Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Lej Leja     11 de Jeshvan 5780     1243


“Vete”
Rav Ziv Rave

Muchas personas culpan de sus faltas al entorno de donde vienen. “Si hubiese recibido otra educación, o fuese hijo de un Rav, si hubiese crecido en otro barrio o en una situación socio económica distinta, mi vida se habría desarrollado de otra forma, por supuesto que me encontraría en una situación mucho mejor”. Pero debemos decir la verdad, eso es un error. En efecto, la educación de la persona es un coeficiente importante, y la cultura de donde la persona mama es crítica, y también todas las condiciones externas que formaron su vida, pero a fin de cuentas – está en sus manos cambiar. Es más, no tiene sentido lamentarse si su punto de partida no es bueno, sino que la persona debe reconocer que no es por azar que así es. Hay una providencia Divina exacta en cuanto al entorno en el que llegó su alma al mundo, la familia, el lugar geográfico, la época, etc. El punto de partida de la persona, incluso si es bajo, si solamente decidirá avanzar, crecer y dirigirse por el camino de D’s con toda su fuerza, le será aclarado que todas sus virtudes y su forma de labor, era necesario que se desarrollen justamente de esa forma. Por supuesto, en un principio deseamos educar a nuestros hijos en un entorno cálido, que apoya y de fe, pero si la persona no creció así, no debe consentir con la carencia, y está de más amargarse por ello. Por el contrario, la carencia misma es lo que puede ser un trampolín de toda su labor y su misión en este mundo. En forma potencial, puede que justamente allí se encuentra escondido el catalizador para hacer nacer una habilidad singular y especial, o un factor importante para la edificación de su personalidad. Moralejas y vivencias que la persona absorbe pasando por sus dificultades y sus luchas pueden ser algo que salve y cure muchas almas. Una personalidad profunda, que se edificó de la salida de la oscuridad a la luz, puede ser un faro para muchas almas perdidas en el tormentoso mar de la vida.
Eso lo aprendemos de nuestro patriarca Avraham, el gigante entre gigantes, el ejemplo para todos los creyentes en el monoteísmo, el más grande revolucionario histórico, sin par en su influencia a toda la humanidad. Todos los méritos de las generaciones que llegarán después dependen de la kdushá (santidad) de su concepción de D’s y su cristalina fe que enseñó con amor a todo el que estaba dispuesto a escuchar. “Avraham el ivri, que todo el mundo se encuentra en una orilla del río, y él en la otra [ivri en hebreo tiene también la acepción de “lado”, y también “hebreo”. N. del T.]”, que tomó un martillo y pulverizó todos los modelos de pensamiento, culturas y formas de rituales oscuros que eran acostumbrados en su generación. ¿Y cuál fue el entorno donde nació? Él creció con un padre que rinde culto con piedad a los dioses, en una cultura pagana de las peores en Ur Kasdim, y cuyo líder es el rey Nimrod que lo persigue e intenta quemarlo vivo por sus creencias.
Nuestro patriarca Avraham no está ocupado en tener compasión por sí mismo o aceptar sus defectos, él se ocupa en hacer florecer los páramos desolados. Justamente el desierto de la fe seco donde fue plantado en un principio fue el que hizo todo su florecimiento de fe, de todas las generaciones. Todo el mal que lo envuelve en su tierna infancia es el que generará el torrente del río del bien que comienza de él y no cesará hasta el fin de los días. Toda la individualidad pagana de las bajas pasiones es la que hará despertar el alma más genérica, sobre cuyos hombros se encontrará la responsabilidad de todas las generaciones, y el corregimiento de toda la humanidad.
Eso lo aprendemos de lo que escribe Rabí Tzadok HaCohen de Lublin (Pri Tzadik, al principio de Lej Leja), respecto al versículo: “El Eterno dijo a Abram: Vete por ti de tu tierra y de tu lugar de nacimiento, y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré” (Bereshit 12:1). Si nos fijaremos, veremos que el término “vete por ti de tu tierra” no es común. Por lo general cuando se habla de la salida de alguien de cierto lugar se dice “sal de tu tierra”, y cuando se habla de una persona que se dirige a algún lugar es adecuado decir “vete”. Como en el episodio del Sacrificio de Itzjak, “vete a la tierra de Moria”. Pero el término “vete por ti de tu tierra” necesita ser explicado.
Rabí Tzadok HaCohen de Lublin resuelve eso citando al “Zohar”, “vete por ti, para corregirte a ti mismo, para corregir tu nivel… (Primera parte, 77B). Es decir, a pesar de que ha nacido de Teraj que era un idólatra, y en un lugar donde rendían culto a otros dioses con pasión, no debe temer por ello, por el contrario, de eso mismo podrá irse y llegar a su nivel adecuado”. Eso es porque el entorno de donde viene la persona es el que le entrega en sus manos herramientas especiales, revela aptitudes y dibuja pautas que le ayudarán a edificar su singularidad, si se elevará a sí mismo en el culto a D’s.
Por ello, según todo lo que fue dicho la interpretación de ese versículo así debe ser, D’s le dice a Avraham “vete”, ve y edifica tu nivel, “de tu tierra y de tu lugar de nacimiento”, es decir, en base a ello, que has nacido en un lugar malo y bajo, justamente en base a ello te edificarás, y justamente “de la casa de tu padre”, en base a la realidad que Teraj era un idólatra. Y debes saber que todos esos puntos de partida no son por azar, sino que son los ladrillos de construcción, de las cuales podrás corregir tu nivel, efectuar tu misión, hacer brillar tu resplandor puro y singular en Mi mundo.
Rabí Tzadok explica que ese principio espiritual es válido también tratándose de toda la nación. La situación mala de la galut (el exilio), es lo que generará los procesos sicológicos y de fe que traerán la gueulá (redención) plena. La realidad carente misma es la que será como una palanca para el completado que se hace con un vigor que no tiene par. De esa forma él explica los versículos: “El Eterno dispersará a ustedes entre las naciones y quedarán pocos en número entre los pueblos adonde el Eterno los conduzca allá… ahí servirán a dioses hechura de las manos de los hombres, madera y piedra, que no ven y no escuchan, no comen y no huelen… desde allí buscarán al Eterno tu D’s, y lo hallarás si lo buscas con todo tu corazón y toda tu alma” (Dvarim 4:27-29). La galut
misma hará que “buscas con todo tu corazón y toda tu alma”, y de esa forma, “lo hallarás”. 


Rav Shlomó Aviner

Post modernismo y alma
Rav Shlomó Aviner

Es difícil de definir el post modernismo. En forma sencilla, es la antítesis del modernismo - que también es difícil de definir. Por ello, hay que decir que hay muchos tipos de post modernismo. Cada uno y su post modernismo. Si ustedes quieren, esta será la definición: El hombre es el que determina sus ideales, sus valores, sus aspiraciones. Él determina la esencia de su vida, según sus tendencias. Cada uno con su fe. Él edifica su mundo, su vida y su pensamiento en base a su mundo interior.
Pero el mundo interior de la persona es muy complejo, con muchos matices, y es también campo de batalla y contradicciones. Como es sabido, en la persona hay nefesh, ruaj y neshama [distintos niveles de espiritualidad. N. del T.], y cada uno tira en otra dirección.
Eso es aclarado en el libro “Orjot Tzadikim”, en el último capítulo, “Shaar Irat Shamaim”.
Por supuesto, lo principal en el hombre es su neshama (alma). La neshama es como una princesa, es la hija del Rey de los reyes. “Y sopló en sus narices aliento de vida” (Bereshit 2:7). Es cierto que fue colocada en el sucio cuerpo, pero siempre aspira a D’s, sobre todo en Am Israel (el Pueblo de Israel), “porque tú eres un pueblo santo para el Eterno, tu D’s” (Dvarim 7:6).
Pero la persona tiene dos dueños, nefesh y ruaj, que son compartidos también por el reino animal.
La nefesh tira al hombre a comer y beber, entregarse a todo tipo de pasiones corporales, marchar tras los ojos. El psicólogo Freud vio en ella la parte principal del hombre.
El ruaj tira al hombre a una posición encumbrada, al honor, al enojo, al orgullo. Esos fenómenos existen también entre los animales, en cierta medida. El psicólogo Adler vio en la persecución del honor y el complejo de inferioridad la principal parte del hombre.
Cuando la nefesh y el ruaj gobiernan, es decir, la pasión y el orgullo, debilitan la neshama. Ella sufre.
El post modernismo es una mezcla cambiante de persona en persona, de neshama, ruaj y nefesh en distintos porcentajes – poca neshama, y mucho ruaj y nefesh, y por supuesto distintos tipos de búsqueda del ruaj y la nefesh. Todo eso explica el relativismo moral que se encuentra en la base del post modernismo: “Serán como D’s, conocedores del bien y el mal” (Bereshit 3:5). El hombre decide cuáles son los criterios del bien y del mal. Ese es el Pecado del Primer Hombre, como lo explica el Ramba”m al principio de su libro “More Nebujim”, y Rabí Jaim de Voloshin en su libro “Nefesh HaJaim” (Shaar 1, capitulo 6, acotación).
Nuestro tema es engrandecer la neshama, alumbrar la neshama, que ella se depure y también eleve al nefesh y al ruaj. Quizás tú digas: Esa neshama complicará a la persona, en contraste con el nefesh y el ruaj que erigen una vida agradable afín consigo mismo, auténtico consigo mismo. No es así. El que observa la realidad desde un punto de vista auténtico verá que es justo lo contrario. El que vive una vida de nefesh y ruaj, está esclavizado a una dura labor de persecución del dinero, los placeres, el honor, las recreaciones, la posición social, la carrera, etc. Y el que vive la vida de la neshama, es dichoso. “Bienaventurado es el que se encuentra en Tu casa” (Tehilim 84:5). “Bienaventurado es el que se dirige por los caminos íntegros” (Tehilim 119:1).
Porque la parte principal de la persona es la neshama, esa es su naturaleza interna. La nefesh y el ruaj, que son compartidos también por los animales, son sólo medios, no metas. Por supuesto, cuando el resplandor de la neshama alumbra, también ellos se depuran y son buenos, agradables y fieles.
“Bienaventurado es el pueblo que así le es, bienaventurado es el pueblo que el Eterno es su D’s” (Tehilim 144:15). 


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Borer
Dos tipos de alimentos que se encuentran en el plato - por ejemplo, un guiso de zanahorias y cohombros mezclados - a pesar de que ambos son aptos para ser comidos, de todas formas si ahora desea las zanahorias y no desea los cohombros, las zanahorias son consideradas “comida” y los cohombros “desperdicios”, y debe quitar las zanahorias de dentro de la mezcla – “comida de entre los residuos” – y no al revés[1]. Y deberá hacerlo enseguida antes de la comida[2]. [Más adelante será aclarado qué alimentos son considerados dos tipos a esos efectos[3]].
Pero cuando se encuentra en el plato un guiso de zanahorias solamente, donde hay mezclados trozos pequeños y trozos más grandes, de momento que todo es un mismo tipo de alimento el separarlos no es considerado “Borer”. Por ello, también si desea comer sólo de los trozos grandes y no desea los trozos pequeños, puede quitar los trozos pequeños del plato y dejar en él sólo los trozos grandes[4].
Así también cuando desean servir pollo o carne en la mesa, está permitido quitar los pequeños trozos y dejar sólo los grandes para servirlos, porque todo es considerado un mismo tipo, y no hay problema de “Borer[5].
De momento que la separación entre pequeño y grande no es considerada “Borer”, entonces también cuando tiene delante una mezcla de distintos tipos, como un frutero donde hay manzanas y peras, naranjas y clementinas, está permitido separar los frutos pequeños [de todos los tipos] de los frutos grandes [de todos los tipos] como desee, porque de momento que no separa los distintos tipos de frutas, sólo las grandes de las pequeñas, no hay problema de “Borer” en su acción[6].
Cuando preparan la mesa y ordenan los utensilios de la comida, a veces los cubiertos están mezclados y se debe prestar atención de separar lo que se necesita para esta comida enseguida antes, y no mucho tiempo antes[7].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 319 inciso 3. Mishná Brurá inciso 12) E incluso cuando los trozos son grandes, y cada trozo es notorio de por sí en la mezcla, si son dos tipos mezclados es Borer y está prohibido (allí, Ram”a).
[2](Allí). Y si separó y lo dejó para después, se hace acreedor de Jatat (allí). Por lo tanto, también tratándose de dos tipos de alimentos, si separa lo que desea ahora, debe hacerlo enseguida antes de la comida, como el que separa comida de residuos (allí, Mishná Brurá. Biur Halajá, comienza sheborer, citando a Tosafot, Maase Rokeaj y otros).
[3]Véase más adelante.
[4](Trumat HaDeshen 57. Fue citado por Beit Iosef y Ram”a allí).
En efecto, el Ta”z (allí, inciso 2) discrepa con ello, y escribió que se debe ser más estricto incluso con un solo tipo, que no separe sólo lo que quiere comer ahora, o que tome lo primero que encuentre y lo deje para la próxima comida, y no de la forma en que se separa. Pero muchos Ajaronim discrepan con él y coincidieron con el Ram”a, que determinó como Trumat HaDeshen (allí, Mishná Brurá inciso 15). Y en Kaf HaJaim (inciso 30) citó muchos Ajaronim que objetaron al Ta”z, pero citando a Jaiei Adam determinó que lo correcto es ser más estricto.
Y Ben Ish Jai (segundo año, Beshalaj inciso 2) escribió: “Y es bueno tomar en cuenta la opinión de los que son más estrictos. Y a pesar de que la mayoría de los Poskim opinan que no hay Borer tratándose de un solo tipo de comida, y tal parece que así es la opinión del Shuljan Aruj, a pesar de ello de momento que hay de los Ajaronim que así piensan, lo correcto es ser más estrictos, y el que no lo hace tiene en quién fiarse”

[5](Véase Maamar Mordejai allí, inciso 5. Birkei Iosef inciso 4 citando Orjot Jaim).
[6](Allí, Ram”a).
[7]Eso también es relevante cuando separa objetos que están mezclados, como por ejemplo prendas o libros que están entreverados, y necesita alguno de ellos, debe cuidarse de separar lo que le es necesario para utilizarlo enseguida (véase Menujat Shabat 80 inciso 70).