Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Pinjas     21 de Tamuz 5777     No 1127


Rav Jagai Londin

Cuando el sol se apagó
Rav Jagai Londin

El 17 de Tamuz, que cayó esta semana, es parte de una cadena de días que están relacionados con la destrucción del Beit HaMikdash (El Templo): El 10 de Tevet comenzó el sitio a Ierushalaim, el 17 de Tamuz fue abierta la brecha en las murallas, el 9 de Av fue quemado el Beit HaMikdash (también está el Ayuno de Guedalia el 3 de Tishrei, que señala la caída final de la soberanía judía en Eretz Israel (la Tierra de Israel), pero eso ya fue después de la destrucción).
La destrucción del Beit HaMikdash no es sólo una desgracia puntual de la destrucción de un Beit Kneset (Sinagoga) maravilloso. El día de la destrucción del Beit HaMikdash señala en el judaísmo el día en que el mundo cambió, el día en que el sol se apagó.
En el tiempo del Beit HaMikdash el mundo era distinto del que nosotros conocemos hoy en día. En la época del primer Beit HaMikdash la vida y la kdushá (santidad) se vincularon en forma natural, y se podía vivir fluyendo en el mundo terrenal sin preocuparse. En la época del rey Shlomó, que es considerada la época dorada del primer Beit HaMikdash, encontramos en el Tana”j (la Biblia) descripciones de una potencia de vida maravillosa: “Y el pan de Shlomó para un día era treinta medidas de flor de harina y sesenta medidas de harina común” (Melajim Alef 5:2). “La plata no era estimada en los días de Shlomó” (Melajim Alef 10:21). Las descripciones son retratos de una potencia terrenal magnífica: Ejército, economía, arte y estética. Capítulos enteros son consagrados a los pormenorizados detalles de la arquitectura monumental del palacio y el Beit HaMikdash, el ejército de Shlomó, sus negociantes y sus establos. El versículo que lo resume todo es: “Los habitantes de Iehudá e Israel eran muchos, como la arena que está junto al mar en multitud, comiendo y bebiendo y alegrándose” (Melajim Alef 4:20). El kodesh (lo santo) se manifiesta en lo laico, y lo laico expresa el kodesh. Las cosas no quedan sólo en el límite nacional, sino que “venían de todas partes gente para oír la sabiduría de Shlomó, de parte de todos los reyes de la tierra que habían escuchado de su sabiduría” (Melajim Alef 5:14). Es dibujada frente a nuestros ojos una influencia espiritual y política maravillosa del imperio de Israel de aquel entonces. Am Israel (el Pueblo de Israel) incluye, santifica y hace avanzar todas las culturas.
Pero todo eso cesó con la destrucción del primer Beit HaMikdash. En el momento de la destrucción surgió “una pared de hierro entre Israel y Su padre en el Cielo” (Brajot 32B), “desde el día en que fue destruido el Beit HaMikdash no hay un día en el que no haya maldición, y el rocío no desciende para ser una bendición, y le fue quitado el gusto de las frutas” (Sota 48A). En otras palabras, la vida pierde su vitalidad. Empezamos una era donde hay una lucha continua entre lo laico y el kodesh, entre lo material y lo espiritual, un combate que continúa hasta nuestros días. El mundo espiritual, que durante la época del Beit HaMikdash
era palpable y se expresaba en forma conjunta con los sistemas materiales, se convirtió en brumoso y dudoso, mientras que la realidad física material es conceptuada como la realidad única.
Los grandes pensadores de Israel acostumbraron a lo largo de las generaciones a decir a medianoche un lamento especial, apodado “Tikun Jatzot”. Ese rezo es un llanto por la situación a la que fue reducida el mundo desde la destrucción del Beit HaMikdash, y como dice el Rav Kuk (Orot, Orot HaMiljama 10): “Se levantan entendedores de corazón a medianoche, sus manos en sus caderas como una mujer con dolores de parto, por las desgracias del mundo, por la desgracia de Israel, de la Shjina (manifestación de la Presencia Divina), la Torá, ellos lloran y se lamentan… saben ellos que todas las desgracias y oscurecimientos, todos los ríos de sangre que son vertidos, todas las tribulaciones y vagabundeos, todo el desprecio y el odio, toda la maldad y la inmundicia son sólo una consecuencia lejana del eco de la voz de ese elevado dolor, el dolor del Cielo, el sufrimiento de la Shjina”. Ese punto de vista profundo nos revela que todas las desgracias que existen en el mundo, la lucha entre las distintas fuerzas que finalmente generan guerras, tensiones y crisis en todos los campos – particulares y públicos – todo emana a fin de cuentas de la falta de equilibrio entre el mundo espiritual y el mundo material, un desequilibrio que surgió desde la destrucción del Beit HaMikdash.
Las tres semanas entre el 17 de Tamuz y el 9 de Av son las semanas más tristes del año. Días en los que practicamos distintas costumbres de duelo. La meta es una: Pensar y asimilar que el mundo en el que  nos encontramos es un mundo con carencias. Cuando comprendamos qué es lo que nos falta, hay también esperanzas que subamos al sendero que nos devolverá lo que fue perdido. Y mucho fue perdido…


Rav Shlomó Aviner

No desmenuzar la nación
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: El Rav es uno de los Rabanim (Rabinos) que firmó en la carta de apoyo al Primer Ministro por su posición en cuanto al Kotel (el Muro de los Lamentos) y la ley de la conversión. Pero hay Rabanim que dicen que esa ley distancia la sociedad israelí de la sociedad judía mundial.
Respuesta: ¿Qué me preguntas? ¿Tú me preguntas mi opinión, o la opinión de otros?
Pregunta: Bueno. ¿Por qué el Rav bendijo al Primer Ministro en este caso?
Respuesta: Porque demostró una gran responsabilidad por la nación de Israel. No importa si él mismo es religioso o no, lo principal es la unión de la nación. No puede ser que cada uno convierta al judaísmo al que quiera de la forma que quiera. La conversión es un asunto general de todo Israel. No puede ser que un Rav determine que cierta persona es judía, y otro Rav determine que es un gentil. En cuanto a la kashrut se puede arreglar de alguna forma, si un Rav dice que la comida es kasher y otro Rav dice que no, se puede comer o no – no es el fin del mundo. Pero no puede ser que cortes de justica rabínicas conviertan a diestra y siniestra, como les plazca. El pobre converso piensa que es judío, y luego le dicen que es gentil. El que apoya las cortes de justicia rabínicas particulares de conversión desmenuza la nación, y no al revés. Debe haber una sola definición de quién es judío, y no varias distintas. El que determina tratándose de temas genéricos de todo Israel es la Rabanut HaRashit LeIsrael (el Supremo Rabinato de Israel). Para convertir se necesita permiso. Yo también convertí personas donde vivo, pero recibí un nombramiento de la Rabanut HaRashit. Si no es así, eso desmenuza la nación.
Pregunta: El partido “HaBait HaIeudi” no apoya mucho la ley de la conversión.
Respuesta: Nuevamente, ¿tú me preguntas mi opinión o la opinión de ese partido?
Pregunta: Como Rav del público sionista-religioso, yo le pregunto respecto a la posición del partido sionista-religioso.
Respuesta: No hay una halajá sionista-religiosa. Hay una sola Torá. Los parlamentarios de “HaBait HaIehudi” son gratos, yo los amo, los aprecio – pero ellos no determinan la halajá. Yo no soy médico, y por ello no tengo opinión en temas médicos. No soy zapatero, y por ello no tengo opinión en temas de zapatos. De la misma forma, sólo poskei halajá (sabios que determinan la halajá) determinan cuál es la halajá.                                                              


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Kidush
Hay distintas costumbres en cuanto a la forma en que se recita el Kidush de la noche: Hay quienes acostumbran a decirlo parados, ya sea cuando dicen “vaijulu” como cuando dicen la bendición del vino y el Kidush[1]. Hay quienes acostumbran a decir todo el Kidush sentados[2]. Y hay quienes acostumbran a decir “vaijulu” parados, y cuando terminan “vaijulu” se sientan hasta el final del Kidush[3].
Incluso los que acostumbran a pararse durante todo el Kidush, de todas formas el bebido del vino será sentado, porque en un principio no se bebe parado[4].
El que recita el Kidush tiene que tener intención de cumplir la mitzva del Kidush[5]. Cuando hay otras personas que cumplen su obligación escuchándolo, el que recita el Kidush además tiene que tener intención de que también los que le escuchan cumplan con su obligación, y los que escuchan también deben tener intención de cumplir de esa forma la mitzva. Y es correcto que el dueño de la casa antes de comenzar el Kidush les recuerde a las personas que pongan intención de cumplir de esa forma con su obligación[6].
Los que acostumbran a pararse durante el Kidush los que lo escuchan tienen que cuidarse que no estén diseminados y andando de un lado al otro, porque cuando se cumple la obligación escuchando a otra persona hay que fijar el lugar de forma que todos estén juntos, y cuando están diseminados no es considerado que hayan fijado su lugar juntos[7].


[1]En el Shuljan Aruj (271 inciso 10) escribió que dice “vaijulu” parado, y luego “bore pri hagafen” y el Kidush, porque “vaijulu” es el testimonio de la Creación del Mundo, y todo testimonio debe decirse parado. Y el Ram”a al principio escribió que puede pararse cuando recita el Kidush. Y en el Aruj HaShuljan (inciso 25) y Kaf HaJaim (inciso 62) citaron a Shaar HaKavanot que según la Kabala hay que pararse todo el Kidush, y así acostumbraba el Ari”zl.
[2]Ram”a (allí), diciendo que es mejor sentarse [salvo cuando se comienza el Kidush, donde debe pararse en honor del Nombre de D’s que es insinuado en las siglas de “iom hashishi vaijulu hashamaim”].
Y la razón por la cual es mejor sentarse, es porque de esa forma es considerado más como “Kidush en el lugar donde se come”, y de momento que “vaijulu” ya lo dijo en el Beit Kneset, no es necesario volverlo a decir parado (allí, Mishná Brurá inciso 46, 47). Y citando al Gr”a trajo otra razón, que cuando otras personas cumplen con su obligación escuchándolo, se necesita que fijen el lugar, y cuando se sientan juntos es fijo. Y según eso, también los que lo escuchan deben sentarse, pero en Shaar HaTziun (inciso 51) no logró determinar exactamente cuál es la intención del Gr”a.

[3]Shuljan Aruj 268, Mishná Brurá al final del inciso 19, dice que la costumbre es decir “vaijulu” parado, y así también en Kitzur Shuljan Aruj (77 inciso 3) [y todas esas costumbres no son críticas, y de todas formas ya sea que se paró o se sentó cumplió con su obligación].
[4](Kaf HaJaim  271 inciso 64, Rav Paalim segunda parte inciso 45). Y véase (Shuljan Aruj 296) en Elia Rabah (inciso 14) y en Mishná Brurá (inciso 6) que en un principio no se bebe parado.
[5](al final del inciso 4, Mishná Brurá inciso 10) que toda mitzva que se cumple debe tener intención de cumplir con su obligación, ya que las mitzvot exigen intención.
[6](273 inciso 6, Mishná Brurá inciso 30, Biur Halajá comienza “kegon”, 213 inciso 3, y véase 271 Mishná Brurá inciso 5).
Y sobre todo hay que cuidarse que los que escuchan el Kidush para cumplir su obligación no se ocupen de otras cosas, y no se distraigan del Kidush.

[7](271, Mishná Brurá inciso 46).