Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Bereshit     29 de Tishrei 5781 


De los primogénitos de su rebaño
Rav Ziv Rave

“Y sucedió al cabo de cierto tiempo, que Kain trajo del fruto del suelo una ofrenda al Eterno” (Bereshit 4:3). De momento que en cuanto a Kain está escrito “del fruto del suelo”, en contraste con Hebel que trajo “de los primogénitos de su rebaño y de lo mejor de él” (Bereshit 4:4), Rashi concluye que la ofrenda de Kain era “lo peor de la tierra”. Eso no está claro: Si Kain de por sí mismo decidió traer una ofrenda, ya que no tenía ninguna obligación, ¿por qué trajo de lo peor?
En el libro “Netivot Shalom” (Bereshit) dice que Kain trajo del fruto de la tierra, y no de su fruto de la tierra. Es decir, recolectó lo que encontró, no ofreció algo por lo que él se esforzó. Hebel en contraste ofreció en honor a D’s de lo escogido y lo más apreciado de su riqueza, por lo cual se esforzó, “de los primogénitos de su rebaño y de lo mejor de él”. Kain, que tomó de lo que vino a primera mano, también trajo frutos buenos, pero su sacrificio es considerado de lo peor, porque no invirtió su corazón en pensar qué corresponde traer frente a D’s. En contraste, Hebel eligió lo mejor, después que pensó cómo le será más grato a D’s su culto.
Es semejante a dos personas que disertan una clase de Torá. Una, que estuvo muchos años estudiando en el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá), se esfuerza y prepara una clase consistente y profunda. Y la otra, diserta en forma asociativa sobre un tema que encontró en el capítulo, habla de lo que él piensa y de su concepción, sin fijarse qué dijeron nuestros sabios y sin esforzarse o edificar su interior. De esa forma el capítulo es como una percha para colgar lo que él piensa y nada más, y a veces es incluso contrario a los valores de la Torá.
Del episodio de Kain y Hebel aprendemos un principio genérico de todo nuestro culto a D’s. No alcanza con que la persona de Am Israel (el Pueblo de Israel) entregue en forma voluntaria una ofrenda a D’s, él debe entregar lo más apreciado y lo más amado, de su esfuerzo y su trabajo. Si no ofrece lo que su naturaleza material se opone a ello, incluso si se ocupa de la Torá y del culto, se está ocupando de lo que es afín con su naturaleza y no exige de sí mismo superarla. Traer “de los primogénitos de su rebaño y de lo mejor de él” quiere decir ofrecer de él mismo grandes fuerzas, esfuerzo o riqueza en honor de D’s, y entonces su ofrenda será bien aceptada frente a D’s, “y el Eterno atendió a Kain y a su ofrenda” (Bereshit 4:4). El valor de la ofrenda se mide en la pureza del vínculo del corazón de la persona que invierte en ello, “D’s desea el corazón”, y según el esfuerzo de la persona así será su acercamiento a D’s, y “de acuerdo al esfuerzo, la recompensa”.
“Todo el culto a D’s depende del cultivo de las virtudes” (Even Shlema, del Gr”a), porque las virtudes son como las raíces. Un sinfín de productos llegarán a expresarse en las mitzvot prácticas de cada virtud cultivada, o no cultivada. Por ello, escribe Rav Jaim Vital que “las virtudes no son parte de las 613 mitzvot, porque ellas son preparaciones básicas de las 613 mitzvot cuando son cultivadas o no, y por ello una virtud mala es mucho peor que una trasgresión. Y de momento que son preparaciones básicas no fueron contadas con las 613 mitzvot, y por lo tanto más se debe cuidar de malas virtudes que del incumplimiento de las mitzvot” (Shaarei Kdusha, 1:2).
El Rav Kuk zt”l vincula la esencia del cristianismo con la raíz de Kain, que entró en el culto religioso sin esfuerzo y sin pureza del corazón, con malas virtudes de asesinato en potencia, que después salieron a la práctica. “D’s no atendió a Kain y su ofrenda porque la maldad se encontraba adherida a él. Ese asesinato, que luego salió en la práctica, se encontraba escondido en potencia también cuando trajo la ofrenda del fruto de la tierra, y una ofrenda como esa es una abominación, él mismo añade potencia a toda fuerza del mal” (Israel UTjiato 15). A pesar de que su ofrenda no fue recibida, Kain tendría que haber mejorado sus acciones y purificar su corazón, y no llegar al asesinato. Cuando el mal instinto tienta a la persona a hacer una trasgresión, más que haga una trasgresión su intención es la caída de su espíritu a consecuencia de ella, que hace que la persona descienda más y más (según Netivot Shalom, Bereshit). Es cierto que la tristeza no es un pecado, pero lleva a la persona a todos los pecados. De la misma forma que la alegría no es una mitzva, pero lleva a la persona a cumplir todas las mitzvot. “Y Kain se enfureció mucho y su rostro decayó. Entonces el Eterno dijo a Kain: ¿Por qué te has enfurecido y por qué ha decaído tu rostro?” (Bereshit 4:5-6). Después que D’s no atendió la ofrenda de Kain, le dice que a pesar de que falló en ello, debe cuidarse que no continúe cayendo dejándose rendir por la tristeza, la raíz de todas las caídas. “Si te mejorarás” (Bereshit 4:7) – es decir, si mejorarás tus acciones, y mejorarás tu corazón con la virtud de la alegría, te elevarás y te acercarás a Mi. Debes saber que es una prueba, a través de la cual podrás también elevarte. “Pero si no te mejorarás” (Bereshit 4:7) – te dejarás rendir por la tristeza y tu espíritu decaerá, como dice el versículo “Kain se enfureció mucho y su rostro decayó”, debes saber que “a la entrada el pecado yace” (Bereshit 4:7) – serás entregado en manos de las fuerzas del mal.
Es una dura tarea para toda persona, que también si D’s no lo permita ha caído, debe fortalecerse a sí misma y no caer en el abismo de la tristeza, sólo debe alentarse a sí misma con la Tshuvá (arrepentimiento sincero) y consolarse con la alegría interna de los puntos buenos que hay en ella y sus victorias. De esa forma volverá a rendirle culto a D’s con vinculación y alegría, y buen corazón. 


Rav Shlomó Aviner

Estamos cansados de las críticas
Rav Shlomó Aviner

En los últimos tiempos, por la corona, son disparadas críticas de todos los lados a todos los lados. Por ello, es necesario recordar varias cosas sencillas relacionadas con la crítica, puntos de moralidad y entendimiento natural.
Todos sentimos la necesidad de criticar y corregir a los otros, es normal. Porque nos acostumbramos a nuestra forma de pensar, y por ello creemos que si otros no están de acuerdo con nosotros y no marchan por nuestro camino, seguramente están equivocados. Porque cada uno tiene valores, tiene posiciones, tiene puntos de asidero en la sociedad, para ser definido. Todos sentimos nuestra fe como una verdad absoluta. Por ejemplo, la persona no dice: Yo creo que no se debe utilizar la violencia. Sino que dice: Está prohibido utilizar la violencia. Y a pesar de que si le preguntaremos a cada uno, él consentirá que no posee toda la verdad y toda la justicia, a pesar de ello tenemos una tendencia natural de influir en las demás personas o por lo menos amonestar y criticar a los que se dirigen por otros caminos que nosotros no luchamos por ellos.
En una discusión, se siente la necesidad de negar lo que dice el prójimo, no para avanzar en la aclaración sino que para hacerle saber que no se está de acuerdo con él. No hay una ley que obliga a la persona a hacerlo, sino que es una reacción sicológica natural de toda persona. No se le ocurre escuchar a su prójimo, hacerle preguntas para comprenderlo mejor. Sino que siente una necesidad de hacerle saber que no coincide con él. No necesariamente la reacción será juzgadora, pero siempre es tomada como tal. Toda persona es alérgica a la crítica, porque no escucha en ella una apreciación objetiva sino que un ataque personal. Y eso es porque la persona tiene ego, orgullo, como un mecanismo de defensa. No le ayudará al que critica decir que no es algo personal, sino que algo en cuanto a la cuestión misma porque el prójimo tiene una reacción de defensa automática. Antes de escuchar la dimensión racional de la crítica, llega la dimensión sentimental. Sólo después hay posibilidad de tomar distancia del sentimiento y evaluar la cuestión misma. La persona siente necesidad de ser aceptado en la sociedad, por ello juzga la crítica como un peligro de ser rechazado por esa sociedad. El ego, el sentimiento, llega primero. También las técnicas de propaganda se dirigen al sentimiento antes que al raciocinio. En resumen, el sentimiento tiene un gobierno amplio sobre la persona. Una persona que critica a su prójimo en cuanto a cierto detalle u otro, se hace acreedor de un mal recibimiento, porque su amigo piensa que antes de criticar a los demás conviene que se critique a sí mismo. El hecho que la critica es justa no la hace más legítima, porque ¿quién es el prójimo para definirse a sí mismo como juez? A una persona adulta no le gusta que su compañero lo transforme en un niño, al que hay que educar, piensa que el prójimo es arrogante y se coloca en una posición de maestro, que le reparte notas buenas y notas malas. Un ejemplo sencillo: ¡Mi querido amigo, yo creo que debes cesar de fumar, tú arruinas tu salud y desperdicias tu dinero envenenándote a ti mismo! – Muchas gracias. No lo pensé, y cada mañana yo me levanto cuando mi meta es arruinar mi salud y desperdiciar mi dinero, y ahora me has proporcionado la motivación de cesar… Por el contrario, cuando le dicen algo así, la actitud es como si fuese un retrasado mental que no es capaz de pensar de por sí mismo. Por supuesto que es consciente de ello, que tiene una adicción. Por ello, esa crítica hará despertar un mecanismo de defensa. Nadie tiene ganas de corregir sus defectos a raíz de la crítica. Por el contrario, eso hace continuar con su comportamiento. Porque no ve ninguna razón para cambiar a raíz de su prójimo que encuentra en él defectos.
La base de todo es la confianza. ¿En quién confía la persona? En el que lo ama mucho. Si no, le dan ganas de tirarlo lejos. No está interesado en quien se le acerca juzgándolo y criticándolo – que es cierto tipo de violencia. Una persona que le habla con cierto tono negativo, ¿por qué le contestará con un tono positivo? Por ello, para que el sentimiento no se rebele, hay que expresarse en un estilo positivo, en base a una actitud interna positiva.
No se puede cambiar el orden sentimiento – raciocinio. La persona no es una computadora, es una criatura sentimental con aptitudes racionales.
Sencillamente, el que realmente quiere influir sobre los demás que ama, no ayudará criticarlos, por el contrario, el resultado será opuesto. Esa es la cuestión, ¿acaso la crítica ayuda, cuando es tomada como un juzgamiento y un ataque? Se debe centrar en lo que se valora de esa persona y sentir auténticamente sus virtudes. Escucharle, intentar comprender por qué piensa así o asá, por qué se comporta de una forma u otra. Toda forma de pensar o actuar tiene muchas razones de ser, y no se puede solucionar el problema oprimiendo un botón.
Se debe hacer despertar en él el deseo de corregirse, y entregarle herramientas para ello. Y el consentimiento con ello es posible en un clima de confianza y seguridad. Es algo paradójico: A través de las lisonjas el prójimo llegará de por sí mismo a reconocer sus defectos. No juzgues, sino que haz despertar en tu prójimo el deseo de mejorarse.


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Escritura y borrado
La Melaja de escritura y la Melaja de borrado son parte de las 39 Melajot tipo que están prohibidas según la Torá escrita en Shabat[1].
Esas Melajot eran necesarias en el Mishkan (El Tabernáculo). Cuando los Hijos de Israel viajaban en el desierto tenían que desarmar el Mishkan, y cuando estacionaban tenían que volverlo a armar. Para que las tablas siempre sean armadas en el mismo orden las señalaban con letras, cada tabla con otra letra, y se fijaban que la tabla marcada con la letra “alef” [primera letra del alfabeto hebreo. N. del T.] siempre sea puesta al lado de la tabla marcada con la letra “bet” [segunda letra del alfabeto hebreo. N. del T.], y así todas ellas[2].
También la Melaja del borrado era necesaria, porque a veces cuando escribían las letras sobre las tablas se equivocaban, y era necesario borrar la letra escrita y volver a escribir la letra correcta[3].

Letras en otros idiomas
La prohibición no sólo se refiere a las letras hebreas, sino que todo tipo de escritura, en cualquier idioma, está prohibida según la Torá escrita en Shabat[4].
También la prohibición de escribir es válida ya sea que escribe letras o números[5].

La cantidad
Según la Torá escrita, está prohibido escribir en Shabat incluso una sola letra o número[6]. Y lo que fue dicho respecto a la Melaja de escritura que se trata de dos letras, se refiere a la obligación de traer un sacrificio de Jatat – ya que el que escribe en Shabat sin intención de hacer una trasgresión debe traer ese sacrificio si escribió por lo menos dos letras[7], o dos números. Pero en cuanto a la prohibición, incluso una sola letra o número están prohibidos [como toda “media cantidad”, que está prohibida según la Torá][8].


[1](Mishná, Shabat 73A).
[2](Allí, 103B. Rashi, Shabat 73A comienza kotev umojek).
[3](Allí).
[4](Ramba”m, Hiljot Shabat 11:10. Shuljan Aruj, Orej Jaim 306, Mishná Brurá inciso 47. Kaf HaJaim inciso 88). Y en Biur Halajá (comienza biktav) demostró en extensión que la opinión de todos los Rishonim es que el que escribe letras de otro idioma comete una trasgresión de la Torá escrita. Y la opinión del Or Zarua que citó el Ram”a - que la prohibición en ese caso es sólo de nuestros sabios - es una opinión única, pero el Ram”a la citó para ser más estricto. Es decir, que lo que fue permitido comprar una casa en Eretz Israel (la Tierra de Israel) de un gentil en Shabat, cuando firma el contrato, es cuando se escribe en otro idioma, que según la opinión del Or Zarua es sólo una prohibición de nuestros sabios, y por el asentamiento de Eretz Israel la permitieron cuando un gentil lo hace como emisario suyo.
[5](Ramba”m, allí 11:10. Mishná Brurá 340 inciso 22 al final de la letra hei. Shaar HaTziun inciso 41. Biur Halajá comienza bemashkin).
[6](340 Mishná Brurá inciso 22, letra dalet. Biur Halajá allí, al principio, comienza al shtei searot. Kaf HaJaim allí, inciso 26).
[7]El que escribe dos letras se hace acreedor de Jatat, incluso si ambas letras juntas no son ninguna palabra. También si escribe la misma letra repetida dos veces (allí, Mishná Brurá inciso 22 letra hei. Shaar HaTziun inciso 38), a condición de que es una palabra. Pero cuando escribe dos veces la misma letra que no es ninguna palabra, los Rishonim discrepan si está prohibido según la Torá escrita o sólo por nuestros sabios (Biur Halajá, comienza bemashkin).
El que escribe una sola letra, incluso si la escribe al lado de otra letra que ya estaba escrita anteriormente, no se hace acreedor de Jatat. Pero si escribiendo esa letra completa la escritura de un libro, se hace acreedor de Jatat porque su acción es muy significativa (allí, Mishná Brurá inciso 22 letra dalet. Kaf HaJaim inciso 27).

[8](Allí, Mishná Brurá inciso 3. Biur Halajá allí).
Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 8) que citó quienes opinan que el concepto de “media medida está prohibida según la Torá escrita” se refiere sólo a prohibiciones de comida, pero en cuanto a las otras prohibiciones no está prohibido según la Torá.