Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Metzora     8 de Nisan 5782     Shabat HaGadol     1354 


Rav Elishá Vishlitzki

La Fiesta de la Libertad
Rav Elisha Vishlitzki zt”l

En la Haftará de este Shabat el profeta Malaji vaticina cierto tipo de crisis, cuando las personas dirán “cosa vana es servir al Señor” (Malaji 3:14), y podemos sentirlo hoy en día, “nosotros ahora llamamos dichosos a los soberbios, decimos también medran los que obran maldad” (Malaji 3:15). Hay una sensación que andamos afligidos. Tal parece que el que toma en cuenta las limitaciones, el que cumple con las restricciones, el que se cuida, el que es recatado, anda afligido. Le tapan la boca. Y eso es agudizado más y más.
Dice el profeta: No juzguemos la realidad según lo que salimos ganando de ella. Pesaj es la Fiesta de la Libertad. Hay que liberarse de la esclavización a los lucros. Un camino auténtico no se debe poner a prueba preguntando si es bien visto a los ojos de alguien, o si alguien está de acuerdo con ello, y no será evaluado según el concepto acostumbrado de “es cuestionable” o no. ¿Quién inventó ese concepto, “es cuestionable”? ¿Quién delimita la línea central y quien decide qué es extremo?
Dice el profeta, en la primera parte del encarado de la crisis: “Entonces los temerosos del Eterno hablaron cada uno con su compañero, y el Eterno escuchó y lo oyó, y fue escrito un libro de memoria delante de Él a favor de los que temen al Eterno y de los que piensan en Su nombre” (Malaji 3:16).

Shabat HaGadol con la profecía del profeta Malaji nos incita al escuchado, como dice Rav Jaim de Voloshin. Alienta a la familia, a la comunidad, no juzgar las cosas sólo según el criterio de si mis pretensiones se colmaron, sino que escuchar, darle un lugar al prójimo. Darle un lugar al que es distinto y aclarar la verdad con las fuerzas conjuntas. Eso disminuye mucho el ego, y pone a un lado el egocentrismo. Es la primera condición para hacerle frente a la crisis de esta época.
La segunda parte, “y Me compadeceré de ellos, como un hombre se compadece de su mismo hijo que le sirve” (Malaji 3:17). D’s no solo se apiada de nosotros, sino que también se compadece. Piedad es expresión de un sentimiento, mientras que compadecerse es una expresión moral, de justicia, de justicia absoluta. D’s se compadece de nosotros, como “su mismo hijo que le sirve”. Compadecerse no es sólo un vínculo, sino que un vínculo que trae aparejado tareas. La fuente de vida Divina es también la fuente que imparte cometidos.
El último versículo habla también en ese marco, “entonces vosotros volveréis a ver la diferencia entre el justo y el malvado, entre aquel que sirve al Señor y aquel que no Le sirve” (Malaji 3:18). Pregunta la Gmará, de momento que ya está escrito “entre el justo y el malvado”, ¿para qué es agregado “entre aquel que sirve al Señor y aquel que no Le sirve”? Y contesta: No es lo mismo quien estudia algo cien veces y el que lo estudia ciento una vez. Y al respecto decía nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk: Realmente, según nuestros sabios el que estudia ciento una vez por supuesto que lo hace por la buena causa. Cien veces, todavía se puede hablar de algún provecho.
El profeta nos dice que la capacidad de discernir entre justo y malvado no es sectorial, no es nimiedades. No es una expresión, D’s no lo permita, del hecho que yo en mi soberbia creo que soy mejor que ellos, sino que es una exigencia interna de servir a la verdad, por la buena causa.
Y también nos dice el profeta Malaji que debemos comprender que por lo menos debemos aspirar a colocar el culto a D’s sobre la base moral auténtica, y no sobre las ganancias, y eso nos entrega fuerzas para hacerle frente a las dificultades.
En resumen, dice el profeta: “Acordaos de la Torá de Moshé, Mi siervo, la que Yo le prescribí en Jorev para todo Israel, estatutos y leyes” (Malaji 3:22).
Nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk decía, sobre todo en la última época de su vida, que debemos recordar la Torá de Moshé, Mi siervo. Todas las aclaraciones en los suplicios del Meshiaj serán alrededor de la Torá, la Torá de Moshé, alrededor de la Torá del siervo de D’s. Parte de la preparación de Pesaj y la libertad es la capacidad de ser siervo, siervo de la voluntad Divina, de la gueulá (Redención).
Agrega el profeta: “He aquí que Yo os voy a enviar al profeta Eliha, antes que llegue el día grande y tremendo del Eterno” (Malaji 3:23). Uno de los momentos más significativos en la noche del Seder es cuando expresamos el deseo de encontrarnos con el profeta Eliahu. ¿Por qué? “Él volverá el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia sus padres” (Malaji 3:24). La vinculación de todas las generaciones, la vinculación de todos los componentes de la familia, de todas las fuerzas, todos los matices, en función de la aclaración, sin borronear pero también sin distanciamientos.
Ojalá que sea un gran Shabat. Un Shabat de señal entre D’s y nosotros, que no comienza con las acciones, no comienza en el plano externo y no se mide sólo según eso. Ojalá que todos logremos orientar nuestro corazón, ya sea quien más o quien menos, a la voluntad Divina.
Un Shabat alegre y bueno, un Shabat que nos de fuerzas para Pesaj, para llegar y acercarse a nosotros y nosotros acercarnos a él, porque es la fuente de la bendición. Shabat Shalom, y Jodesh Tov (buen mes).


Rav Shlomó Aviner

¿Nuestro principal enemigo?
Rav Shlomó Aviner

“En toda generación hay quienes intentan exterminarnos, y D’s nos salva de ellos”. Tenemos muchos enemigos: Iranios, sirios, terroristas, accidentes de tránsito, fumado, comida insana, y más. Todos esos matan judíos, matan hermanos, que D’s se apiade.
Pero el peor enemigo que tenemos, que mata más judíos, que mata y mata y no cesa – es la asimilación. Es cierto que no mata el cuerpo, sino que el alma, pero es mucho peor. Hay quienes calculan que desde el Holocausto se asimilaron en la galut (exilio) seis millones de judíos. Hay quienes lo apodan “el Holocausto silencioso”. Todos los problemas que tenemos en nuestro país son una nada en comparación con esa tragedia. En New York hay un 50% de casamientos mixtos, y hay países donde se habla de un 90%.
Gracias a D’s tenemos un lugar donde podemos salvarnos, nuestro santo país. Gracias a D’s no hay asimilación, o casi no hay. Bienaventurados somos que fuimos merecedores. Llegó el Satán, y se le ocurrió una idea genial: Introducir asimilación y casamientos mixtos en el país. ¿Cómo? Fueron traídos al país cientos de miles de gentiles, bajo el amparo de la Ley del Retorno. Y ahora se habla de una conversión simbólica – tradicionalista – fingida, con la ayuda de la cual todos esos gentiles se transformarán en judíos, como si así fuese. Judíos en el papel, gentiles en la realidad.
No hablamos del problema que de pronto un gentil como ese, que fue engañado y le dijeron que es judío, pretenderá casarse y recibirá una cruel bofetada cuando le digan que no es judío. No hablamos de que la confianza del público en las conversiones se desmoronará, de forma que también conversos auténticos se encontrarán siendo despreciados como gentiles. No hablamos de que gentiles de países enemigos podrán introducirse con facilidad luego de esa “conversión” en organizaciones sensibles.
Estamos hablando de una asimilación en gran escala, peor de lo que hay en la galut, porque allí por lo menos se sabe quién es judío y quien es gentil – salvo los reformistas. Pero aquí no se sabrá, y ocurrirá un desastre, y todos nos encontraremos en una situación similar a los reformistas. La única solución será documentar la descendencia en árboles genealógicos, lo que dividirá la nación, lo que no ocurrió desde la destrucción del Segundo Beit HaMikdash (El Templo).
Tenemos entonces la obligación de recordarnos el principio sencillo que se aprende en primero de escuela: No hay conversión sino que según la halajá – es decir, aceptado de las mitzvot en forma auténtica, con sinceridad y sacrificio. Y toda conversión de otro tipo no tiene ningún valor. Y todos los gentiles que se encuentran en el país, es decir esos que no regresarán a su lugar de origen (porque como es sabido el porcentaje mas alto de personas que abandonan el país es de ellos), los trataremos con amor, como los justos de las naciones del mundo, que como es sabido tienen parte en el Olam HaBa (mundo venidero). Pero una conversión sólo para el encendido de velas en Shabat, hacer Kidush, comer Matza y encender las velas de Janucá – no es una conversión.
Es un concepto básico que la conversión es válida solo cuando se acepta las mitzvot, como dicen todos los poskim (sabios que determinan la halajá) Rishonim y Ajaronim, hasta hoy en día. ¡Solo una conversión según la halajá! O para ser más exactos, a través de la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato) y sus enviados que fueron autorizados por ella para ello (ya que cuando se trata de algún Rav independiente no hay ninguna posibilidad de verificar qué es lo que hace realmente).
“Que Tu compasión, Señor nuestro D’s, se extienda sobre los justos y los piadosos, sobre los conductores de Tu pueblo, la Casa de Israel, y sobre los que quedan de sus sabios, sobre los conversos auténticos y sobre nosotros”. 


Shabat

Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Muktze
Para utilizar su lugar

Muktze que es Kli SheMelajto LeIsur, aparte de estar permitido moverlo para utilizarlo [como fue aclarado anteriormente], está permitido moverlo también para utilizar su lugar. Es decir, cuando es necesario utilizar el lugar donde se encuentra ese Muktze, está permitido moverlo y pasarlo a otro lugar[1].
Por ejemplo: Una mesa sobre la cual se encuentran depositados lápices y lapiceras, y en Shabat desean sentarse alrededor de esa mesa para comer, está permitido moverlos y ponerlos en otro lado[2].
Así también una jarra eléctrica que se encuentra sobre el mármol en la cocina, y desean moverla para colocar objetos sobre el mármol, está permitido tomarlo con la mano y colocarla sobre el mármol en otro lado[3].

Llevarlo a donde quiera
El que toma con la mano Kli SheMelajto LeIsur y lo mueve para utilizar su lugar o para utilizarlo en forma permitida en Shabat, de momento que el objeto se encuentra en su mano en forma permitida, puede llevarlo y depositarlo donde quiera[4].
Por ejemplo: Una persona que tomó un martillo en su mano para cascar nueces, luego de haber terminado con las nueces no tiene obligación de tirar enseguida el martillo, sino que puede andar con él y colocarlo en todo lugar que desee.
Así también el que toma una jarra eléctrica porque necesita el lugar donde se encuentra, puede andar con ella y colocarla donde desee [cuando la jarra no está conectada a la electricidad], y no tiene obligación de colocarla justamente en el lugar más cercano[5].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 308 inciso 3).
[2]Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 22) que escribió que no se debe mover un Kli SheMelajto LeIsur para utilizarlo o utilizar su lugar si puede hacerlo de otra forma [y tal parece que según eso si tiene otro lugar para utilizar, no debe mover el Kli SheMelajto LeIsur para utilizar su lugar]. Y véase lo que escribimos anteriormente en cuanto a mover Kli SheMelajto LeIsur para utilizarlo cuando tiene otro utensilio permitido.
Y en el Ta”z (allí, inciso 13) escribió en cuanto a un zapato que se encuentra en su molde [un aparato con el que se fabrican los zapatos, y en nuestros días es común un aparato similar para ensanchar el zapato, que es Kli SheMelajto LeIsur] que del Shuljan Aruj tal parece que también cuando puede quitar el zapato del molde, tiene permitido quitar el molde del zapato con la mano (fue citado por Mishná Brurá allí, inciso 57. Y Kaf HaJaim inciso 109) Y citó Eliha Rabah que duda al respecto, y escribió que si puede quitar el zapato del molde es preferible a quitar el molde del zapato con su mano. Y si es difícil quitar el zapato del molde, por supuesto que no se debe ser más estricto.
Y véase Biur Halajá (comienza minal jadash) lo que escribió respecto a quitar y mover un zapato nuevo, cuando todavía no lo estrenó.

[3]En cuanto a otros aparatos eléctricos, los poskim determinan qué es considerado Kli SheMelajto LeIsur y qué es considerado Muktze MeJamat Jizaron Kis [que está prohibido mover, incluso para utilizarlos o utilizar su lugar]. Y en todo caso se debe preguntar a una autoridad de la halajá al respecto.
[4](Allí, Shuljan Aruj).
Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 27) que citó al Tosefet Shabat, que incluso tiene permitido sostener el Muktze todo el tiempo que quiera, pero de todas formas está prohibido pasarlo de una mano a la otra, porque es considerado un movido nuevo. Y véase Mishná Brurá (310, inciso 15) citando a Eliha Rabah que el Mohel tiene permitido entregar el cuchillo a otra persona luego de haber hecho el Brit Mila, para que lo coloque donde desee.

[5]Y escribió Maguen Avraham (allí, inciso 7) que también si se equivocó y tomó un Kli SheMelajto LeIsur en su mano [sin necesitarlo para utilizarlo o para utilizar su lugar], tiene permitido andar con él y colocarlo donde desee Y Biur HaGr”a (266, inciso 12) no está de acuerdo con ello, y opina que sólo cuando lo tomó estando permitido, puede continuar andando con él y colocarlo donde desee, pero si lo levantó por error cuando estaba prohibido, debe soltarlo enseguida (308, Mishná Brurá inciso 13 Y véase Jazon Ish 48, inciso 8).