Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ki Tisa     20 de Adar 5777     Shabat Para     No 1111


Rav Eran Tamir

¿Número?
Rav Eran Tamir

Una de las halajot que se aprenden de nuestra Parashá es la prohibición de contar a los miembros de Israel con número, como dice el versículo: “Cuando tomes el censo de los Hijos de Israel según sus cómputos, cada uno entregará el rescate de su alma al Eterno cuando se los cuente” (Shmot 30:12). Y como explica Rashi: “Cuando desees hacer la cuenta total del número de Israel para saber cuántos son, no los cuentes por cabeza, sino que cada uno entregará un medio siclo de plata y luego contarán los siclos, y sabrás su número”. Esa halajá es tan severa hasta tal punto que si no se hace así y se cuenta cada uno, el resultado es que “haya plaga en ellos al contarlos” (Shmot 30:12). ¿Por qué? ¿Qué problema hay con la cuenta, hasta tal punto que puede producir, D’s no lo permita, una plaga y muerte en Israel?
Se puede decir que hay dos razones principales para esa severa prohibición:
1. El número es particular, específico, limitado, y no es algo genérico pleno. Todo número es de por sí, y la cualidad de la generalización le falta. Y por ello, de momento que en Am Israel (el Pueblo de Israel) la base de la vida del particular emana de la totalidad genérica, de ella lacta y recibe su vitalidad, si contaremos cada uno de por sí, es como si lo desconectásemos de la fuente de su vida, y por ello surge en él la carencia y la muerte, D’s no lo permita. Así escribe el Rav Kuk en muchos lugares: “En Israel el alma de los particulares emana de la fuente de vida de los mundos del atesorado de la totalidad genérica, y es ella la que entrega alma a los particulares. Si siquiera se pensará en desvincularse de la nación, debe desconectarse de su alma y su fuente de vida, y por ello es muy primordial la necesidad de cada particular de Israel de la totalidad genérica, porque el alma y su corregido propio exige eso de él” (Orot Israel 2:3). Y en forma más detallada en ese tema: “Los particulares maman de la totalidad genérica, y el contado genera carencia y muerte, cuando se desvincula de la totalidad genérica” (Ein Aya Shabat Bet, 6:27).
2. El contado y el número es algo finito, tiene comienzo y fin. Tiene límites. Pero nosotros somos Am Israel, y cada uno de nosotros como particular pertenece al infinito Divino ilimitado. Ni número ni contado. El infinito Divino es la fuente de nuestra vida y somos ordenados descubrirlo dentro del mundo limitado donde vivimos. Y como dice el Rav Kuk: “No se debe definir la esencia de Kneset Israel (el alma genérica del Pueblo de Israel) con límites determinados y sustantivos restringidos, incluye ella al todo, y el todo se basa en su deseo interno del D’s” (Orot Israel 1:3). Y por ello el contado limita y mata a la persona en el aspecto finito de este mundo, porque pertenece al infinito Divino que se encuentra en nuestra esencia y es nuestro papel. Somos genéricos e infinitos, y por ello no tiene sentido hablar de número tratándose de nosotros.


Rav Shlomó Aviner

Kashrut particular
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: Hay un fallo del Bagat”z (Suprema Corte de Justicia) que determina que está permitido organizar un sistema de autorización de kashrut (reglas de la Torá relacionadas con los alimentos) alternativo al sistema de la Rabanut HaRashit (Supremo Rabinato de Israel). ¿Entonces, es legal?
Respuesta: El problema es que Bagat”z no tiene autorización para determinar la halajá. Para temas relacionados con la kashrut se necesita talmidei jajamim (eruditos del estudio de la Torá) que han llegado al nivel de poder determinar la halajá, y tratándose de una cuestión amplia y genérica como esa, se necesita a los grandes eruditos de la generación, y para ser más exactos – la Rabanut HaRashit.
Pregunta: Pero ellos arguyen que no estará escrito “kasher” o “kashrut” ni habrá certificado de kashrut, sino que otras palabras como “pacto de confianza”.
Respuesta: Eso es un engaño. El judío sencillo ve un certificado cuyo significado es que se trata de algo kasher, no se fija en detalles, y se piensa en su inocencia que es algo kasher. Es un ardid.
Pregunta: ¿Pero ellos arguyen que realmente se trata de algo kasher?
Respuesta: No alcanza con lo que ellos arguyen. ¿Cómo sabes si se basan en determinaciones que no son aceptadas por los poskim (sabios que determinan la halajá)? Sobre todo cuando gracias al desarrollo tecnológico el tema de la kashrut en la industria es muy complicado. En resumen, no se puede que cada uno determine para sí lo que es correcto y lo que no lo es.
Pregunta: ¿Entonces, tratándose de organizaciones particulares como los distintos Badat”z no hay problema, porque está claro que se trata de judíos temerosos de D’s?
Respuesta: No necesariamente. A veces figura el nombre de un Rav que no es conocido, y nadie sabe quién es, quizás se trata de una falsificación. Si se quiere algo kasher certificado por algún Badat”z, se necesita que también tenga un certificado de la Rabanut HaRashit y no algo alternativo. Es más, si cada Badat”z fundará su propio sistema particular, ¿cómo podremos impedir de otros fundar su sistema?
Pregunta: Dicen que la kashrut de la Rabanut HaRashit es cara, y no es justificado.
Respuesta: No sé si es cierto. E incluso si es cierto, la solución no es fundar un sistema alternativo sino que corregir el sistema actual. Es más, si tratándose de la Rabanut no somos capaces de controlar precios, ¿cómo podremos evitar que organizaciones particulares no extorsionen? Y por supuesto, no es posible dejar la kashrut al mercado libre competitivo.
Pregunta: ¿Pero en definitiva, hay algún problema en privatizar ese tema?
Respuesta: Por supuesto. De la misma forma que no se privatiza el ejército o el gobierno, no se debe privatizar la Rabanut HaRashit. Ella representa la Torá a nivel nacional. La Torá no es sólo un asunto de los particulares, sino que del público. “Un reinado de sacerdotes y un pueblo santo”. Y en general, debemos fortalecer mucho la Rabanut HaRashit: Ella es la espina dorsal del renacimiento de la nación en su tierra.


Meorot HaShabat

El cometido de esta sección es familiarizar a los lectores con las pautas básicas del Shabat. Cada uno debe aconsejarse con la autoridad rabínica en su comunidad en cuanto a los detalles de las numerosas y a veces complejas halajot del Shabat, y no limitarse a lo escrito en esta sección.
Encendido de las velas
La mitzva del encendido de las velas se refiere en un principio a las velas en el lugar donde cenarán, porque cuando se cena a la luz de las velas eso es parte del deleite del Shabat, como fue explicado anteriormente. Por ello, hay que cenar en el lugar donde encendieron las velas en honor al Shabat, y no se debe abandonar el lugar donde alumbran las velas y comer en otro cuarto o en el patio[1].
De momento que la cena se debe comer en el lugar donde las velas alumbran, también el Kidush (las bendiciones con las que se santifica el Shabat) de la noche debe hacerse en ese mismo lugar, porque la regla es que “no hay Kidush sino que en el lugar donde se come”[2].
Cuando el cenar en el lugar donde las velas alumbran implica un gran sufrimiento, por ejemplo porque sufre por las moscas que hay en ese lugar, puede hacer Kidush y comer en el patio u otro cuarto, a pesar que no puede ver las velas desde ese lugar, porque la mitzva del encendido de las velas fue dictaminada para deleitarse, y no para sufrir[3]. Y de todas formas, es mejor que haga Kidush donde alumbran las velas y coma allí un poco, y sólo después salga a otro lugar donde continuará allí la cena[4].


[1](Shuljan Aruj 273 inciso 7, Mishná Brurá inciso 32, Biut Halajá comienza veaji mistabra).
[2] Allí
Es decir, la persona no cumple con la obligación del Kidush sino cuando hace Kidush donde come, y eso se aprende del versículo “y llamarás al Shabat deleite”, respecto al cual dijeron nuestros sabios: Donde hay deleite, es decir donde se come, allí habrá de llamar al Shabat, es decir, hacer Kidush (273 inciso 1, Mishná Brurá inciso 1).

[3]Allí, inciso 7. Y véase Biur Halajá allí, que lo que el Shuljan Aruj citó “y hay quienes opinan que el Kidush depende del lugar donde encendieron las velas”, y dijo al respecto que “así parece”, se refiere a que disfruta más en el patio, pero si no es así hay que ser estricto y comer en el lugar donde se encuentran las velas, y también hacer Kidush allí. Pero Kaf HaJaim (allí, inciso 48) citó al Birkei Iosef que escribió al respecto que el Shuljan Aruj demostró con ello que la halajá fue determinada como la última opinión, que es también la opinión de la mayoría de los poskim, y también hay que determinar así según la lógica sencilla. Y véase más en Kaf HaJaim (allí, inciso 47 y 262 inciso 1 7) que escribió que las velas estén encendidas delante de él cuando hace Kidush según los escritos esotéricos.
Y véase más adelante que cuando no se come donde alumbran las velas, las velas deben permanecer encendidas en la casa hasta después de la cena o debe utilizar la luz de las velas un poco en los preparativos de la cena.

[4](Allí, Mishná Brurá inciso 32)