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Rav Shlomó Aviner Crisis
Rav Shlomó Aviner
 (Beahava Ubeemuna No619)

Bamidvar” (Números) es el “Libro del Camino”: Desde el comienzo se habla de los preparativos para la marcha. Nos preparamos para andar del Monte de Sinai – el elevado ideal que nos fue entregado con la Torá - a Eretz Israel (la Tierra de Israel) – el lugar donde vivirá el pueblo, en su tierra.
Los preparativos son numerosos y pormenorizados: Comenzaron en Parashat Bamidvar – con la organización del público en forma general, según un orden militar ejemplar – continuaron en Parashat Naso – donde se habla de los diferentes grupos que componen el público, parte de los cuales sobresalen en forma positiva, y otros en forma negativa. Y ahora, en nuestra Parashá continúan los preparativos: Es encendido El Candelabro en el Mishkan (El Tabernáculo) – el resplandor de la sabiduría y la cultura vinculados con el kodesh (santo). Los Levitas – los encargados del plano espiritual, el corazón del pueblo – son iniciados en su servicio. También las personas impuras por haberse ocupado del entierro de algún muerto encuentran su remedio, siendo incluidos junto con todo Am Israel (el Pueblo de Israel) ofreciendo su sacrificio de Pesaj en otra fecha (día 14 del mes de Iyar). La nube que insinúa la Presencia Divina, que cubre al Mishkan, dirige a los hijos de Israel en sus paradas, que son todas dictadas por D’s. Les son entregadas las Trompetas de Plata – para anunciarle al público cuando comenzar a levantar el campamento y marchar, y para ser recordados frente a D’s en la guerra, en momentos de alegría y en las festividades... La cima de los preparativos Divinos para el camino, es: “Y el Arca del Pacto del Eterno iba delante de ellos... Y fue así que al partir el Arca, decía Moshé; Levántate, oh Eterno, y sean disipados Tus enemigos, y huyan delante de Ti los que Te aborrecen!. Y cuando ella se asentaba, decía; Vuélvete, oh Eterno, a los millares de los millares de Israel!” (Bamidvar 10:33-36). El camino de Am Israel es enderezado y alumbrado por el resplandor de D’s, que los acompaña día y noche.
Finalmente, son terminados todos los preparativos y se puede comenzar a marchar: “Y aconteció que en el año segundo, en el mes segundo, a los veinte del mes, se alzó la nube de encima del Tabernáculo del Testimonio. Entonces, los hijos de Israel se pusieron en marcha, conforma a sus jornadas, del desierto de Sinai” (Bamidvar 10:11-12). Gracias a D’s, comienzan a marchar!. Pero sólo empiezan el camino – y surgen las complicaciones: “Mas sucedió que el pueblo empezó a lamentarse” (Bamidvar 11:1). A pesar de todos los grandes y maravillosos preparativos...
Pero es que no puede ser de otra forma: Las crisis son forzosas, en la vida pública y en la vida privada. Cuentan que una vez llegó un judío del exterior y se le quejó al Rav Kuk: Aquí en Eretz Israel hay problemas y dificultades, no se respeta el Shabat, no hay recato, hay problemas económicos, etc. Le preguntó el Rav: Y en el exterior no hay problemas?!. Por supuesto que sí!. La diferencia, es que en nuestra tierra los problemas son dolores de parto - mientras que en el exterior son dolores de agonía!.

Pregunta: Acaso es cierto que en la vida del hombre forzosamente habrán crisis?. Quizás todos esos problemas son consecuencia del avance del conocimiento y la cultura?. Acaso el hombre primitivo sufría crisis?.
Respuesta: Todos pasan crisis cuando sus expectativas no son alcanzadas. El tema y las causas son distintos, pero toda persona siente la vivencia sicológica de la crisis. Cuando el individuo tiene ciertas expectativas, que no llegan a realizarse en la práctica, sufre una crisis, siente frustración. La persona siente como si le hubiesen quitado algo de sí mismo, como que le fue robado algo. También el hombre primitivo que se sube al árbol para arrancar un coco, y a último momento llega un mono que lo toma primero se siente frustrado, pasa por una crisis.
En la vida siempre hay frustraciones. La pregunta es: Cómo reacciona la persona frente a ellas?. Es en ese aspecto que la persona es puesta a prueba; acaso es fuerte o débil?. Hay varias formas de reacción posibles:
1. Amargura. La persona no reacciona por fuera, muerde sus labios, pero por dentro se “come a sí mismo”.
2. Escape. El individuo se “escapa” de la realidad, calla y trata de continuar como si nada hubiese pasado.
3. Agresividad. La persona reacciona agresivamente contra las causas de su frustración – ya sea agresividad física, o verbal. Reacciona con ira y ataca.
4. Transferencia. También ella es una reacción agresiva, pero en vez de dirigir su agresividad contra las causas de la frustración, la dirige contra inocentes – que son más fáciles de atacar.
5. Compensación. El individuo intenta sobreponerse del sentimiento de frustración encontrando algún sustituto que le proporcione cierta compensación por la perdida sufrida.
6. Adaptación. La persona intenta encontrar lo positivo y lo bueno en la nueva realidad que surgió en contra de sus expectativas. Comprendiendo la importancia positiva del acontecimiento, logra sobreponerse y asimilarlo, y se siente en paz consigo mismo.
A veces, en la realidad existen circunstancias tales que generan una sobrecarga emocional, una sensación de angustia y tensión sobre toda persona normal – cuando la persona debe reaccionar en forma correcta, a pesar de las dificultades objetivas. Pero a veces hay situaciones que desde el punto de vista objetivo no son tan difíciles, y realmente no es justificable que la persona se sienta tensionada por ellas – y a pesar de ello, la persona se siente tensionada. Él se hace ver frente a los demás y frente a sí mismo como un desgraciado, un pobrecito que sufre - sin ninguna proporción con las dificultades prácticas que debe enfrentar. Y no solo eso, sino que en vez de descubrir en él fuerzas que le permitan sobreponerse a las dificultades objetivas, frente a cualquier pequeña dificultad él siente angustia, y la pequeña dificultad se transforma para él en una amenaza a su bienestar. Esa es una situación muy complicada: La sensación de angustia no es sólo una reacción de debilidad frente a la situación, sino que es algo subjetivo, que no tiene ningún asidero en la realidad.
También el Estado de Israel pasa por crisis de valores, económicas, políticas y otras. Cómo reaccionan los ciudadanos del país frente a las dificultades que encuentran?. Los estudios revelan que el ciudadano israelí se siente tensionado. Y vean qué extraño: Lamentablemente, cuanto más se fortaleció el país desde todo punto de vista - la reacción del ciudadano frente a las dificultades que todavía existen se fue debilitando!. Es decir: A pesar que las condiciones objetivas mejoraron, la sensación subjetiva de tensión fue en aumento. El israelí se siente más y más tensionado. Se ve a sí mismo como una persona que le es difícil su vida. Su reacción psicológica frente a las dificultades es exagerada, en proporción inversa a la dimensión de las dificultades!.
La reacción correcta depende de la madurez psicológica de la persona. Cuanto más adulto y maduro se es, se aprende a adaptar a las nuevas situaciones con más facilidad, se ve las cosas desde un punto de vista de bondad, se asimilan las dificultades y se eleva por encima de ellas, gracias a ellas...
Hay que engrandecer el espíritu, hay que añadir luz en todos los niveles, de todas las formas posibles. El socorro de la nación no llegará sólo a través de algún nuevo programa político o económico – que sustituirá el programa presente. O cierto partido que sustituirá a otro. También eso es importante, pero no es lo principal. Junto con todos los distintos programas, se debe aumentar la luz, se debe elevar el espíritu. Y a través de la elevación por encima de las nimiedades, llegará la solución de raíz de las dificultades, y la capacidad de hacerle frente a las crisis en el camino de la vida de la nación.