Edición semanal
Basada en materiales de Majón Meir

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Parashat Vaieji     14 de Tevet 5776     No 1049


Rav David Landau

Las tribus de Israel
Rav David Landau

La Casa de Israel está erigida sobre la base de 12 tribus, cuando cada tribu tiene su estandarte, su piedra y su valor singular en Clal Israel (la totalidad genérica del Pueblo de Israel). Cada uno de nosotros, cada persona, está formada como un organismo completo, que tiene cuerpo y alma. Y en ese cuerpo hay distintos órganos. Hay órganos donde comienza a brillar el secreto de la vida, como  el corazón y el cerebro, los órganos más elevados. Pero el corazón y el cerebro no lo son todo. “(D’s) inspiró en su nariz aliento de vida” (Bereshit 2:7) se revela en forma singular en el corazón y el cerebro, y en base a ello en forma gradual en todos los distintos órganos. D’s creó cada uno de nosotros con cerebro, corazón, ojos, oídos, manos y piernas, pulmones, tórax y similares. Hay distintos niveles entre esos órganos, pero todos pertenecen al organismo general. No menos que ello, y quizás más aún, se puede decir respecto a “un pueblo en la tierra” (Shmuel Bet 7:23). Una unicidad general envuelve a todas las partes del organismo de Clal Israel, pero también dentro de la edificación plena de Clal Israel hay distintos tipos de niveles, ordenados, unidos y combinados juntos. Todas esas fuerzas deben revelarse “cada cual a su campamento y cada cual a su estandarte” (Bamidvar 1:52). En el organismo de Clal Israel deben aparecer distintas partes especiales: Este es Reuben y este es Shimon, y así todas las otras tribus, así es el orden de la creación, de la realidad. El alma de Israel, el alma de “este pueblo que creé para Mí” (Ishaya 43:21) debe pormenorizarse en todas las tribus de Ieshurun, y una misma plenitud única se revela en todas las partes. El uno genérico – se revela en la diversidad de todos los detalles.
Am Israel (el Pueblo de Israel) vuelve a su plenitud. Cuanto más nos reunimos, más se aclaran las tribus de Israel, como es explicado en “Orot” (Israel UTjiato 23). En base al regreso de la Shjina (manifestación de la presencia Divina), el regreso del aliento Divino y la profecía, serán aclaradas las tribus. Lentamente, generación tras generación, será más claro, y las tribus irán aclarándose. “Y volverán los hijos a su límite” (Irmya 31:16). Todas las partes de la Casa de Israel volverán a las partes de Eretz Israel (la Tierra de Israel) que le son afines. “Y los del sur poseerán el monte de Esav, y la llanura de los plishtitas, y poseerán el campo de Efraim y el campo de Shomrón, y Binyamin poseerá el Guilad” (Ovadia 19. Según Sijot HaRav Tzvi Iehudá, Bereshit pág. 305, 318-319, 333-335).


Rav Shlomó Aviner

Estudio del Tana”j a altura profética
Rav Shlomó Aviner

Pregunta: En los últimos tiempos hay una discusión en el Ministerio de Educación Religiosa de cómo debe enseñarse el Tana”j (La Biblia)…
Respuesta: No hay ninguna discusión. Discusión es cuando hay diferencias de opiniones entre personas de un mismo nivel, como el Ramba”m y el Raaba”d. Pero en este caso, se trata de orientaciones modernas, producto de la influencia de la cultura occidental, contrarias a la dirección de nuestros sabios y nuestros santos maestros, Rishonim (sabios de hace unos 500 años) y Ajaronim (sabios de épocas más recientes).
Pregunta: ¿En qué son contrarias a nuestra tradición a lo largo de las generaciones?
Respuesta: Hay que saber que las figuras del Tana”j son gigantes - como ángeles - frente nuestro. Nuestro patriarca Iaacov no sólo sueña que ángeles de D’s suben y bajan por la escalera – él mismo es un ángel. Avraham, Itzjak e Iaacov, Moshe y Aharon, Ioshua y Pinjas, Eli y Shmuel, David y Shlomó – son ángeles.
Pregunta: ¿Pero es relatado que ellos pecaron?
Respuesta: Ellos pecaron pecados de ángeles.
Pregunta: ¿De dónde sabemos que eran ángeles?
Respuesta: Porque todos ellos son enumerados en la lista de 48 profetas cuyas profecías fueron escritas porque son necesarias para las generaciones futuras (Meguila 14A, Rashi, comienza “nevua sheutzreja ledorot”). Y un profeta no es una persona como nosotros, sino que de un tipo totalmente distinto. Él es una persona que D’s le habla. No tenemos idea qué quiere decir que D’s le habla a la persona y ella lo escucha, sólo sabemos que eso existe, pero no entendemos nada aparte de ello. La profecía se encuentra por encima de nuestro entendimiento, y no es concebible por el hombre.
Pregunta: ¿Cómo llegaron los profetas a ese elevado nivel?
Respuesta: Tampoco eso somos capaces de entender. Sólo sabemos que se llega a eso después de una tremenda labor de vencimiento de las pasiones, elevación espiritual continua, plenitud de virtudes enorme (véase Kuzari 1:103. Ramba”m, Hiljot Isodei HaTorá 7, y también su prólogo a la Mishná, donde habla en extensión al respecto).
Pregunta: ¿Los modernos innovadores no lo entienden?
Respuesta: Todo depende de la actitud frente al Tana”j. Hay tres posibilidades:
1.
Esfuerzo por entender cuál es la intención del escritor.
2. Análisis del texto, cuando cualquiera puede interpretarlo como le plazca.
3. Buscarme a mí mismo en el texto, mis sentimientos, mis problemas.

Pregunta: ¿Realmente, cómo se puede saber cuál es la intención del escritor?
Respuesta: Preguntándole, o preguntándole a sus discípulos, o los discípulos de sus discípulos hasta hoy en día. Es decir, la Torá oral: Nuestros sabios, Rishonim y Ajaronim. Bienaventurados somos que fuimos merecedores del comentario de Rashi. Ese es el camino por el que marchamos y continuaremos marchando. Dicho sea de paso, en cuanto a lo que dijeron nuestros sabios “eviten vuestros hijos del raciocinio” (Brajot 28B) explica Rashi: “No los acostumbres al estudio de los versículos demasiado, porque los atrae”.
Pregunta: ¿Rashi se opone al estudio de los versículos?
Respuesta: Por supuesto que no. Él mismo escribió su comentario a todo el Tana”j, quizás fue el primero que lo hizo. Pero no demasiado. Los comentaristas de “Ein Iaacov” explican que se está hablando del que estudia los versículos no en base a la interpretación de nuestros sabios, y por ello llega a la herejía.
Pregunta: ¿Y cuál es la segunda actitud?
Respuesta: Esa actitud piensa que el texto no tiene un sentido único, o no tiene ningún sentido, y es el comentarista el que le confiere sentido, según su voluntad. El texto es como materia prima, y el comentarista puede gravar en él el contenido que desee, es el dueño del texto, como un texto literario. Pero nosotros decimos: “Bendito sea… el que nos entregó una Torá auténtica”, una verdad absoluta, una verdad celestial. Y dice nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá: “El punto de partida es que nos encontramos frente a la Torá auténtica… una verdad celestial, y no de la boca del hombre… y toda nuestra meta es descubrir esa verdad, entender esa verdad” (LeNetivot Israel Alef 242).
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre esa actitud y la tercera, donde la persona introduce su yo en el texto?
Respuesta: Según la tercera actitud la persona es el centro. El texto debe ser relevante para él. Esa es la actitud que fue introducida en la enseñanza religiosa pública en los últimos años. Todo es a imagen y semejanza humanas, el D’s es a imagen y semejanza humana, las grandes figuras del Tana”j son a imagen y semejanza humanas, Avraham, Itzjak e Iaacov son a imagen y semejanza humanas. Y entonces, por supuesto, ellos son personas como cualquier otra, como nosotros – y no como ángeles. Dicho sea de paso, esa posición nos recuerda el cristianismo.
Pregunta: ¿Qué relación tiene con el cristianismo?
Respuesta: Nuestra religión es teocéntrica – D’s está en el centro. La de ellos, es antropocéntrica – la persona está en el centro. Por ello, para nosotros la cima es el Sacrificio de Itzjak, la entrega del todo por parte de la persona a D’s. Mientras que para ellos, la cima es el crucificado del dios-hijo, es decir, la entrega del dios-hijo a la persona.
Pregunta: ¿Acaso la Torá no debe alumbrar nuestro camino?
Respuesta: Por supuesto. Pero de lo alto, como dice nuestro Rav, el Rav Tzvi Iehudá: “El alumbrado y la dirección de la persona del origen Divino” (LeNetivot Israel Alef 174). La meta no es proyectar nuestros problemas y pasiones en las grandes figuras, sino que lo contrario, es preguntarnos ¿cuándo llegarán mis obras a la altura de las de mis antepasados? Crecer en nuestra vinculación a D’s, en nuestras buenas acciones y pureza de las virtudes.