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La gueulá (Redención) de Am Israel es uno de esos procesos maravillosos que no pueden ser previstos por seres de carne y hueso. Una de las posibilidades, es tratar de esbozarla en base a la gueulá de Am Israel cuando salió de Egipto, como dice el versículo: "Como en los días que saliste de la tierra de Egipto, Yo les haré ver maravillas" (Mija 7:15). Y así comentaron ese versículo en el midrash: "Les dijo D's; en este mundo Yo les hice maravillas, y los redimí de la esclavitud de Egipto - en forma semejante en el futuro los redimiré de la esclavitud de Edom y les haré maravillas, como dice el versículo 'como en los días que saliste de la tierra de Egipto, Yo les haré ver maravillas'" (Tanjuma, Toldot 17).
Muchos acontecimientos ocurrieron en Egipto similares a los eventos en nuestros días. Citaremos un ejemplo: Cuando Moshé se dirige por primera vez a Am Israel y les notifica la buena noticia de la gueulá, ellos lo escucharon y se alegraron, como dice el versículo: "Y cuando oyeron que el Eterno había recordado a los hijos de Israel, y que Él había visto su aflicción, hicieron una reverencia y se arrodillaron" (Shmot 4:31). En paralelo, así era la atmósfera al principio del Movimiento Sionista, como relata Berl Katznelson en su libro "Arajim Gnuzim" (pág. 125-126): "El Movimiento de los Trabajadores de Eretz Israel es un movimiento mesiánico, tiene por objetivo apresurar el momento de la redención, ve al Sionismo como parte de la redención del género humano, y considerará incompleto al Socialismo si no será redimido el Pueblo Judío". Los primeros Sionistas eran "mesiánicos"!. Pero esa euforia no duró mucho tiempo en nuestros días, a semejanza de lo que ocurrió en Egipto: Paró (El Faraón) aumentó el peso del yugo sobre el pueblo, y este comenzó a dudar si realmente Moshé logrará su misión. No sólo puso en tela de juicio la llegada futura de la gueulá, sino que comenzó a dudar si tan siquiera se está acercando: Ellos ven por delante todo negro y arguyen que Moshé los hace odiosos a los ojos de Paró, como si le hubiese entregado una espada en su mano para matarlos (Shmot 5:21). Y la desilusión llega a apoderarse incluso de nuestro Rav Moshé, quien se le queja a D's diciendo: "Pues desde que vine a Paró para hablarle en Tu nombre, él ha maltratado a este pueblo, y Tú no has librado a Tu pueblo" (Shmot 5:23), y agrega "Por qué me has enviado?" (Shmot 5:22).
Para responderle, D's le revela a Moshé el secreto de la gueulá: La gueulá no llega de pronto, de una vez, sino que llega paulatinamente, paso a paso. Él le enseña los cinco términos de la gueulá: "Y os sacaré", "y os libraré", "y os libertaré", "y os redimiré" (Shmot 6:6), "y os tomaré" (Shmot 6:7) y finalmente "y os llevaré a la tierra" (Shmot 6:8). Pero cuando Moshé regresa al pueblo y les hace saber el programa de la gueulá, esta vez el pueblo no reverencia ni se arrodilla. Sencillamente, ellos lo ignoran, como dice el versículo: "Mas ellos no escucharon a Moshé, por impaciencia de espíritu y a causa de la dura esclavitud" (Shmot 6:9). Am Israel está dispuesto a ser redimido, pero desea una gueulá en bandeja, "gueulá ahora", de inmediato, sin complicaciones ni pruebas. Pero el proceso de la gueulá no será así, como dijeron nuestros sabios: "'Mi amado es como un gacel' (Shir HaShirim 2:9) - de la misma forma que el gacel aparece y luego vuelve a ocultarse, el primer redentor apareció y luego se ocultó. Rabí Berjia dice citando a Rabí Levi: Como el primer redentor, así será el último" (Midrash Raba 11). Es decir, en el camino a la gueulá habrá ascensos y descensos.
En otras fuentes nos indican nuestros sabios que la gueulá se revelará progresivamente, como la conocida comparación de la gueulá con el alba: Al principio brilla un poco y paulatinamente la luz aumenta, cada vez más (Ierushalmi, Ioma 3:2). Y así describe el profeta Iejezkel la gueulá futura: "Pues Yo os tomaré de entre las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestra propia tierra" (Iejezkel 36:24). Al principio, una redención material - reunión de los exilios y el regreso de Am Israel a su tierra. Pero el pueblo después de haber regresado a su tierra y haberse aclimatado a ella, será necesario purificarlo espiritualmente y moralmente: "Luego rociaré sobre vosotros agua pura, y os purificaréis… también os daré un nuevo corazón, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros, y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne" (Ídem., 25-26). Y después de cesar de hacer el mal, llegará el turno de hacer el bien, que es el tercer paso: "Y pondré Mi espíritu dentro de vosotros, y haré que andéis en Mis estatutos, y guardéis Mis leyes, y las pongáis por obra" (Ídem., 27). Y después de esos tres pasos, se revelará la gueulá plena: "Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vosotros seréis Mi pueblo, y Yo seré vuestro D's" (Ídem., 28).
El israelí moderno - la tercer generación en Eretz Israel - ya hace tiempo que olvidó la visión que trajo a esa tierra a Berl y sus camaradas, ha perdido su capacidad de resistencia nacional - ya sea por el cansancio o por la educación desconectada de los valores judíos que recibió - hasta tal punto que se convirtió en una persona impaciente que busca "atajos" y soluciones inmediatas, aquí y ahora, y acepta sumisamente toda solución fantástica, incluso si implica peligros nacionales - concretos y reales- y es contraria a los intereses nacionales. Debemos repetirnos a nosotros mismos que nos encontramos sólo en medio del primer paso de la gueulá, y no podemos sacar conclusiones respecto a todo el proceso en base a las dificultades momentáneas que surgen. Y nuestro pueblo, que no le teme a un largo camino, tiene fe en que "a pesar que se demore, llegará".