Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ajarei Mot     22 de Nisan 5776


Rav Eial Vered

Un mar sin límites
Rav Eial Vered
(reimpresión)

En muchos sentidos se puede entender de los versículos y de la Hagada misma que Kriat Iam Suf (la separación de las aguas del mar Suf) fue un acontecimiento más sublime que la Salida de Egipto misma. D's ordena las cosas de forma tal que los egipcios persigan a los Hijos de Israel, para completar algo que todavía no fue hecho en Egipto: "En Egipto recibieron diez plagas, y en el mar recibieron doscientas cincuenta plagas" (Hagada de Pesaj).
¿Qué tiene de especial Kriat Iam Suf que la convierte en una innovación espiritual por encima de las diez plagas? ¿Acaso el extermino físico de los egipcios – lo que podría haberse hecho anteriormente? ¿Acaso un nuevo milagro – por más grandioso que sea – constituye algún agregado cualitativo a los grandes milagros que antecedieron en las diez plagas?
Hay un agregado muy significativo en Kriat Iam Suf, muy por encima de lo que sucedió anteriormente. Para salir de Egipto realmente, para ser merecedores de recibir la Torá, se necesita no solamente quebrar el yugo de la esclavitud, sino que edificar un nuevo sistema de leyes. En ese sistema quedará claro que el espíritu - el espíritu de Israel, su alma y su existencia en sí – es una ley básica de la realidad, frente a la cual todas las otras leyes se anulan y se doblegan.
En Egipto – con todas las numerosas maravillas y milagros que sucedieron – todavía no fue anulada ninguna ley natural. Todas las diez plagas son fenómenos naturales en esencia, que surgieron en cantidades excepcionales, o en un momento excepcional. El agua continuó siendo líquida – pero no era potable. Los piojos – son criaturas muy comunes, y también las bestias salvajes. La peste es una enfermedad conocida, también la langosta es una plaga común, y también las llagas. Y también la oscuridad nos es conocida como un fenómeno natural. Incluso la muerte de los primogénitos: La muerte es un fenómeno natural, y ninguna ley de la naturaleza fue quebrada. Por supuesto, a pesar de ello todas esas plagas son milagros excepcionales, ya que fue la Mano de D's que se encargó que lleguen en el momento preciso, en esa cantidad y de esa forma – pero si D's decidió hacer recaer sobre los egipcios diez plagas de forma tal que no violen las leyes naturales y sólo las lleven a su extremo, eso insinúa que existe un nivel más elevado al que se debe llegar – el nivel de Iam Suf.
La existencia material comenzó con el agua: "La tierra era confusión y vacío, y la oscuridad sobre la superficie del abismo, y al aliento Divino surcaba sobre las aguas" (Bereshit 1:2). El agua constituye el principal y significativo componente de todo organismo. El Mahara"l de Praga dice que de momento que el agua no tienen forma propia, constituye la existencia material en esencia. Y es el agua la ley de existencia que gobierna en Egipto – que le rinde culto al Nilo, su fuente de agua.
El agua es una ley de la existencia, y no se la puede cambiar: "El abismo, como un ropaje, la cubre. Sobre los montes se afirman las aguas… les pusiste un límite para que no lo traspasen, para que las aguas no vuelvan a cubrir la tierra" (Tehilim 104:6-9). El mar es la sublime expresión de esa ley de la existencia – ¡y es esa ley que Am Israel (el Pueblo de Israel) quebranta!
De esa forma es aclarado que hay una ley básica, ley de todas las leyes, una ley que es capaz de quebrantar todas las leyes de la existencia material que nos son conocidas, y es capaz de generar un sistema de leyes distinto, nuevo, que lleva dentro de él un mensaje de libertad para todo el mundo: La ley de Israel.
Esa nación parte las aguas no por mérito de los rezos, y por supuesto que no por mérito de la Torá que aún no ha recibido, sino que por mérito de su existencia en sí y su esencia espiritual: "Y le dijo el Eterno a Moshé, ¿por qué clamas a Mi? ¡Dile a los Hijos de Israel, y partan!" (Shmot 14:15). Los Hijos de Israel marchan, y rasgan una de las condiciones de la creación en sí. El mar intenta oponerse, arguye con firmeza que él cumple con el papel que le fue asignado en los seis días de la creación y no está dispuesto a partirse de ninguna forma. Pero nos encontramos en el séptimo día, y debe manifestarse la ley del 7 – que se encuentra por encima de los 6 días de la creación natural. Ha llegado el momento que la condición que estipuló D's con el mar en su creación – que cuando llegue Am Israel frente a él se parta con sumisión y humildad – se manifieste. Y no solo se partirá, sino que también les será una muralla de protección, "y las aguas les eran una muralla, a su diestra y su siniestra" (Shmot 14:22).
Eso ya es un agregado cualitativo en relación a las diez plagas de Egipto. La ley más básica de la existencia material fue desintegrada, y de ahora en más hay otra ley que gobierna la existencia material – la ley de existencia de Israel, que antecede y es más elevada que todas las leyes materiales: "Las montañas podrán alejarse, y podrán moverse las colinas, pero Mi misericordia no se alejará de ti, ni será anulado Mi pacto de paz, dice el Eterno, quien tiene compasión de ti" (Ishaya 54:10).
No se puede recibir la Torá sin antes pasar por el mar. Kriat Iam Suf fue un sumergimiento en la mikve colectiva de todo Am Israel, que lo purificó como preparación para recibir la Torá. Y el punto álgido de ese acontecimiento es el reconocimiento, la vivencia, que Israel antecedió a la creación del mundo, y por ello le corresponde recibir la Torá que antecedió también ella al mundo, que es el orden interno del mundo. Y de ahora en más, en vez de las aguas materiales que nos son conocidas, tendremos otras aguas, más elevadas: "Todos los sedientos, venid por agua" (Ishaya 54:1) – "agua, es Torá".
La capacidad de separar las aguas es muy singular, y Am Israel en todas las generaciones continúa marchando y cortando las aguas, una y otra vez. Cuando entramos en Eretz Israel (la Tierra de Israel), el río Iarden también fue cortado. Y también en los años de nuestra galut (exilio) fueron quebradas una y otra vez todas las leyes de la estadística y las leyes de las probabilidades. Y también en esta última gueulá (Redención) fueron quebradas todas las leyes históricas conocidas, y un pueblo disperso y disgregado volvió a vivir una vida independiente en su tierra.
Y todavía se encuentra delante de nosotros un largo camino. Muchas aguas hay en nuestro camino que quebraremos, muchos pantanos culturales que parecen ser imposibles de surcar, muchas olas amenazantes que producen espanto, olas tempestuosas que amenazan tragarnos. ¡Y todas esas aguas quebraremos! Nuestra ley es "La" ley de la existencia, "muchas aguas no podrán apagar el amor, y los ríos no podrán lavarla", el fuego del amor interno que arde dentro nuestro, el amor por D's, nunca se extinguirá.
El séptimo día de Pesaj es como el Shabat de la salida de Egipto. Las diez plagas son como los seis días de nuestra actividad diaria, y Shviy de Pesaj es el nivel del 7, el nuevo nivel que se revela en la realidad, como el Shabat. Y por ello, ese día determina una festividad propia, en la que las aguas fueron cortadas y se reveló la potencia de la esencia espiritual de Am Israel – y fue completada la Salida de Egipto.


Rav Shlomó Aviner

El juez tiene memoria corta
Rav Shlomó Aviner

En la apelación en cuanto a la orden del afeitado en el ejército frente al Baga”tz (Suprema Corte de Justicia) escribió el honroso juez Mazoz: “También según las reglas religiosas, no recuerdo que este escrito en algún lugar que haya obligación de dejarse barba” (5 de Nisan 5776). El judío sencillo se pregunta: Si el honroso juez no recuerda, ¿quizás le puede preguntar a algún Rav? Y entonces se dará cuenta que a lo largo de todas las generaciones los judíos se dejaron barba. Incluso en el Tana”j (La Biblia) se cuenta que los súbditos de David fueron ordenados esperar que les crezca la barba.
Por supuesto, no cansaremos al honroso juez haciéndole leer todos los libros de los grandes sabios de Israel. Incluso no lo cansaremos haciéndole leer todo lo que escribió el famoso posek (sabio que determina la halajá), el autor del libro “Jafetz Jaim” en Likutei Halajot (Makot capítulo 3), o el libro Nidjei Israel, o el librillo Tiferet Adam, que todo él habla del tema. Alcanza con lo que está escrito en el libro Majane Israel, “es un resumen de las halajot y costumbres relacionadas con los soldados, todos los días que estén en el ejército”, como dice el autor en el prólogo. Por supuesto, se trataba del ejército de los gentiles, y por ello está claro que ese libro intenta ser menos estricto, hasta el límite de lo permitido.
Y así escribe en su prólogo: “Y busqué en cada detalle, quizás encuentre según la halajá algún consejo para aliviar en alguna medida, y lo presentaré delante de ellos, porque gente como esa por supuesto que es considerada en situación extrema”.
Pero antes, debemos mencionar cuál es la vergonzosa regla actual del ejército. El soldado tiene la obligación de recibir permiso para no afeitarse del Rav del ejército y de un comandante cuyo rango sea teniente coronel. Luego de toda esa investigación, el formulario debe ser aprobado por un oficial cuyo rango sea coronel.
Y también mencionaremos antes lo que dijo el juez Mazoz: “Decir que es parte de la personalidad del soldado, no podremos aceptarlo”. Por lo visto él no sabe que en el ejército no hay “no puedo”, sino que “no quiero”…
Y ahora citaremos al Jafetz Jaim, y esto es parte de lo que dice en el capítulo 21: “Realmente, lo correcto es cuidarse de no hacerlo, incluso con tijeras”. “Y ahora hablaremos del tema en sí, ya que como es sabido hoy en día el elevado gobierno en su bondad le permite a toda persona judía dejarse las puntas de la barba, y por supuesto que está prohibido para una persona del ejército judía afeitarse su barba como todos los otros judíos, e incluso si los no judíos o judíos malvados se ríen de él por ello por supuesto que no debe prestarles atención en absoluto, y ya nos dijeron nuestros sabios que es preferible que la persona sea llamada tonta toda su vida y no será malvada incluso un momento frente a D’s”.
“Y si se encuentra en algún lugar donde el gobierno obliga al soldado judío que no se deje barba, si permite afeitarse con tijeras por supuesto que debe hacer así, e incluso si no, a pesar de ello debe esforzarse por aliviar la prohibición de toda forma posible, es decir, afeitándose sólo en el mentón si el gobierno lo permite, y también en ese lugar no se afeitará él mismo sino que solamente lo afeitará un barbeo que no sea judío”.
Sólo agregaremos que el Jafetz Jaim también prohibió el uso de máquina afeitadora en su tiempo, y por supuesto que lo prohibiría tratándose de las afeitadoras eléctricas sofisticadas de nuestros días, y él la apoda “la máquina que saco nuevamente al Ietzer HaRra (mal instinto)” (Tiferet Adam, pág. 3). Y si hay judíos que se permiten utilizar afeitadora según algún Rav, no es razón para obligar judíos que se comportan según la obligación básica a cometer alguna trasgresión.
Y al juez Mazoz y nuestro comandante de los recursos humanos del ejército les decimos:
1. Si ustedes confían en los soldados para que estos entreguen su vida por Am Israel (el Pueblo de Israel) y se expondrán a peligro de muerte, ¿quizás deben confiar también cuando el soldado dice que es religioso y la barba es parte de su personalidad?
2. Bienaventurados somos que tenemos un ejército. Y cuando sea un ejército judío, seremos más bienaventurados.