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Rav Eliezer Shanvald Liderazgo en crisis
Rav Eliezer Jaim Shainvald
(Beahavá Ubeemuná No519)

El episodio de la controversia de Koraj gira alrededor del tema del liderazgo que D's eligió. En nuestro Beit Midrash (centro de estudio de la Torá) intentamos aprender de esos temas un significado actual para el desarrollo y fortalecimiento del liderazgo en nuestros días.
Koraj elige atacar a nuestro Rav Moshé en el plano personal, como si él distribuyese los cargos importantes a las personas allegadas a él: "'Bastaos!' - ustedes habéis tomado para vosotros mismos demasiados cargos importantes... 'por qué os ensalzáis' - si tú tomaste para ti el reinado, no deberías haber designado a tu hermano como Cohen (sacerdote)" (Bamidvar 16:3, Rashi). Cuando Koraj enrola otras personas para fortalecer su disputa y niega el liderazgo de nuestro Rav Moshé, esa controversia pasa a ser una crisis de proporciones generales, y pone a prueba el liderazgo de Moshé.
Un liderazgo auténtico emana del sentimiento de responsabilidad e interés del líder por las necesidades del público, como explica el Rav Kuk zt"l (Orot HaKodesh Guimel, pág. 155): "Cuanto más se eleva una persona en su aspecto espiritual, siente más y más el gran valor del público, el público comienza a vivir dentro suyo. En su corazón y en lo profundo de su voluntad él siente las necesidades del público, el esplendor del valor de la vida que late en la totalidad del público. Y frente a sus ojos el público se presenta como toda una unidad, él siente la presencia palpable del público, y se colma de un amor y un respeto sin límites por él. Y entonces, él se eleva y llega a ser un líder ideal del público. Sus pensamientos se santifican con la kdushá (santidad) del público, y su nivel moral se eleva hasta que se transforma en un tzadik (justo) para el público". Una persona común y corriente, siente responsabilidad e interés por su círculo personal limitado. Pero un líder auténtico se eleva a un nivel tal que el radio de responsabilidad e interés se expande también a todo el público. Él siente responsabilidad e interés por el destino y la vida del público como si se tratase de su vida propia.
Cuando líderes comunes son atacados en el plano personal, ellos tienden a dejarse llevar a ese plano: Defienden su honor e intentan resguardarse del peligro que ese ataque implica para su futuro como persona particular, y no siempre logran permanecer en el nivel público general - preocupándose por no dañar el futuro del público. Sobre todo tratándose de líderes que se sacrificaron a sí mismos por el público, y ahora ellos sienten el desagradecimiento y la traición por parte de los que se les oponen. En contraste, frente al ataque de Koraj en el plano personal, nuestro Rav Moshé no se deja llevar al nivel personal. Se trata de un liderazgo sublime, que se ocupa de los aspectos esenciales de la vida del público y del peligro que puede engendrar esa controversia para él, como nos aclaran nuestros sabios: "'Y cayó sobre su rostro' - por la controversia, ya que se trata del cuarto pecado del público. Cuando pecaron en el Becerro de Oro - 'Moshé suplico' (Shmot 32:11). Cuando se lamentaron - 'Moshé oró al Eterno' (Bamidvar 11:2). Cuando pecaron los diez espías - 'entonces lo oirán los egipcios' (Bamidvar 14:13). Pero en la controversia de Koraj, enflaquecieron las fuerzas de Moshé!. Como un príncipe que faltó para con su padre - el rey - y su amigo lo apaciguó. Una vez, dos veces, tres veces. Cuando faltó por cuarta vez, enflaqueció su amigo y dijo: Hasta cuando continuaré molestando al rey?, quizás terminará por dejar de escucharme!" (Bamidvar 16:4, Rashi, citando Midrash Tanjuma). También en un momento de crisis como ese, a Moshé le importa más el destino del público que el suyo propio. Ese es el modelo del liderazgo y la jasidut (devoción) en Am Israel, como explica el Ramja"l (Rabí Moshé Jaim Luzato) en su libro "Mesilat Iesharim" (cáp. 19): "Pero también hay otro segundo principio en la intención de la jasidut, y es el bien de la generación. Ya que lo adecuado es que todo jasid ponga por meta de todas sus acciones el bien de toda la generación - hacerlos meritorios y protegerlos. Y eso es lo que dice el versículo (Ishaya 3:10): 'Reconoced que al tzadik (justo) le va bien, porque el fruto de sus obras comerá', ya que toda la generación come de sus frutos". Para desarrollar un liderazgo auténtico de acuerdo a ese modelo, se le debe hacer adquirir a la persona capacidad de organización y dirección, pero no menos se debe construir sus virtudes personales.
Am Israel se encuentra en una lucha por su existencia. En este momento, es necesario desarrollar y reforzar un liderazgo en base a la Torá en distintos niveles, que sea capaz de fijar elevados ideales, que sea capaz de dirigir y reforzar el espíritu del pueblo.
Se acostumbra a relacionar el concepto de liderazgo con el campo militar, público o político. Pero muchas veces el liderazgo es puesto a prueba justamente en el plano de las virtudes personales, como aprendemos de nuestra Parashá. Es cierto que el desempeño de un cargo en el ejército es una buena escuela de liderazgo y capacita al individuo particular para enfrentar posibles dificultades relacionadas con los distintos factores que lo componen. Pero hay varios planos significativos en la edificación del liderazgo que es posible desarrollar justamente en el Beit HaMidrash - sobre todo en lo que respecta a la cristalización de los ideales, edificación de las virtudes y fortalecimiento de la personalidad.
En contraste con la concepción según la cual el "liderazgo" está ligado sólo con la administración en marcos públicos, o que su meta es dirigir un grupo de personas hacia un objetivo determinado, en nuestro Beit HaMidrash se debe aclarar que liderazgo es en primer lugar una cualidad y virtud de la personalidad. Liderazgo es estar dispuesto a dirigir un proceso necesario, y enfrentar las dificultades que se encontrarán en el camino. De esa cualidad surge la motivación de la persona para dirigir su vida, a través de su libre albedrío, según su fe y su concepción del mundo, ser dirigente y activo, y ser lo menos posible dirigido y pasivo. De ella obtiene la persona la fe en sí mismo, en su capacidad de hacer y cambiar, generar procesos de gran influencia, y reducir la influencia de poderosos procesos externos que ocurren, en la persona particular y en el público. Esa es la fuente del interés por los demás, de la toma de responsabilidad y de iniciativa activa. En base a esa virtud, la persona debe aspirar a ser partícipe de la vida pública y de acceder al liderazgo en distintos niveles - ampliar su campo de responsabilidad e interés por el destino del prójimo y de todo el público. Ella es también la que garantiza la capacidad de desarrollar un liderazgo que emana de la responsabilidad y la humildad - y no de la arrogancia.