Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Ki Tetze     14 de Elul 5776     No 1086


Rav David Landau

Amalek
Rav David Landau

Amalek es un asunto muy genérico, la antítesis de la kdushá (santidad) genérica de Am Israel (el Pueblo de Israel). Llegamos a la gran oposición a Am Israel.
Hay diferencias entre Amalek y los 7 pueblos de Knaan. Con estos últimos tenemos conflictos políticos o religiosos, pero ellos no son la antítesis de Am Israel. Y lo que fue dicho en cuanto a ellos – “no dejarás vivir ningún alma” (Dvarim 20:16) – es porque ellos rinden culto a otros dioses en Eretz Israel (la Tierra de Israel). Por ello Ioshua les hizo saber que si ellos abandonan el culto a otros dioses, y no se revelan frente al Reinado de Israel, pueden quedarse en la tierra como minorías (Ramba”m, Hiljot Melajim 6:5). Lo que no es así en cuanto a Amalek, no es mencionado que la razón por la cual hay que borrarlo es porque tememos que nos haga pecar, como en cuanto a los 7 pueblos: “Cuídate mucho, no sea que seas atraído tras ellos” (Dvarim 12:30). No hay ninguna palabra de ese tipo en cuanto a Amalek. Él surge al principio de la aparición de la nación de Israel, y también al final “mas su fin es perecer eternamente” (Bamidvar 24:20). En ese entonces éramos un pueblo de esclavos liberados que salen de Egipto, y de pronto, sin ningún motivo, “llegó Amalek y atacó a Israel” (Shmot 17:8). Se trata de un antagonismo esencial, cosmológico, muy genérico. Es sabida la expresión de Hitler, maldito sea su recuerdo, “no puedo estar junto con Israel en el mundo”. ¡Y se cumplió, ciertamente! Él desapareció del mundo, y Am Israel vive y existe. “El eterno de Israel no mentirá ni mudará de propósito” (Shmuel Alef 15:29). Amalek es el antagonismo más esencial a Am Israel, y no es eterno sino que pasajero. “Mas su fin es perecer eternamente” (Bamidvar 24:20). Él es la oposición total al reinado de D’s, al reinado de Israel, al espíritu de Israel, de la Shjina (manifestación de la presencia Divina) en Israel, de la kdushá
de Israel, de Eretz Israel, y de todo lo que le pertenece a Am Israel.
Por ello, “borraré la memoria de Amalek” (Shmot 17:14), a través de D’s, y “borrarás” (Dvarim 25:19) a través del reinado de Israel que se revelarán a través de la gran depuración de la edificación de Am Israel y la Torá. Nosotros añadimos “vigor a D’s” (Tehilim 68:35-36), y D’s nos añade vigor (según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Dvarim, pág. 216-218, 316, 362-363, Shmot pág. 171).


Rav Shlomó Aviner

Se enfermera
Rav Shlomó Aviner

Ve a estudiar enfermería. Pero sólo con una condición: Que tienes buen corazón. En general, si no tienes buen corazón, es muy severo. Pero seguramente que la profesión de enfermería no te es adecuada. Pero si tienes buen corazón, esa profesión te espera, y de día en día serás más buena.
Debemos agradecerle a Florence Nightingale, esa piadosa gentil, vanguardista de la enfermería, que la transformó en una profesión ordenada y moderna, estudiada y profundizada. Dicho sea de paso, sus padres que pertenecían a la clase alta británica se opusieron terminantemente a que ella se ocupe de esa profesión, porque no es conceptuada como una profesión respetable. Gracias a D’s, ahora es muy respetable. Es cierto que no se gana mucho dinero con ella, pero no es tan terrible. Se gana muchos dolores de cabeza, pero también mucha satisfacción, un poco de recompensa en este mundo y mucha recompensa en el Mundo Venidero.
Y por supuesto, debemos agradecerle a esa gran mujer, Henrietta Szold que fundó en nuestro país la primer escuela para enfermeras. Y desde ese entonces, gracias a D’s, nuestra santa tierra se colma de enfermeras – pero no es suficiente. Duele el corazón. Hay también muchas enfermeras árabes: Muy bien. Pero faltan enfermeras judías. Te esperan a ti.
¡Qué trabajo amplio y responsable, que exige tantos papeles y tantas aptitudes! Cura y prevención, dosis de remedios y vendaje, apoyo en operaciones y nacimientos, interpretación de resultados de análisis y toma de decisiones.
Sí. Una enfermera no es un pequeño empleado que cumple las órdenes del médico. Es independiente en gran forma. A veces incluso descubre errores del médico. Gracias a D’s es muy extraordinario, pero también pasa. Todos somos personas.
Se necesita conocimiento, práctica, escucha, misericordia. Sí, una enfermera es también una pequeña educadora. Por ello la mayoría de las enfermeras son mujeres, porque es una profesión maternal. Por supuesto, también tú, ve a ser enfermero. Enfermeros faltan más aún, sobre todo judíos, es una gran mitzva.
Ser enfermera no es sólo una profesión, es una mitzva. Una mitzva continua, en cada momento, día y noche. Es una vocación. Es una misión. Es culto a D’s. Una labor de entrega. Como dice el Rav Kuk: “Genialidad de entrega” (Orot HaKodesh Guimel 313).
Entregar es lo más importante en este mundo. Es cierto que en nuestro mundo valorizan al que hace mucho barullo, mucha impresión. Pero es mentira. Así escribe el Rav Kuk: “Luego de todo el barullo de todo tipo de artimañas… y luego de la profundización más honda en el sistema de los secretos esotéricos, llegamos a la conclusión que la labor de la persona en la práctica debe ser añadir bien en el mundo, entre la persona y su prójimo” (Orot HaKodesh Guimel 315).
Sí, eres tú. Que te ocupas de una labor de entrega. Tú que cuidas con tu cuerpo y tu alma de los enfermos, los lisiados y los desahuciados. Te preocupas de los enfermos de toda edad, de su bienestar y su honor. Descubres que quizás el enfermo sufrió de ataques de violencia, o condiciones de falta de higiene.
Florence Nightingale también era una estadista prodigiosa, y demostró con la ayuda de la estadística médica en el ejército inglés en sus guerras en el oriente la importancia de la correcta higiene, y de esa forma redujo los casos de muerte de un 80% a un 2%. Una vez ella dijo: “Para entender los pensamientos de D’s, debemos saber estadistas…”.
Pero volvamos a nuestro tema. Ve a estudiar enfermería. Qué nombre bello: Ajot (enfermera, en hebreo). Es cierto que el origen no es nuestro, pero lo convertimos. Tú realmente eres una Ajot [en hebreo, Ajot quiere decir enfermera y también hermana. N. del T.].