Artículos | Imprimir | Página inicial


Rav Shlomó Aviner Rabí Black

Rav Shlomó Aviner
(Beahavá Ubeemuná No553)
 
(Traducción de una canción de EE.UU.)
 

Él andaba en silencio, montado en su caballo
era alto y delgado.
A primera vista, él parecía ser
cruel y duro
pero si lo mirabas a sus ojos
podrías ver que te equivocabas.
Él era un gigante entre los gigantes
y quiero que sepan
que él impartía musar (cultivo de las virtudes) ardiente en el hielo congelante.
Llevaba con él un jumash en el bolso a su lado
y la gente lo llamaba con sencillez
Rabí Black.
Era un pobre mísero
pero… se lo sentía como un rey.
Y a veces, por la noche, podía escucharlo cantar:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)
 

Si alguna vez pensé
que esa persona vestida de negro era débil
falto de valor, incapaz de devolver ofensas
dejé de lado ese pensamiento
ese día en que un atrevido
entró al Beit Kneset (Sinagoga)
pero no para rezar.
Pateó la puerta de entrada
e insultó a todos, a diestra y siniestra
y cuando se hizo silencio
se dirigió al Rav
le escupió en la cara
y lo golpeó como si fuese una mula.
En situación semejante, yo creo que se necesita ser realmente tonto
para mirarlo a los ojos
sin devolverle los oprobios
pero fue justamente eso lo que hizo
el anciano Rabí Black.
Permaneció incólume como una roca
por encima de todo hombre
y también se contuvo cuando ese atrevido
lo volvió a golpear
pero lo taló
como si fuese un gran árbol antiguo
cuando le dijo con una increíble voz suave:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)
 

Pasaron muchos años
desde que nos vimos obligados a separarnos
pero yo creo
que aprendí de memoria sus caminos
todavía escucho en mis oídos
la voz tronante de sus disertaciones
que todavía resuena en el mismo valle
donde acostumbraba a cantar.
Es de esa forma que continué tras él
y no me arrepiento de ello
y espero que siempre
actúe en honor de su memoria
porque quiero que entiendan
que ese anciano Rabí Black
fue como mi padre
del que aprendí:
"Guarda tu lengua de hablar el mal,
y tus labios de hablar engañosamente.
Apártate del mal, y obra el bien
busca la paz y persíguela" (Tehilim 34:14)