” (5673).


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Barro en los zapatos
Una persona que tiene barro adherido a sus zapatos[1] y desea quitarlo, puede frotar los zapatos sobre una piedra grande[2], viga de madera o la punta de un escalón para quitar el barro[3].
Pero no frotará los zapatos sobre la tierra, porque nuestros sabios temieron que de esa forma llegue a cubrir los pozos y enderezar el piso[4].

Zapatos de cuero
Zapatos de cuero, no se puede quitar el barro de ellos raspándolos con un cuchillo o la uña, por la prohibición de “borrado” – porque de esa forma pela el cuero de los zapatos[5].
Felpudo para quitar el barro
Es común que en la puerta de las casas y los Batei Kneset haya artefactos hechos con barras de hierro para quitar el barro pegado a los zapatos, y cuando esas barras son afiladas [como el contrafilo de un cuchillo] está prohibido limpiar los zapatos de cuero [parte de ellos o todos ellos] por la prohibición de “borrado” [6]. Y hay quienes son más estrictos y no lo hacen incluso cuando las barras son más gruesas y anchas[7].
Pero si frota los zapatos con suavidad, no se debe ser más estricto, porque de esa forma no se teme que borre el cuero[8].

Barro seco
Cuando el barro pegado en los zapatos está seco, en un principio es correcto cuidarse de no quitarlo de ninguna forma, porque cuando está seco y lo quita se desmenuza, y hay quienes opinan que está prohibido por ser “triturado”, como fue aclarado anteriormente[9].


[1]O sobre su pie.
[2](Shuljan Aruj, Orej Jaim 302 inciso 6. Mishná Brurá inciso 36). Una piedra grande, quiere decir una piedra tan grande que no se mueve cuando frota sobre ella los zapatos (allí, Mishná Brurá inciso 27. Shaar HaTziun inciso 35).
Y en cuanto a limpiarlos con la pared [de piedra] – el Shuljan Aruj (allí) escribió “lo limpia en la pared… y hay quien lo prohíbe incluso en la pared”. Es decir, una pared de piedras. Y la razón de los que lo prohíben es porque cuando limpia el barro en la pared parece como si agregase barro a la pared para fortalecerla (allí, Mishná Brurá inciso 27).
Y en Mishná Brurá (allí, inciso 28 al final) escribió que en cuanto a la pared por supuesto que se debe fiar de los que lo permiten como el Shuljan Aruj, porque esa es la opinión de la mayoría de los Rishonim.
Y en Ben Ish Jai (segundo año, Vaieji inciso 15) escribió prohibirlo si lo frota en la tierra, y hay quien lo prohíbe incluso en la pared.

[3](Allí, Shuljan Aruj y Mishná Brurá inciso 26 28). Así también está permitido quitar el barro de los zapatos de cuero tirándoles agua sobre ellos, sin frotar la suciedad.
[4](Allí, Shuljan Aruj).
Y la razón por la cual lo prohibieron, es porque las personas acostumbran a buscar un lugar con un pozo para limpiar los zapatos, porque el barro se limpia mejor de esa forma, y de momento que limpia sus zapatos del barro hay que temer que se olvide que hoy es Shabat, y tenga intención de tapar el pozo (Shuljan Aruj HaRav allí, inciso 14).

[5](Allí, inciso 8). Pero cuando frota sobre una viga o la pared, no necesariamente llegará a borrar (allí, Mishná Brurá inciso 27 citando a Beit Iosef y Biur Halajá, comienza ein megardin).
[6](Allí, Mishná Brurá citando al Ta”z).
[7](Allí, Mishná Brurá citando a Maguen Avraham).
[8](Allí, Mishná Brurá al final y Biur Halajá).
[9](Allí, inciso 6. Biur Halajá comienza o al minalav).