Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Bejukotai     20 de Iyar 5779     1220 


Rav Eran Tamir

Decretos
Rav Eran Tamir

Respecto a lo que está escrito en nuestra Parashá, “si andan en mis leyes” (Vaikra 26:3) como explica el Sforno (allí): “Leyes, son decretos del rey”, a primera vista encontramos una contradicción en la Torá. Por un lado, todas las bendiciones que figuran en nuestra Parashá son consecuencia positiva de la providencia Divina sobre nosotros, por mérito de nuestro cuidado de la Torá cuyo principio es marchar por sus leyes. Y por otro lado, todas las espantosas adversidades que son mencionadas en la Parashá “Ki Tavo” no son porque no cuidamos las leyes de la Torá sino justamente porque “no serviste al Eterno, tu D’s, con alegría y buen corazón” (Dvarim 28:47). Es decir, le rendimos culto al Eterno, nuestro D’s, y cuidamos sus leyes, - pero no con alegría y buen corazón. En resumen, ¿acaso nuestra actitud frente a la Torá debe ser como una ley religiosa – un decreto del rey, y según eso dirigir nuestra vida espiritual y general? ¿O quizás eso no alcanza, o incluso está prohibido hacer así?
En cuanto a esa antigua pregunta ya se ocuparon de ella nuestros sabios, en todas las generaciones. Trataremos de resumir la conclusión de sus palabras, en forma puntual y esquemática.
La actitud frente al judaísmo como ley, religión, debe ser doble. Por un lado, somos siervos del rey, y como esclavos comprendemos que nuestros pensamientos no son como Sus pensamientos, ni nuestros caminos son Sus caminos. Nos anulamos - en nuestro raciocinio, sentimientos - frente al infinito Divino por nuestra parcialidad y por lo tanto carencia que hay en nosotros. Esa es una base de toda la Torá – temor a D’s, y por lo tanto cumplimos la voluntad del rey en toda situación, ya sea cuando las cosas nos resultan entendibles como cuando no. Es más. Esa regla nos enseña que incluso en lo que nos parece que comprendemos la dirección Divina en Su mundo y las mitzvot nos resultan entendibles, nuestra comprensión es sólo parcial y falta, ya que D’s está muy por encima de nuestra capacidad de entendimiento. Y como dice el Rav Kuk (Olat Reaya Bet 61), debemos “elevar todos nuestros valores en cuanto a la sabiduría y el bien al más encumbrado lugar… hasta que ya no podamos diferenciar entre lo que llamamos sabiduría y lo que llamamos lo contrario, y así también no hay ninguna diferencia entre los temas que podemos llamar buenos y los que llamamos lo contrario del bien, porque todo es bueno y para bien” (véase allí todo el párrafo).
Y por otro lado somos los hijos del padre, y como hijos deseamos identificarnos, sentirnos parte - y por lo tanto, debemos estudiar y comprender Su dirección y la intención de Sus leyes. Sólo la comprensión generará la identificación y el sentirnos parte que nos son deseados, y nos llevará a alegrarnos con los designios de D’s y con el cumplimiento de Sus mitzvot, como dice Rabeinu Bejaiei en cuanto al versículo anteriormente citado (Dvarim 29:48): “Nos culpa el versículo por rendirle culto, pero nuestro culto no era con alegría. Porque la persona debe alegrarse cuando se ocupa de las mitzvot, porque la alegría en el cumplimiento de las mitzvot es una mitzva de por sí misma, aparte de la recompensa que tiene por la mitzva, tiene recompensa por la alegría. Y por ello castigará al que rinde culto haciendo la mitzva cuando no lo hace con alegría, y por ello la persona debe cumplir las mitzvot con alegría e intención plena”. Y es más, la actitud frente al judaísmo como una ley religiosa, como un conjunto de leyes técnicas que hay que cumplir, arranca de cuajo lo principal, la esencia de la vida Divina que D’s plantó en la Torá, en Sus mitzvot y dentro nuestro – Am Israel (el Pueblo de Israel). Hasta tal punto que el Rav Kuk nos enseña que el judaísmo en realidad no merece ser llamado “religión”, porque es mucho más que eso, y esa es la diferencia central entre él y las demás religiones, que no son más que un conjunto de leyes técnicas prácticas y nada más. Y así dice en su carta (Iguerot HaReaya Alef, pág. 164): “Si no saldremos a alumbrar la oscuridad, explicar la diferencia entre cada religión, es decir, entre la religión que no merece ser llamada con ese nombre en particular, por su altura y su fuente, y entre una religión de leyes e incisos técnicos que tiene sólo lo que pudo baldear de la fuente robando [= el cristianismo], sin esa acción espiritual enorme el tema quedará oculto y la esclavitud interna se levantará y se avergonzará con el judaísmo interno…”.
Seremos merecedores, con la ayuda de D’s, de ser siervos del rey y también hijos del padre, “nuestro padre y rey”, y en base a ello poder cantar “y ahora, hijos, canten al rey”: No sólo esclavos del rey y no sólo hijos del padre, sino que hijos del rey… 


Rav Shlomó Aviner

Preguntas y respuestas – el estado
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿El estado tiene kdushá (santidad)?
Respuesta: Por supuesto. De momento que es una mitzva, y toda mitzva tiene kdushá, como la formulación de nuestros sabios en las bendiciones: “Bendito seas… que nos santificó con Sus mitzvot”.
Pregunta: ¿Dónde está escrito en la Torá la mitzva de edificar un estado?
Respuesta: “Tomarán posesión de ella y se asentarán en ella” (Dvarim 11:31), es decir, soberanía nacional. El Ramba”n explica que la mitzva de Eretz Israel (la Tierra de Israel) se divide en tres: Habitar en la tierra. Edificar la tierra, es decir, asentarla. Conquistar la tierra, es decir poseerla – estado.
Pregunta: ¿Cómo lo formula?
Respuesta: “Que no dejemos ningún lugar bajo el dominio de algún otro pueblo”. Esta tierra tiene que estar bajo nuestro dominio, y no bajo el dominio de otra nación (acotaciones del Ramba”n al Sefer HaMitzvot del Ramba”m, positivas 4).
Pregunta: ¿Y según el Ramba”m?
Respuesta: Hay una mitzva de edificar un reinado (Ramba”m, Hiljot Melajim cap. 1). El Estado de Israel tiene cierto aspecto de reinado, como dice el Rav Kuk (Shu”t Mishpat Cohen).
Pregunta: ¿También un estado laico tiene kdushá?
Respuesta: No es un estado laico. Es una mitzva, por lo tanto, es kdoshá. Sólo que hay en ella ciertas cosas laicas.
Pregunta: ¿Eso no es crítico?
Respuesta: Por supuesto que sí. Pero el profeta Iejezkel escribe que edificarán casas, y plantarán viñedos – y no que construirán Beit Kneset (Sinagoga) y Beit Midrash (centro de estudio de la Torá). Por supuesto, deseamos que sean construidos, y los construiremos. Pero mientras tanto, también lo que hay es plasmación de las visiones de los profetas.
Pregunta: ¿El estado es una mitzva o es una promesa profética?
Respuesta: Ambas, como la tshuvá (arrepentimiento sincero) o la kdushá.
Pregunta: A primera vista es una contradicción, ya que si se trata de una promesa, D’s lo hace. Y si se trata de una mitzva, nosotros lo hacemos.
Respuesta: D’s hace a través nuestro, dentro nuestro.
Pregunta: ¿Cómo puede ser que haya talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que no entienden algo tan sencillo?
Respuesta: Ellos realmente son talmidei jajamim, pero se acostumbraron tanto tiempo a la galut (el exilio) que no entienden el tema del estado. Pero con el tiempo, será corregido paulatinamente.
Pregunta: Y a pesar de ello preguntamos, ¿después de tantos cientos y miles de años que esperamos el estado, por qué hay en él todavía secularidad? ¿Por qué hay crisis?
Respuesta: Hay crisis y habrá crisis aún mayores, pero las superaremos. También en la época de Ioshua y los jueces hubo crisis, y finalmente nos superamos con Shaul, David y Shlomó. Sin hablar de la situación espantosa en el estado de los Jashmonaim.
Pregunta: ¿Es decir, ahora el pueblo está enfermo?
Respuesta: Es cierto. Pero el Rav Kuk escribe que se curará (Orot).
Pregunta: ¿Cómo?
Respuesta: Gracias a Eretz Israel (la Tierra de Israel) y el Estado de Israel, que serán más y más iluminados con el resplandor de la Torá. 


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Hatmana
2. Hatmana con algo que no agrega calor:
Hay materiales en los que envuelven con ellos y no agregan calor, sino que sólo cuidan del calor para que el alimento no se enfríe – como prendas, frazadas o similares. Esa Hatmana es efectiva sólo cuando el alimento todavía está caliente, y cuando se lo envuelve bien su calor es cuidado por mucho tiempo.
Nuestros sabios prohibieron envolver en Shabat con esos materiales que no agregan calor
[1]. La razón es porque temieron que puede darse que la persona quiera envolver en Shabat las ollas para cuidar de su calor, y cuando note que se enfriaron, por equivocación las hervirá antes de envolverlas, y trasgredirá de esa forma una prohibición de la Torá[2].
Pero antes de Shabat, está permitido envolver con materiales que no agregan calor, porque también si cuando querrá envolver las ollas notará que se enfriaron, está permitido hervirlas. Por ello, antes de Shabat está permitido envolver la olla [que no se encuentra sobre el fuego o la Plata eléctrica
[3]] con prendas o frazadas y similares, pero en Shabat mismo eso estará prohibido[4].
Los materiales que no agregan calor por su naturaleza, está permitido envolver con ellos incluso cuando están calientes. Por ejemplo, toallas y frazadas que se calentaron en la estufa o al sol o similares, incluso si están calientes, son considerados materiales que no agregan calor, y está permitido en vísperas de Shabat envolver con ellos las ollas
[5] [que no se encuentran sobre el fuego o la Plata eléctrica[6]].


[1](Shabat 34A).
[2](Allí. 257 1, Mishná Brurá inciso 1, Kaf HaJaim allí, inciso 2). Y si hervirá el alimento, trasgredirá la prohibición de cocinado. E incluso si se trata de un alimento con el que no puede llegar a trasgredir la prohibición de cocinado, por ejemplo, si es un alimento sólido que fue cocinado todo lo necesario, también eso está prohibido [y así también según las opiniones que un alimento líquido que no hay cocinado luego del cocinado, como es aclarado en 318 15, Ram”a que hay quienes son menos estrictos, de todas formas está prohibido envolverlo], porque se teme que cuando vea que el alimento se enfrió lo calentará sobre el fuego y avivará las brasas para hervirlo, y de esa forma trasgredirá una prohibición de la Torá (Mishná Brurá allí, Shaar HaTziun inciso 3).
[3]Y cuando la olla se encuentra sobre el fuego o la Plata eléctrica, véase anteriormente.
[4]Según lo anteriormente mencionado.
[5](Allí, Mishná Brurá inciso 24).
[6]Y cuando las ollas se encuentran sobre el fuego o la Plata eléctrica, véase anteriormente.