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Rav Shlomó Aviner Torá y profecía
Rav Shlomó Aviner
(Beahava Ubeemuna No617)

“No surgió otro profeta en Israel semejante a Moshé, a quien conociera al Eterno cara a cara” (Dvarim 34:10). Cuando el Ramba”m enumera los principios básicos de nuestra religión, escribe: “Y el séptimo principio – la profecía de nuestro Rav Moshé, bendita sea su memoria. Y consiste en que tengamos fe que él es el Padre de Todos los Profetas – que hubo antes y después de él – todos ellos se encuentran en un nivel más bajo. Y él fue el selecto de todo el género humano, que logró acceder a un nivel de conocimiento de D’s que ninguna otra persona logró ni logrará” (Prólogo a Perek Jelek. Y ver también Hiljot Isodei HaTorá 7).
Por qué es tan importante recalcar que no habrá otro profeta que llegue a un nivel semejante a Moshé?. Porque si surgirá algún profeta más elevado, quizás pueda cambiar la Torá – y eso no es posible, porque la Torá es eterna. Por ello, también la profecía de Moshé es la más elevada, y no habrá una profecía por encima de ella (Olat Reaya Alef, Pág. 334).
Moshé no es solamente más elevado que los demás profetas: Él es otra cosa, algo distinto de todos. El término “profeta” lo utilizamos para denominar a Moshé y a los otros profetas porque no tenemos otro término más adecuado para la profecía de Moshé (Ramba”m, More Nebujim 2:35). Pero debemos saber que la diferencia entre la profecía de Moshé y las profecías de los otros profetas, no es menor que la diferencia entre un profeta y el que no lo es.
Nuestro Rav Moshé “ve” a través de un ventanal trasparente: Los demás profetas no ven tan claro (Iebamot 49B). Por supuesto, también la profecía de los demás profetas es clara, sin ningún lugar a dudas. De lo contrario, si nuestro patriarca Avraham hubiese tenido alguna duda en cuanto a la revelación de D’s que le ordenó sacrificar a su hijo Itzjak, nunca se hubiese dirigido a sacrificarlo! (Ramba”m, More Nebujim 3:24). Y a pesar de ello, la visión de nuestro Rav Moshé es mucho más clara. Por ello, el profeta Ishaya dice: “Yo vi al Eterno...” (Ishaya 6:3) – cuando en realidad no lo estaba viendo. Mientras que nuestro Rav Moshé dice: “Porque el hombre no puede Verme y vivir” (Shmot 33:20) – de momento que él ve a través de un ventanal límpido, sabe que no Lo ve (Iebamot 49B, Rashi).

La Torá de Moshé, la visión de Moshé, es clara, incluye todo, es detallada y minuciosa, es para todas las generaciones, y es afín a todas las situaciones (Bamidvar Rabah 23:4). La Torá es el alma del mundo, que lo antecedió (Bereshit Rabah 1). Ella es el contenido del mundo, su meta y su sentido. Ella es el programa del mundo, como él debe ser y como lo será finalmente, es la ley interna de él. Nuestro Rav Moshé lo ve todo: Todas las reglas genéricas, todos los detalles, todos los tiempos, todos los lugares y todas las situaciones.
La profecía de Moshé es llamada “Torá”, mientras que la profecía de los demás profetas es llamada “Divrei Kabala” (lo recibido). “Porque la Torá fue entregada para todas las generaciones, mientras que la profecía de los demás profetas es llamada ‘Kabala’, porque ellos recibieron a través de la Inspiración Divina cada una de las profecías en el momento y en la generación que eran necesarias” (Julin 137A, Rashi).

La Torá es el decreto, es el sistema, es la verdad absoluta, es eterna y fija (Olat Reaya Bet, Pág. 159-160). Mientras que la profecía fue recibida sólo en situaciones excepcionales, o sólo para determinado momento o determinadas generaciones. En ella hay decretos temporales, indicaciones excepcionales. La Torá le confirió a los profetas la facultad de determinar en forma provisoria – salvo tratándose del culto a otros dioses – incluso en contra de lo escrito en la Torá misma (Hiljot Isodei HaTorá 9:3). Como el profeta Eliahu que construyó un altar en el Monte Carmel cuando estaba prohibido (Sanhedrin 89B) - por supuesto, justamente para fortalecer el cumplimiento de la Torá. Nuestros sabios dijeron que los patriarcas cumplieron toda la Torá (Ioma 28B), y a pesar de ello encontramos que a veces hicieron algo que es contrario a ella. Como nuestro patriarca Iaacov – que se casó con dos hermanas, y erigió un monumento (Bereshit 28:18). Y como Amram, que se casó con su tía Iojebed (Shmot 2:1. Sota 12A). Cómo puede ser?. Porque ellos no cumplieron la Torá como “Torá”, sino que como “profecía” – y en la profecía hay situaciones provisorias excepcionales, de acuerdo a circunstancias extraordinarias.
Fueron dichas muchísimas profecías – hubo muchos profetas, “dos veces tanto como la cantidad de personas que salieron de Egipto” (Meguila 14A). Pero no todo lo que los profetas dijeron fue incluido en el Tanaj (La Biblia): Sólo las profecías que son necesarias para las generacioens futuras, lo que es relevante también en el futuro. La profecía en su esencia es provisoria, aunque a veces pueden surgir circunstancias en las generaciones futuras semejantes, y por ello esas profecías fueron escritas, para que aprendamos de una situación similar que ya ocurrió en el pasado. Pero eso no cambia la esencia de ella: La Torá es eternidad – y la profecía es temporal.