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"Subamos de una vez", "incluso cien veces"
Rav Itiel Ariel
(Beahavá Ubeemuná No569)

Los comentaristas en nuestra Parashá acostumbran a centrarse en el Pecado de los Espías, en los factores - espirituales y anímicos - que lo generaron, y en los esfuerzos desesperados de Kalev de callar al pueblo y revivir el espíritu de valentía y conquista de Eretz Israel. Y no hay ningún estudio en el Beit HaMidrash (centro de estudio de la Torá) sin innovaciones. Y a pesar de ello, deseo tratar otro punto de este episodio, que nos exige realizar un balance parcial de los resultados del altercado entre Ioshua y Kalev, contra el resto de los espías y todo el pueblo - en el que los primeros salieron perdiendo.
A primera vista, es difícil encontrar algún logro de los que luchaban por la fidelidad a la mitzva de conquistar la tierra, la fuerza de su fe - "subamos de una vez, y tomemos posesión de ella" (Bamidvar 13:30) y su capacidad de sacrificio - "incluso si estuviese en el cielo, y Moshé nos dice que debemos hacer escaleras y subir, tendremos éxito" (Rashi, allí). Y no solo que ellos fracasaron en su intento de convencer al pueblo, sino que por demás, su lucha produjo más daño aún. Y quizás si hubiesen prescindido de ella - los daños espirituales producidos hubiesen sido menores: Si antes de sus palabras la polémica pública se limitaba al aspecto bélico, y el argumento utilizado era que "el que no es capaz, está exento", cuando el testimonio "profesional" de los espías fue aceptado sin vacilaciones por el público, justamente la discrepancia de Ioshua y Kalev fue la que motivó duras expresiones de desprecio por la tierra, y calumnias (ver Ramba"n, Bamidvar 13:32).
Es más: Si les parecía a Ioshua y Kalev que su legítimo liderazgo y su posición basada en la fe les permitirá ocupar un lugar efectivo para influir en la opinión pública y en los procesos de toma de decisiones, para su amarga desilusión les fue aclarado que todos los medios son justificables para marginarlos y dejarlos en una posición tal que no puedan intervenir. Los métodos se van perfeccionando, y en nuestra generación no es necesario apedrear a los que son fieles a D's y a sus mitzvot: Se puede truncar su lucha, no dejarlos expresarse y ahogar el gemido de los que aman a Eretz Israel. Y a lo sumo ellos podrán consolarse con la promesa personal que recibieron de entrar en la tierra - pero también ello, sólo dentro de cuarenta años, cuando toda su obra en el presente se desmoronará y se degenerará.
Y de acuerdo a ello, preguntó el autor de "Meshej Jojmá" (comienza "Vaikrá"): Por qué rezó Moshé por Ioshua en forma personal, y cambió su nombre para que D's lo salve de lo que tramaban los espías?. Acaso se trataba de salvar en forma particular del pecado a Ioshua - su discípulo más cercano?. O quizás ese rezo tiene un sentido más amplio, para con todo Am Israel, para todas sus generaciones?. Y su respuesta: Ioshua es el que condujo la primera guerra contra Amalek, y por ello le es necesaria una bendición especial en nombre de todo el público, que - D's no lo permita - no llegue a consentir con la victoria de Amalek que habitaba en el Sur. Porque si Ioshua hubiese consentido con ello, habría acentuado la crisis, y desmoronaría el ánimo de Am Israel por varias generaciones. Y la conclusión, es que ese logro tendrá una importancia crucial en la próxima generación.
Y a continuación él describe la crisis de liderazgo en la que
Am Israel se encontraba, desde la profecía de Eldad y Midad que habían dicho "Moshé fallece, y Ioshua introduce [al pueblo] a la tierra". Esa profecía quizás todavía no había sido asimilada en toda su envergadura por el público general, pero los espías bien comprendieron qué significa combatir por Eretz Israel sin los milagros y los méritos de nuestro Rav Moshé - y dudaron que esa generación sea capaz de salvar ese escollo exitosamente. Pero el autor de "Meshej Jojmá" recalca que incluso ellos reconocieron que eso no es necesariamente cierto también en cuanto a la nueva generación, ya que dijeron "porque es más fuerte que nosotros" (Bamidvar 13:31) - pero no es más fuerte que "ellos". Y también esa confesión a medias es un logro.
Y aprendemos de ello, que también en situaciones de difíciles crisis en relación a Eretz Israel y la Torá de Israel, tiene un valor auténtico la declamación de "subamos de una vez", y como dijeron nuestros sabios en otros aspectos, "incluso cien veces". Y también si las personas de esa generación no comieron los frutos de esa lucha, es ella la única herramienta que le da esperanzas a las generaciones futuras de ser merecedoras de un mayor éxito. Hasta que finalmente ellos elegirán adoptar el modelo de fe de la minoría, y descartar el modelo de desaliento de la mayoría. Porque más allá del aporte oculto de la fidelidad a D's y a Su tierra de esos pocos individuos, hay un aporte evidente a la conciencia pública, cuando es reconocido que la resolución le fue impuesta a la minoría en contra de su voluntad, y nunca consintieron con ello. Y de esa forma también en el futuro, cuando con la ayuda de D's las condiciones sean más propicias y surgirá una oportunidad adecuada, los pocos se multiplicarán y volverán a cumplir su juramento, "subamos de una vez", y demostrarán que también después de la dura crisis - y quizás justamente a causa de ella - "muy bien podremos conquistarla" (Bamidvar 13:30).