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El pecado de la rama
Rav Eran Tamir
 (Beahava Ubeemuna No620)

Fueron dichos muchos comentarios en cuanto al Pecado de los Espías. Una de las explicaciones – que habla del origen de ese gran percance, que “cargamos” con nosotros a lo largo de todas las generaciones – es el comentario del Rav Jarla”p (Nimukei HaMikraot 204-204, Maaianei HaIeshua 250, 261-262). Nos aclara el Rav Jarla”p que en nuestro mundo las cosas se dividen en tres categorías: Lo obligatorio, lo permitido y lo prohibido. Hay cosas que tenemos la obligación de hacer, desde el punto de vista de la Torá, de los valores y de la moral. Hay cosas que tenemos prohibido hacer, y hay otras que nos son permitidas – lo que es una categoría intermedia, entre lo obligatorio y lo prohibido. Esa tercer categoría la podemos elevar a un nivel de mitzva y obligación, o – D’s no lo permita! – hacerla descender, transformándola en algo prohibido. Y al respecto dijo la Torá: “Santifícate, privándote de lo que te está permitido” (es decir, lo que es incluido en la tercer categoría) – o de lo contrario, se puede obrar neciamente sin transgredir ninguna prohibición evidente de la Torá.
Pero todo eso es la realidad después del
Pecado del Primer Hombre en el Gan Eden (Paraíso): Antes, sólo existía lo obligatorio y lo prohibido. Lo obligatorio, como fue expresado en el mandamiento de D’s al Primer Hombre: “De todo árbol del jardín comerás” (Bereshit 2:16), “y lo puso en el Gan Eden para que lo labrara” (Bereshit 2:15) – ese es un mandamiento positivo. Y en contraste, le prohibió “mas del árbol del conocimiento del bien y del mal no comerás” (Bereshit 2:17), “y lo guardase” (Bereshit 2:15) – esa es una prohibición. Y en esa situación, la categoría de lo permitido era parte de la mitzva, “pero el pecado causó que descienda del nivel de mitzva al nivel de ‘permitido’, y puede descender más aún, al nivel de ‘prohibido’. Pero en el futuro, será extinguida toda la impureza del mundo, y lo ‘prohibido’ será abolido y anulado, y lo ‘permitido’ volverá a ser parte de la mitzva y de lo obligatorio”. Pero hay dos partes en las que ese pecado no pudo producir un daño tan profundo: En Am Israel (el Pueblo de Israel) y en Eretz Israel (la Tierra de Israel). Por ello, cuando Am Israel vive su Torá hay muchas cosas que son permitidas que pueden ser incluidas en la categoría de mitzva y obligación. Y también en Eretz Israel “la vida laica en ella, el asentamiento, el arado, la siembra y similares se elevan al nivel de mitzva y obligación”. Por ello, “también los distintos tipos de asentamiento y todos los aspectos materiales que están relacionados con la conquista de la tierra y el renacimiento y edificación de los marcos de vida nacionales naturales no son sólo medios para la adquisición de la tierra, sino que son una meta en sí. Cada paso y cada conquista son mitzva y obligación, y a través de ellos se edifican niveles espirituales en el cielo, y toda la existencia del mundo depende de ellos”.
Según ese principio explica el Rav Jarla”p el Pecado de los Espías: Nuestro Rav Moshé les pidió que averigüen varias cosas, cuando una de ellas era “si hay allí árboles o no. Esforzaos, pues, y traednos de los frutos de la tierra” (Bamidvar 13:20). El árbol es el medio para obtener el fruto, que es la meta. Nuestro Rav Moshé les dice que en todas la otras tierras hay un distanciamiento entre el árbol y el fruto, entre los medios y los fines, entre la vida espiritual y la vida práctica nacional – pero en Eretz Israel las cosas son distintas en su esencia, y por ello deben esforzarse – deben elevarse, deben profundizar - y tomar de los frutos de la tierra. Es decir, deben descubrir que en Eretz Israel todo es fruto, todo es meta en sí, también los medios – como la vida secular natural – son parte de la meta misma. Pero los espías pecaron: No tomaron sólo el fruto, sino que “cortaron de allí una rama con un racimo de uvas” (Bamidvar 13:23) “para mostrarle al pueblo que también en Eretz Israel la rama y el racimo de uvas son distintos” - como diciéndole a Am Israel: Sepan, en Eretz Israel hay que ocuparse de muchos aspectos materiales, guerras, problemas de seguridad, económicos, etc., que pueden molestar e incluso imposibilitar el descubrimiento de lo kadosh (santo) y del aspecto espiritual. Como dice el Rav Jarla”p: “Pero los espías tomaron la rama junto con el racimo con toda la intención – para mostrarles que Eretz Israel es como todas las otras tierras, y el gusto de sus árboles y sus frutos no es el mismo”.
Y volviendo a nosotros en nuestros días: Debemos comprender que en Eretz Israel la preocupación por la vida secular práctica no es sólo un medio, sino que una meta en sí misma. Si hay cohetes que caen en Sderot, no es sólo un problema de seguridad – es también una Profanación del Nombre de D’s, es un ultraje de Am Israel. Si hay brechas en el plano económico entre diferentes fracciones de la sociedad – como es notorio en los elevados índices de desocupación y grandes sectores de la población que viven por debajo del nivel de vida mínimo – no se trata sólo de problemas de los individuos particulares, sino que es una terrible Profanación del Nombre de D’s!. Si hay problemas familiares en los hogares de Israel – eso no se limita al marco familiar, sino que genera un vacío en la manifestación de D’s en el mundo. Y por ello, el punto de partida de todos los retos que enfrentamos – dentro de Am Israel, y también fuera de él – debe ser un punto de partida espiritual, Divino – y no se debe limitar a buscar alguna solución práctica de un tipo u otro. Y concluimos de ello que todo el pecado de los espías fue que junto con el racimo trajeron la rama, y con la ayuda de D’s cada uno de nosotros corregirá ese pecado, en sus asuntos: No diferenciaremos entre la rama y el racimo de uvas, sino que seremos merecedores de beber del auténtico vino de Eretz Israel, del racimo de uvas que trajeron los espías.