Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Itro     20 de Shvat 5780     1257 


Rav Eran Tamir

Límites
Rav Eran Tamir
(reimpresión) 

Por lo general, cuando una persona se encuentra con un gran ideal – un ideal muy significativo, distante, que para ser adquirido se necesita de un largo camino - reacciona de una de dos formas contrarias: Perdiendo la esperanza de alcanzar ese gran ideal por la gran brecha entre lo deseado, el futuro pleno, y la realidad actual, parcial y limitada en la que se encuentra. O con un entusiasmo exagerado, un poderoso deseo de alcanzar ese gran ideal rápidamente y con precipitación, salteando las etapas intermedias necesarias, impulsado por la imaginación y las fantasías que producirán finalmente desmoronamiento, quebrantamiento y desplomo.
Esa era la situación en la que se encontraba Am Israel (el Pueblo de Israel) luego de haber llegado al Monte de Sinai antes de la Entrega de la Torá, cuando escucharon el gran ideal para el cual ellos recibirán la Torá en unos pocos días. “Y ustedes Me seréis un reinado de sacerdotes y un pueblo santo” (Shmot 19:6), es decir, un pueblo que en su esencia interna espiritual – y por lo tanto es su papel – es capaz de expresar los ideales Divinos no sólo en el kodesh (lo santo) y en el espíritu, sino que también en lo laico y en la vida material, no sólo en la vida del particular sino que también en la vida del pueblo, en la vida pública, en un estado e incluso en la política. Y como dice el Rav Kuk zt”l (Ein Aya Shabat Bet, Pág. 171): “Elevados maestros y guías para todo el mundo, kdoshim (santos) en su vida externa [material] e interna [espiritual], de los individuos [como particulares] y de la nación [como pueblo]”. Y en más detalle (Orot, LeMaalaj HaIdeot 82): “Para que sepan que no sólo individuos particulares singulares inteligentes, sobresalientes, piadosos y abstinentes y santos viven a la luz de la idea Divina, sino que también pueblos enteros que incluyen dentro de ellos todos los distintos niveles humanos, hasta los amplios sistemas sociales y económicos… para plasmar esa aspiración se necesita que ese público tenga un estado político y social, un reinado nacional en la cúspide de la civilización humana, y la idea Divina absoluta gobierne allí y de vida al pueblo y la tierra con su resplandor de vida”.
Explica el Rav Kuk que justamente de hecho que parte de la esencia espiritual y la aptitud de Israel es expresar ese ideal nacional kadosh, no cabía que perdiesen la esperanza del gran ideal, sino que justamente lo contrario, había que cuidarse del entusiasmo exagerado y la precipitación sin límites por alcanzar el ideal sin la preparación necesaria y el largo y complejo proceso necesario para plasmarlo auténticamente. Y en sus palabras (Orot, LeMaalaj HaIdeot 24): “No se debe temer la languidez y la negligencia, sino que el entusiasmo que sobrepasa todos los límites… que abandona todos los senderos de la conducción y genera ruina y quebrantamiento en el mundo”. Por ello, enseguida después de la buena nueva del gran ideal, D’s les ordenó limitar el monte, para “detener el torrente del corrido, para que no sobrepase los límites”.
Como en aquel entonces, así también en nuestros días, para el individuo particular y para el público general: Justamente en situaciones de vinculación con la Torá y las mitzvot, situaciones acompañadas muchas veces de tempestades espirituales y gran entusiasmo emocional, hay que cuidarse mucho que el raciocinio guie las cosas con paciencia y delicadeza, según todas las preparaciones y niveles necesarios para adquirir la Torá auténticamente, no sólo en forma superficial y pasajera, D’s no lo permita, sino que en forma profunda e interna – “el tercer día les ordenó la limitación del monte”. 


Rav Shlomó Aviner

Preguntas y respuestas del “Acuerdo del Siglo”
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Hay quienes arguyen que debemos aceptar el “Acuerdo del Siglo”, porque es la mejor proposición que hemos recibido, no habrá algo mejor, y es preferible un poco a quedarnos sin nada.
Respuesta: Por supuesto que recibiremos proposiciones mejores. La razón por la cual esa proposición es menos mala que las anteriores no es porque de pronto los americanos se enamoraron de nosotros, sino que gracia a D’s, nuestra situación mejoró mucho, ya sea desde el punto de vista militar, ya sea desde el punto de vista económico, ya sea desde el punto de vista de las relaciones internacionales, y entonces los países árabes que nos rodean están interesados en normalizar las relaciones con nosotros. De todas formas, no se hacen negocios con nuestra tierra de vida.
Pregunta: Hay quienes dicen que de todas formas la política es sólo palabras, y no hay ningún problema en aceptar, porque seguramente los árabes se negarán y saldremos ganando algo de ello.
Respuesta: Con respecto a Eretz Israel (la Tierra de Israel) también palabras de traición son un pecado. Es semejante a una persona que consiente en pasarle su esposa al vecino algunos días por semana, porque sabe que este se negará – pero también eso es una traición. Y todos saben lo que le ocurrió a Rabí Amnon de Maguncia, que el rey lo presionó para que se convierta al cristianismo, y él para zafarse de eso contestó que lo pensará. Más tarde, entendió cuán terrible fue la respuesta que dio, y en efecto, él murió con suplicios espantosos. Dicho sea de paso, no es seguro que los árabes se negarán. Hubo situaciones en las que ellos consintieron. Cuando se trata de algo tan crucial, no se puede jugar con los dados. El vínculo entre Am Israel (el Pueblo de Israel) y Eretz Israel no es un vínculo como un comerciante y la mercadería en algún negocio, sino que como la relación entre un esposo y su esposa, un vínculo de vida.
Pregunta: Pero la gueulá (Redención) llega paulatinamente. No debemos decir: Todo o nada. Por ello, no tuvimos otra posibilidad y aceptamos el “Programa de Partición de Palestina”, porque eso nos hizo avanzar. También en este caso hay cierto avance.
Respuesta: Por el contrario, hay un terrible retroceso. En ese acuerdo le entregaremos al enemigo un 70% de Iesh”a (Judea y Samaria), y nos quedaremos con un 30%. Hoy en día, tenemos el 100%. Es cierto que no es en forma oficial a los ojos de los gentiles, pero no nos importa. Lo principal es que en la práctica, se encuentra bajo nuestro dominio. Nuestro ejército gobierna allí, los ciudadanos pagan impuestos, reciben presupuestos estatales, los judíos participan de las elecciones y se enrolan en el ejército, hay electricidad y agua. Está en nuestras manos. Respecto a ello fuimos ordenados en cuanto a Eretz Israel que no la abandonemos bajo el dominio de algún otro pueblo, es decir, un gobierno ajeno.
Pregunta: ¡¿Entonces todo está bien?!
Respuesta: No. Hay que asentar otro millón de judíos, hay que edificar cientos de asentamientos, hay que poblar miles de terrenos. Estamos contentos por lo que hay, pero no nos conformamos con ello. Pero, D’s no lo permita, no volveremos atrás, también paulatinamente está prohibido volver atrás, es una distorsión del concepto paulatinamente. También en ese mismo acuerdo parte de los asentamientos serán acogotados, D’s no lo permita.
Pregunta: Entonces, ¿qué debemos decir frente a esa proposición?
Respuesta: Un amigo mío me contó que una vez viajó de vacaciones a Alaska, a sentarse a la orilla del mar y pescar. En el avión que los llevó, uno pensó hacer un chiste y preguntó: ¿Qué debemos hacer si llega un oso? Todos sonrieron. El instructor no sonrió, y contestó: Mírale a los ojos, y dile; “hey, bear, this is my place”. Hey, oso, este es mi lugar. Sonrieron nuevamente.
Mi amigo se sentó tranquilamente a pescar, y de pronto escuchó un sonido pesado a sus espaldas. Se dio vuelta, y vio un oso grizzly de dos metros y medio de altura. No cabe escaparse, porque un oso como ese puede correr a 45 km/h. Tembló de miedo, pero se sobrepuso, le miró a los ojos y le dijo: “Hey, bear, this is my place”. El oso dio media vuelta, y se fue.
Por lo tanto, por favor, digan en mi nombre y en nombre de todo Israel a los países árabes, y a todos los que son apodados palestinos, y al presidente de EE. UU.: “Hey, bear, this is my place”. Ustedes tienen sus propios lugares, y no nos entrometemos – entonces, no se entremetan en lo que hacemos en nuestro lugar, en nuestra tierra, que toda ella es nuestra, desde el principio de la historia hasta toda la eternidad. 


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Dash
Está permitido en Shabat pelar cebollas o dientes de ajo y similares enseguida antes de comerlos, y no está prohibido por ser Mefarek[1].
Así también está permitido pelar nueces y almendras en Shabat, enseguida antes de comerlas, y no es considerado Mefarek[2].
La razón es porque la prohibición de Mefarek se refiere a alimentos que se acostumbra a pelarlos para almacenarlos y utilizarlos más tarde [y se acostumbra a hacer eso en el campo[3]], como el trigo que se acostumbra a separar las espigas y las cascarillas de los granos para utilizarlo más tarde. Pero los alimentos mencionados, que se acostumbra a pelarlos cuando se los come, no están incluidos en la prohibición de Mefarek[4].
Pero de momento que cuando se los pela se separa entre la comida y los residuos, de los debe pelar enseguida antes de consumirlos, como fue aclarado anteriormente en las halajot de Borer – cuando está permitido separarlos para utilizarlos enseguida antes de la comida[5].
Así también está permitido quitar la cáscara delgada que está adherida a las nueces y los maníes, si lo hace enseguida antes de comerlos[6].
Nueces y almendras, aparte de la cáscara dura sobre ellos, cuando crecen en el árbol están envueltos en otra cáscara de color verde. Esa cáscara cae en cierto punto de su crecimiento.
Nueces y almendras que la cáscara verde todavía se encuentra adherida a ellas está prohibido pelarlas en Shabat, porque es considerado Mefarek, ya que la separación de ellos de esa cáscara es semejante a la separación de los granos de trigo de las espigas. Y si desea comer de esas nueces o almendras, debe romperlas sin quitar la cáscara verde primero[7].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 321 inciso 19, Ram”a).
[2](Allí, Mishná Brurá inciso 84. Kaf HaJaim inciso 140. 319, Mishná Brurá inciso 24).
[3](Shu”t Maharsha”g, segunda parte inciso 108 pregunta 2).
[4](Eglei Tal, Melejet Dash 2, inciso 3. Shbitat HaShabat inciso 5). Y algo similar escribió Jaiei Adam: “Justamente alimentos que se acostumbra a separar de esa forma, lo que no es así cuando pela nueces de su cáscara dura, y también los otros frutos de su cáscara, y también separar la médula de los huesos, en todos esos casos no hay similitud con Dash, ya que no se acostumbra a hacer algo así con ellos”.
Y véase más en Eglei Tal (Melejet Borer, inciso 6) que está permitido pelar las nueces incluso con un cascanueces, y no se lo debe prohibir por ser Borer con un utensilio, porque el romper la cáscara todavía no es separación de la comida de los residuos.
Almendras y nueces cuya cáscara fue rota y todavía se encuentran en ella, de lo que escribió Pri Megadim tal parece que hay que cuidarse de quitar la comida de entre los residuos – la cáscara – y no al revés [incluso cuando su intención es comerlos enseguida], por Borer. Pero Maguen Avraham citó al Iam Shel Shlomó que el pelado de la cáscara que se encuentra sobre ellos es considerado preparación del alimento, y no hay problema de Borer. Y si lo hace enseguida antes de la comida, está permitido (319, Mishná Brurá allí).

[5](321, allí).
[6]Y véase en Eglei Tal (Melejet Dash allí 3, inciso 3, 4, 5) que es aclarado que pelarlos cuando no es enseguida antes de la comida está prohibido por ser Dash. Y véase anteriormente en las halajot de Borer por qué cuando se pela no está prohibido por ser Borer.
[7](Shuljan Aruj, Orej Jaim 319, Mishná Brurá inciso 24, Kaf HaJaim inciso 64 65). Y en Eglei Tal (3 inciso 2) escribió que la cáscara dura [no la verde] se acostumbra a pelar cuando se los come, y por ello no hay problema de Mefarek. Pero la cáscara verde que se encuentra sobre la cáscara dura no se acostumbra a pelar cuando se los come, y está prohibido por ser Mefarek. Y en Shu”t Mharsha”g (segunda parte, inciso 108 pregunta 2) agregó que el quitado de la cáscara verde es una labor que se hace en el campo.
(Y véase Ktzot HaShuljan 126 inciso 4, Badei HaShuljan inciso 7).