Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Shoftim     7 de Elul 5779     1235 


El soborno
Rav Ziv Rave

“No inclinarás el juicio, no harás preferencias y no aceptarás soborno, ya que el soborno ciega los ojos de los sabios y tergiversa las palabras de los justos” (Dvarim 16:19). Analizando esa mitzva en varios planos paralelos, encontramos que cada plano agrega cierto resplandor a los demás.
Esa mitzva le es ordenada al juez, pero también es una indicación para toda persona de Am Israel (el Pueblo de Israel), como todas las mitzvot que le son ordenadas a los jueces o los Cohanim (Sacerdotes). Se puede asemejar el alma de la persona al juzgado donde hay un juicio perpetuo. Hay dos voces que se escuchan en ese recinto, la voz de su alma y la voz del Creador, y el juez allí es su raciocinio, que debe decidir entre ellos. Una de las artimañas del Ietzer HaRrá (mal instinto) es el soborno del raciocinio, sugiriendo una gama de pasiones y tentaciones para inclinarlo en su juicio en su dirección. Y así escribe al respecto el Ramja”l  (Rabí Moshe Jaim Luzato): “Debes saber que esta es una regla básica probada en la labor del ascetismo, que todo aliviado de algo estricto debe ser revisado. Porque a pesar que puede ser recto y cierto, pero probablemente es una proposición del Ietzer HaRrá y sus artimañas, por eso se debe revisar e investigar cuidadosamente. Y si después de toda esa revisación encuentra que es una indicación justa, por supuesto que es buena” (Mesilat Iesharim, cap. 6). Y así dijo Rav Una, que si la persona cometió una trasgresión y la repitió, ya le parece como si estuviese permitido (según Arajin 30B), porque los ojos de su raciocino han sido enceguecidos por el soborno, ya que la trasgresión atonta el corazón de la persona.
El soborno es algún provecho, que genera un descenso espiritual y una lesión. Por ello, dijo Shlomó “el sediento de ganancias destruye su propia casa, pero el que odia las dádivas vivirá” (Mishlei 15:27). “El que acepta soborno en el juicio, desarraiga su casa y la destroza, al contrario de lo que piensa. Pero el que también odia los regalos, y no desea tomarlos, vivirá y sobrevivirá, porque confía en D’s, bendito sea, y no se fía en los regalos de las personas” (Ralba”g, allí).
El soborno no es un regalo inocente, detrás de él se esconde un interés. De momento que el juez aceptó el soborno, ya no es libre en su dictamen, y su raciocinio forzosamente se inclina a favor del sobornador, de momento que le hizo una bondad. Así es respecto a todo tema que la persona juzga. “Ya que el soborno ciega los ojos de los sabios”, y por supuesto de los tontos. “Y tergiversa las palabras de los justos”, y por supuesto de los malvados. Pregunta la Gmará, ¿acaso los tontos y los malvados pueden ser jueces? Pero es que incluso un gran sabio que aceptó soborno no abandona el mundo sin que su corazón se enceguezca, “ciega los ojos de los sabios” (según Ktuvot 105). E incluso un tzadik (justo) íntegro que aceptó soborno, no abandona el mundo sin que se enloquezca, “tergiversa las palabras de los justos”. A pesar que tratándose de un tzadik íntegro no se puede hablar de intereses naturales como todos los demás, pero el soborno tiene una fuerza singular de impurificación, por encima de los intereses regulares del mundo, y esa fuerza lo enloquecerá. Al principio cuando acepta el soborno sabe que él está tergiversando el juicio, pero después es castigado con el enceguecido del corazón, y se piensa que realmente ha juzgado en forma correcta (según Jazon Ish, allí).
De momento que el juez aceptó el soborno de alguna persona, se siente más cercano a ella, y son como una misma cosa, y como es sabido la persona no es capaz de ver sus propios defectos. Por ello, dicen en la Gmará: Shojad [soborno, en hebreo. N. del T.], shehu jad [que es uno, en hebreo. N. del T.], que el que acepta el soborno y el que lo da se unifican en un solo corazón (según Ktuvot 105). Y es más, el soborno en manos del juez se convierte en un cuchillo, para decretar rápido según la inclinación de su corazón, y no tomarse su tiempo para decretar en forma minuciosa (Kli Iakar, Dvarim 16:19).
Escribe el Ramba”m: “Y no fue prohibido sólo el soborno con dinero, sino que también con otras cosas. Y ocurrió una vez que un juez cruzó en un pequeño barco un río, y una persona le extendió la mano para ayudarlo a subir a la orilla. Y esa persona tenía un pleito, y le dijo el juez que él no puede juzgarlo [porque le debe ese pequeño favor]. Y ocurrió una vez que una persona le quitó una pluma de la prenda del juez, y otra persona cubrió un escupitajo frente al juez, y en ambos casos dijo el juez que él no puede juzgarlo. Y ocurrió una vez que una persona le trajo a un juez que era Cohen uno de los tributos de Cohen, y le dijo el juez que él no puede juzgarlo. Y ocurrió una vez que un campesino trabajaba el campo de un juez y le traía higos del campo cada viernes. Y una vez se los trajo un jueves, porque tenía un pleito, y le dijo el juez que él no puede juzgarlo, a pesar que los higos eran del campo del juez mismo, pero de momento que se los trajo más temprano ya no puede juzgarlo” (Ramba”m, Hiljot Sanhedrin 23:3).
Una forma de soborno de nuestros días es a través de las donaciones de todo tipo de fondos, que se presentan como amistosos, y en acciones voluntarias o altruistas de quienes se presentan como organizaciones de caridad determinadas. La meta secreta de ellos, es pro
mover cierto interés, cierta fe o concepción ajenos al judaísmo, que son como un veneno para Am Israel. A veces junto con ese soborno llega también la severa trasgresión del provecho de dinero de idolatría e introducción de los misioneros dentro de nosotros. El que recibe el provecho, es imposible que no se incline su corazón a favor del donador, y las palabras de los justos o las justificaciones son tergiversadas (según Rashi, Dvarim 16:19), y purifican lo impuro. “Enseñó Rav Najman Bar Kohen, ¿qué es lo que se refiere el versículo cuando dice “el rey establece la tierra por la justicia, pero el que exige donativos la destruye” (Mishlei 29:4)? Si el juez parece como un rey, que no necesita nada, apuntalará el mundo. Y si parece como un Cohen, que se pasea por los campos [para recibir sus tributos], lo desmoronará” (según Ktuvot 105).
Que sea la voluntad de D’s que todas nuestras necesidades sean completadas con regalos del Cielo, y se añada sólo resplandor y bien. 


Rav Shlomó Aviner

Post modernismo
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Yo escucho mucho el término post modernismo, por lo general como crítica. Por supuesto, no estoy interesado en la cultura occidental, pero me está claro que ella influye sobre nosotros. Por ello, desearía saber ¿cuál es el contenido de esa corriente, y cuál debe ser nuestra actitud, los judíos temerosos de D’s, frente a ella?
Respuesta: No es una corriente uniforme sino que un amplio conjunto de corrientes, cuyo común denominador es la desilusión del modernismo. El modernismo ensalza el raciocinio y el avance – el raciocinio y la ciencia que trajeron el progreso para el bien del género humano. Él surgió como reacción a la religión cristiana, que está plagada de creencias absurdas e inmoralidades.
Pero el occidente también se defraudó del modernismo, que no proporcionó la mercancía deseada. A su amparo se desarrolló la violencia, guerras asesinas, desastres ecológicos y muchas otras desgracias. En resumen, no le proporcionó felicidad al hombre. Por ello, se desarrolló una sensación de defraude y desconfianza para con todo lo que es considerado un valor en el modernismo: Avance, ideologías, creencias generales, verdad absoluta, continuo histórico, esencias y más.
¿Qué queda? Yo. Es decir, cada persona y su verdad, relativismo moral, relativismo de ideas, relativismo de pensamientos. Como dicen nuestros sabios al final del tratado Sota: “La verdad será poco frecuente”, se hará rebaños, post verdad. Por supuesto, cada uno y su post modernismo, cada uno y su ensalada de ideas en cuanto a su nueva era.
Pero lamentablemente, tampoco eso proporcionó la felicidad y la estabilidad al género humano. Peor que eso: Una cultura de vacío, de nada.
El único que salió ganando es el capitalismo frente a la persona como particular, que está dispersada en todas direcciones y presa de las modas de la cultura de consumo diarias.
Pero ese movimiento de negación del raciocinio fue exagerado. Tiraron al bebe junto con el agua sucia de la bañera. El raciocinio proporcionó mucha felicidad al género humano, mucho avance. Hay que mirar la totalidad de la realidad. Derej Eretz antecedió a la Torá, es decir, el entendimiento natural y la moralidad natural. Pero por supuesto que no alcanza con el raciocinio para resolver todos los problemas del género humano, se necesita Torá, y también los gentiles tienen afinidad con parte de ella. Se necesita fe. Se necesita: Escucha, Israel, el Eterno es nuestro Señor, el Eterno es uno.                                                    


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kvisha UMelija
Cuando se prepara una ensalada en Shabat, hay que prestar atención cuando se la adereza de no trasgredir la prohibición de salado de ciertos alimentos, como será aclarado.
Cuando desean preparar ensalada en Shabat o verduras picadas, como rábano, pepinos, lechuga y cebolla – alimentos que se acostumbra a preparar de ellos conservas o la sal los hace aptos para ser comidos - de momento que las verduras están cortadas en varios trozos, está prohibido salarlos, porque el salado de varios trozos que se tocan unos con otros está prohibido. E incluso si los sala sólo enseguida antes de comerlos está prohibido
[1], como fue aclarado.
Por ello, cuando se prepara ensalada en Shabat de esos alimentos, luego de salar los trozos de las verduras, debe agregar enseguida aceite o vinagre o algún otro líquido de aderezo, que evitan la acción de la sal sobre la verdura, y de momento que no se deja la verdura en la sal, no se asemeja al curtido[2].
Así también hay que hacer tratándose de lechuga, cuando después de haberla salado no se debe dejar así hasta que exude el líquido [por la sal], sino que enseguida después de haberla salado se le debe agregar aceite o vinagre para evitar la acción de la sal[3].
Hay quienes acostumbran que cuando desean salar verduras en Shabat, primero ponen aceite sobre las verduras, y sólo después agregan la sal[4].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 321, Mishná Brurá inciso 14. Kaf HaJaim inciso 19).
[2]“Y de momento que no se deja sudar en absoluto, sino que enseguida se le vuelca vinagre y otros aderezos, no es similar al curtido. Y por supuesto si agregan enseguida aceite, ya que el aceite debilita la acción de la sal” (allí, Mishná Brurá inciso 14 citando al Ta”z y los demás Ajaronim. Y así también escribió Ben Ish Jai, segundo año, Bo, inciso 17. Y Kaf HaJaim allí, inciso 19).
Y escribió Shaar HaTziun (inciso 15) y Kaf HaJaim que lo que citó Maguen Avraham de Shiltei Giborim, que está permitido poner sobre las verduras primero sal y después el aceite o el vinagre o similar, es cuando enseguida luego del salado lo hace, porque si se demora dejándolos en la sal hasta que exuden, y después les pone el aceite o el vinagre, está prohibido.

[3](Allí, Mishná Brurá y Kaf HaJaim).
[4]En el libro Torat Shabat (del Rav Iaacov Ben Avraham Vail, 599 inciso 3) escribió que primero pondrá el aceite, y luego la sal y el vinagre. Y véase allí (inciso 8) lo que explicó al respecto, y escribió “y así vi que acostumbran”. Pero si sala sólo un poco las verduras, puede que no hay que prohibirlo.