Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaikra     1 de Nisan 5778     Shabat HaJodesh     Rosh Jodesh     1161


Salva al hombre y al animal
Rav Ziv Rave

Una persona “occidental” de los demás pueblos, “culta y moderna”, que se fije en las Parshiot del principio del libro Vaikra (Levítico), puede llegar a pensar que somos primitivos. Puede que su desconcierto haga despertar muchas preguntas respecto a nuestro anhelo espiritual de ofrecer sacrificios animales, comer su carne y derramar su sangre sobre el altar, ¿qué culpa tiene el pobre animal?, ¿qué purga hay aquí, cuando la persona que pecó ofrece ese sacrificio?
Es difícil culpar a una persona así, que juzga el mundo según su punto de vista superficial desvinculado. Puede que el sacrificio de animales no se vea bien en YouTube, pero no es ese el criterio para evaluar ninguna de las órdenes Divinas.
Profundizando en el tema: El culto de los sacrificios expresa el anhelo de la corrección de toda la realidad y su elevación, no sólo de Am Israel (el Pueblo de Israel) sino que de todos los pueblos, y también del reino animal, vegetal y mineral, y la influencia de ese culto llega incluso hasta el elevado mundo espiritual. Muchos conceptos secretos, que no son para cualquiera, son sólo el principio de la comprensión de lo que se encuentra escondido en la orden: “
Cuando una persona de ustedes traiga una ofrenda al Eterno, de animales, de bovinos o de ovinos ofrecerá su ofrenda” (Vaikra 1:2).
El hombre fue creado a lo último en el Génesis, y todos los otros seres, en lo alto y en lo bajo, le dieron de sí mismos. Como dice el versículo “dijo el Señor” – a todos los seres creados – “hagamos un hombre” (Bereshit 1:26). Esa creación, en la que el hombre se hizo conteniendo a todos los demás, es la expresión de la intención Divina que el hombre con sus acciones influya a todos los niveles de la realidad (Nefesh HaJaim Alef 6). Así es que en el hombre su aspecto material es del reino mineral – “polvo del suelo” (Bereshit 2:7), y hay en él fuerzas de crecimiento, acción y sentimiento del reino animal. Y por encima de todo eso, le fue agregado un nivel humano, “y sopló en sus narices aliento de vida” (Bereshit 1:7), imagen y semejanza Divina, conocimiento y habla y libre albedrío. De esa forma creó D’s un sistema en el que el orden de la influencia Divina, en todos los niveles de la realidad, se dirigen según la situación moral del hombre. Si orientará su ser con su libre albedrío a ser dirigido por su alma, por el temor a D’s, la kdushá (santidad) y la pureza, en paralelo a ello la presencia Divina se manifestará y dirigirá al “gran hombre”, es decir el mundo, con alegre resplandor y buen rostro. Y también puede ser al revés, D’s no lo permita. Todos los seres creados que parecen estar separados, en realidad son un mismo cuerpo para la manifestación de la presencia Divina, y reciben su vitalidad en relación directa a la índole de la vida moral del hombre.
El hombre incluye en él todos los seres. Sólo a primera vista superficial está aislado de los animales, pero en realidad está unido con ellos. Esa es la razón por la cual antes de la generación del Diluvio, cuando el hombre pervirtió su camino, también los animales tenían relaciones con animales distintos, “no está escrito ‘se pervirtió todo hombre’, sino que ‘se pervirtió toda carne’” (Midrash Raba, Bereshit 6). El ánima animal en la persona es la representante del nivel animal que existe dentro del hombre, y su lugar es en el aspecto superficial de su personalidad. Atrae a la persona al aspecto material, “y de ella llegan todas las malas virtudes, de los 4 elementos básicos de ella, es decir la ira y el orgullo del fuego, que se eleva hacia arriba, y la pasión por los placeres del agua, porque el agua fortalece todo tipo de placeres, el libertinaje y la payasearía y el vanaglorio y otras vanidades del viento, y la holgazanería y la tristeza del polvo” (Tania cap. 1).
El sacrificio del animal en el Beit HaMikdash (El Templo), el lugar que unifica todo lo que existe en su raíz más elevada, actúa corrigiendo la raíz animal de la realidad genérica, y por lo tanto también en el hombre. Es así que el aspecto animal superficial que el hombre es atraído por el al pecado, se va corrigiendo más y más, la turbiedad es quemada por el fuego de lo alto, y a la raíz animal en la persona le llega trasparencia y limpieza, porque todo fue socavado de una misma raíz, y la persona es purgada. En forma general, la ofrenda de sacrificios eleva al mundo a su raíz Divina, y fortalece la manifestación de la presencia Divina en este mundo. De esa forma, la carencia y la oscuridad del aspecto material de la realidad se debilitan, la manifestación de la unidad de D’s se fortalece, la fuerza de la imaginación se purifica, se posibilita la profecía, la influencia, la dirección y la providencia Divinas aumentan, y más y más portones de luz y bendición, espirituales y materiales, son abiertos. Ese proceso es justamente lo opuesto a la cultura de placer de Ajashverosh, que en su banquete muestra los utensilios del Beit HaMikdash, esclaviza el contenido del kodesh (lo santo) a la animalidad, la imagen y semejanza Divinas del hombre a las bajas pasiones. El culto en el Beit HaMikdash vincula la realidad a su meta interior, todos los niveles se elevan, y junto con la raíz animal que es corregida, así también el aspecto mineral, a través del agua y la sal que son ofrecidos en el altar, y el mundo vegetal a través de las menajot (sacrificios del reino vegetal), la sémola, el aceite y el vino, y por supuesto que toda la humanidad a través de los Cohanim en su culto, los Leviim en su estrado, y Am Israel en su lugar.
“La persona se pregunta, ¿qué necesidad hay de todas esas numerosas acciones y seres, distintos y variados? Y no entiende cómo todo eso es una gran unidad… Si te extrañas tú cómo hablarás, escucharás, olerás, sentirás, verás, entenderás y sentirás, contéstate que toda la vida, y todo lo que antecede, todo te entrega tu existencia. No hay ningún punto pequeño de más, todo es necesario y todo tiene un papel. Tú, y todo lo que se encuentra por debajo de ti, están unidos y se elevan con todo lo que se encuentra por encima de ti y por encima de tu nivel” (Orot HaKodesh 361).


Rav Shlomó Aviner

Enrolamiento de los alumnos de ieshiva
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: ¿Acaso hay que legislar una ley que obligue a los alumnos de ieshivot (centros de estudio de la Torá) jaredim (ultra ortodoxos) a enrolarse en el ejército?
Respuesta: Como todo en el ejército, se divide en tres:
1.
Obligación de enrolamiento
Todos deben enrolarse en el ejército. Y también eso se divide en tres, como es aclarado en el artículo “LeMitzvat HaAretz” de nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá Kuk cuando estalló la Guerra de la Independencia (LeNetivot Israel Alef 118):
a. Salvación de la totalidad genérica de Am Israel (el Pueblo de Israel): “No te quedarás quieto ante la sangre de tu prójimo” (Vaikra 19:16), y por supuesto que no cuando se trata de la sangre de toda la Casa de Israel. Salvación de la vida es una mitzva gigante, que aplaza casi toda la Torá (salvo prohibiciones excepcionalmente severas).
b. Salvación de Eretz Israel (la Tierra de Israel): Es la mitzva de conquistar la tierra y protegerla. Esa es una de las pocas mitzvot por las que en un principio arriesgamos nuestra vida para cumplirlas.
c. La mitzva de la Santificación del Nombre de D’s: Cuando Am Israel está en desgracia, es atacado, perseguido, quebrantado y desmenuzado – es una profanación del Nombre de D’s. Cuando tenemos un ejército, y devolvemos combate y atacamos duramente a nuestros enemigos - ¡esa es una santificación del Nombre de D’s! Es una gran santificación del Nombre de D’s de la totalidad genérica de Am Israel, que es mencionada por el profeta Iejezkel (cap. 37). Como dijo el Rav Itzjak Nisenboim que fue uno de los directores del movimiento HaMizraji: ¿Cuál es la santificación del Nombre de D’s que anhelamos? Que no sea escrito sobre la lápida de ningún judío que fue asesinado por la santificación del Nombre de D’s, sino que vivió santificando el Nombre de D’s.
(Véase toda la aclaración respecto al enrolamiento de los alumnos de ieshiva en el ejército en LeNetivot Israel allí, en las acotaciones. Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Tzava UMiljama. Shu”t Sheilat Shlomó 1:368).
2.
Aplazado del enrolamiento
Es cierto que no hay nadie que esté exento de enrolarse en el ejército, pero se lo puede aplazar. No está escrito en la Torá a qué edad se debe enrolar en el ejército. Está escrito “de veinte años en adelante, todo el que sale al ejército en Israel” (Bamidvar 1:3), pero eso se refiere al combate en sí. Nosotros hablamos del servicio militar común, y por ello puede ser también más tarde. Tampoco está escrito en la Torá cuánto tiempo debe ser el servicio militar, porque en ese entonces no había un servicio militar en absoluto, sino que sólo había guerras. Y también el que estudia la Torá hay que permitirle desarrollarse en el estudio, para que llegue a ser un talmid jajam (erudito del estudio de la Torá). Si se hacen interrupciones, eso obstaculiza el estudio. Hay que estudiar sin interrupciones desde los 18 años, cada uno según su afinidad. Es algo personal. Hay que permitirle a la persona desarrollarse, como dice nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá, que de la misma forma que es importante que haya en el país personas trabajadoras y personas luchadoras, es también importante que haya personas de fe y pensadores. No se nos ocurre que todos sean trabajadores y luchadores, y tampoco se nos ocurre que todos sean personas de fe y pensadores. Hay que calcular cuánto y cuándo, porque es una cuestión de responsabilidad nacional que haya como esos y como estos otros. No estamos hablando de cuánto tiempo ni a qué edad, eso ya son cálculos personales que deben ser aclarados entre los directores de la ieshiva y el ejército, en base a la confianza mutua.
3.
No se puede enrolar por la fuerza
Todos deben prestar servicio, pero al mismo tiempo se necesita un poco de raciocinio y buen tino. No se puede obligar. Dijo nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá (Sijot Al Tzava UIeshiva, pág. 25 – 32) que no se los puede enrolar por la fuerza. Asuntos de ese tipo no se hacen por la fuerza. Se necesita paciencia. Hay que esperar que eso llegue por parte de los directores de la ieshiva, que avancen y entiendan y reconozcan la grandeza de la mitzva que hay en ello. No se debe permitir coerción religiosa, anti religiosa o nacional en ese tema. No logrará el resultado deseado. Todo comandante del ejército coincidirá con que no tiene lo qué hacer con un soldado sin motivación. Ellos no aportan nada, sino que son sólo un peso para el sistema. Ya dijo un Ramatka”l (Comandante en Jefe) que prefiere un ejército pequeño e inteligente.
La voluntad es muy importante. La Torá determina un papel especial para el Cohen (sacerdote) ungido para la guerra, que es elevar el espíritu de los combatientes, en base a la fe en D’s. También en nuestros días hay que invertir muchos esfuerzos y educación para elevar el valor del servicio militar, también frente los alumnos de ieshiva y también en toda la nación, enseñar que este ejército es kadosh (santo). Hay que valerse de paciencia. Hay Naja”l Jaredi un poco, hay Shaja”r un poco (marcos de servicio militar adaptados al público jaredi). Lentamente, con paciencia, las cosas se arreglarán. No se puede hacerlo por la fuerza.
Cuando presté mi servicio militar, y también el servicio como reservista, me encontré con muchos alumnos de ieshiva del público jaredi. Ellos no se revelaron frente a sus maestros, eran muchachos tzadikim (justos) y temerosos de D’s que decidieron disminuir su estudio en la ieshiva y comenzar a trabajar, y de acuerdo a ello llegaron a la conclusión que llegó su momento de prestar el servicio militar. Por ejemplo, en los años 5717 – 5718 cincuenta y seis muchachos jaredim
de la corriente jasídica de Viznitz se enrolaron en el ejército en el marco de Naja”l en Ami Oz frente a la franja de Gaza, y trabajaron allí en la agricultura y el pulido de diamantes, cuando el dirigente del grupo era un Rav, el cuñado del Admo”r (dirigente de una corriente jasidica) anterior de Viznitz, el presidente de la Asamblea de los Grandes de Israel, que recibió la bendición del Admo”r de Viznitz de ese entonces, el autor del libro Imrei Jaim, el padre del Admo”r anterior. Hay que recalcar que eso fue hecho sin ningún antagonismo con la educación que recibieron. Todos ellos continuaron siendo jaredim. Es más, el Admo”r de Viznitz de Haifa mismo se enroló en la Guerra de la Independencia, y el director de la ieshiva de Viznitz en Haifa continuó prestando servicio militar también después de la guerra. El Imrei Jaim acostumbraba a ir a ver los entrenamientos de la Fuerza Aérea antes de la Guerra de los Seis Días.
Nos valdremos de paciencia, veremos el resplandor de la Torá y seremos merecedores también que los alumnos de las ieshivot del público jaredi se enrolen en el ejército, luego de haberse desarrollado y ser talmidei jajamim, y de esa forma traerán una gran bendición para ellos mismos y para toda la totalidad genérica de Am Israel.                                                                    


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
La salida del Shabat
De momento que oscureció al término del Shabat, la persona tiene prohibido comer o beber vino u otra cosa [salvo agua] hasta que haga Habdala[1]. Eso está prohibido desde que el sol se oculta, porque ya a partir de ese momento hay dudas si es considerado noche o día[2].
La razón es porque desde que termina el Shabat la persona tiene obligación de cumplir la mitzva de hacer Habdala. Y de momento que la mitzva comienza enseguida cuando llega ese momento, nuestros sabios fueron más estrictos y prohibieron incluso que pruebe algo hasta que haga Habdala[3].
También después de haber hecho Habdala en su rezo, diciendo “Ata Jonantanu”, o después de haber dicho “baruj hamabdil bein kodesh le jol[4], mientras no hizo Habdala sobre la copa, tiene prohibido comer o beber[5].
El que comenzó su comida antes de la puesta del sol[6], puede continuar comiendo y bebiendo todo lo que quiere, incluso después de la salida de las estrellas, hasta que bendiga Birkat HaMazon. Y a pesar que ya terminó Shabat, de todas formas de momento que comenzó cuando era permitido, no tiene obligación de cesar su comida[7].
No se debe ser estricto y terminar su comida cuando termina el Shabat, porque cuando suspende en la mitad su comida es como si echase al Rey – porque parece como si se apurase a terminar el Shabat[8].
También cuando en medio de su comida se ve obligado a prender la luz o similar, y para ello dijo antes “baruj hamabdil bein kodesh le jol”, no tiene obligación de hacer Habdala, y tiene permitido continuar comiendo su comida[9].


[1](Shuljan Aruj, Orej Jaim 299 inciso 1). Y en Kaf HaJaim (allí, inciso 6) escribió que según la opinión de los Gueonim tampoco agua se debe beber antes de hacer Habdala.
Si por equivocación bendijo sobre alguna comida o bebida antes de hacer Habdala sobre la copa, y se acordó que todavía no hizo Habdala, a pesar de ello probará un poco del alimento, para que su bendición no sea en vano. Pero no continuará comiendo hasta que haga Habdala (271 inciso 5, Ram”a. Mishná Brurá inciso 26, Kaf HaJaim inciso 39. Shuljan Aruj HaRav 299 inciso 2).

[2](Allí, Mishná Brurá inciso 1. Kaf HaJaim inciso 3 citando varios Ajaronim, y así también Ben Ish Jai, segundo año, Vaietze inciso 18).
Pero si todavía no comió la tercer comida de Shabat, véase en Mishná Brurá (299 inciso 1) que un poco después de la puesta del sol por supuesto que tiene que comer, a pesar que ya se ocultó el sol.
Todo el que prueba algo antes de hacer Habdala, muere de la enfermedad Askara, D’s no lo permita. Los discípulos de Rav Ashi no se cuidaban de tomar agua antes de hacer Habdala (Psajim 105A).                           

[3](Shuljan Aruj HaRav 271 inciso 9. 299 Mishná Brurá inciso 1 al final).
[4](299, Maguen Avraham inciso 13).
[5](Allí, Mishná Brurá inciso 1 al final, Shaar HaTziun inciso 5).
[6]Es decir, bendijo HaMotzi cuando todavía era día, a pesar que se demoró con su comida hasta la noche, tiene permitido comer y beber (allí, Mishná Brurá inciso 2).
[7](Allí, inciso 1. Mishná Brurá inciso 4). Y como la primer opinión que citó el Shuljan Aruj y así determinó, y así también Ram”a que la costumbre sencilla es como esa opinión. Y véase Kaf HaJaim (allí, inciso 12) que así también se entiende del Ariz”l.
[8](Allí, Mishná Brurá y Kaf HaJaim inciso 8).
Y en forma similar estudiaron en Mejilta, recuerda y cuida – cuídalo a su salida, como la persona que no quiere que su querido se marche, todo lo que puede (allí).

[9](Allí, Shaar HaTziun inciso 8. Kaf HaJaim 263 inciso 104). Pero en esa situación, no es seguro que puede bendecir “Retze” en Birkat HaMazon, como fue aclarado anteriormente.
Si rezó Arvit en medio de su comida, puede que ya está obligado a hacer Habdala y tiene prohibido continuar comiendo hasta que haga Habdala (299, Mishná Brurá inciso 4, Kaf HaJaim inciso 7). Y en Birkat HaMazon no añadirá “Retze” (188, Mishná Brurá inciso 32).