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Rav Elishá Aviner "Con dolor parirás"
Rav Elishá Aviner
(Beahavá Ubeemuná No536)

Hay quienes se preguntan: Por qué D's decidió apenar a Java con un castigo que dificulta el nacimiento y la educación de los hijos?. Para qué lesionar algo tan crítico, del que depende la continuación de las generaciones de la humanidad?. Sabemos que las penitencias Divinas son castigos educativos: Pero qué aporte educativo tiene "multiplicaré en gran manera tus preocupaciones [='los sufrimientos del criado de los hijos', Rashi] y los dolores de tu preñez [='los dolores del embarazo', Rashi], con dolor parirás hijos [='dolores de parto', Rashi]" (Bereshit 3:16)?.
La verdad debe ser dicha, también nos resulta difícil comprender qué dimensión educativa tiene el castigo de Adam: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan" (Bereshit 3:19). En cuanto al versículo que dice "maldita sea la tierra por tu causa" (Bereshit 3:17), comenta el Netzi"b (Rav Naftali Tzvi Iehudá Berlín): La tierra será maldecida para tu bien. Él explica que de momento que el Primer Hombre se aparto del amor por D's, es bueno para él que la tierra sea maldecida y se vea obligado a obtener su sustento esforzándose mucho y trabajando. "Y todo eso, es para el bien del hombre, para que no se aparte de los senderos de D's. Como dijeron nuestros sabios (Avot 2:2):'Es bueno el estudio de la Torá con el trabajo, porque el ajetreo de ambos alivia el pecado'". De momento que el Primer Hombre aprovechó para mal la libertad que le fue concedida, ya no le es adecuado que tenga "tiempo libre", y por ello D's le dificultó el sustento y sus otras necesidades, para que siempre esté atareado procurándolas y no tenga posibilidad de ocuparse de cosas superfluas y peque. Por ello, esa maldición que persigue a la humanidad desde ese entonces hasta hoy en día, es para su bien. La abundancia material y la vida cómoda son peligros espirituales para la humanidad. Demasiado "tiempo libre" produce una degeneración, y D's "se encarga" de procurarle a la persona "trabajo". Esa idea fue expresada con anterioridad al Netzi"b por el Malbi"m: "'Por tu causa' - por tu necesidad. Porque de momento que has comido del fruto del Árbol de la Sabiduría, si procurarás tu sustento con facilidad, cada día sentirás la necesidad de satisfacer nuevos deseos. Y por ello deberás ocuparte siempre de tu trabajo, para comer el pan… y no estarás libre para idear malos deseos".
El Netzi"b señala también a su comentario en la Parashá "Shlaj Leja". Allí, Ioshua y Kalev le responden a los demás espías diciendo: "La tierra por donde hemos pasado para explorarla, es una tierra buena en gran manera" (Bamidvar 14:7). Por qué recalcan ellos la cualidad de la tierra?. Los otros espías también coincidieron que es una "tierra que mana leche y miel" (Bamidvar 13:27)?. Contesta el Netzi"b que Ioshua y Kalev querían convencer al pueblo que la abundancia material de Eretz Israel no los pervertirá, "es cierto que la tierra es buena… ya que la abundancia de ella no hace pecar en gran manera", ya que existe en ella una conducción Divina singular, que garantiza que la abundancia natural no dañará al espíritu de Am Israel, ni producirá su caída. Y es sabida la pregunta de los primeros sabios: Es cierto que Eretz Israel le fue prometida a los patriarcas, pero una "tierra que mana leche y miel" fue prometida sólo al principio del libro Shmot (Éxodo) a Am Israel, y no a los patriarcas?. Contestó el Rav Kuk (Ein Ayá, Brajot pág. 410) que la "bendición de la naturaleza" [="tierra que mana leche y miel"] en efecto es peligrosa, porque le permite al pueblo "dormirse en brazos de la holgazanería o generar una cultura negativa", como fue escrito: "Y él hubiere comido, y se hubiere saciado, y engordado, se volverá a otros dioses y les servirá" (Dvarim 31:20). Pero a los patriarcas de la Nación de Israel le fue dicho que sus descendientes serán nobles, que se merecerán el vigor y la plenitud espirituales, y por ello la abundancia material no los dañará. Sólo gracias a la promesa de D's para con los patriarcas - que seremos un pueblo con un contenido intrínseco espiritual singular - fuimos merecedores de que nos sea entregada una "tierra que mana leche y miel". Por supuesto, deberemos andar un largo camino hasta que lleguemos al nivel espiritual que le fue prometido a los patriarcas, y mientras tanto el encuentro con la abundancia material nos hizo fracasar una y otra vez, pero - sostiene el Rav Kuk - esa es una enfermedad pasajera.
Luego de haber aclarado el valor educativo de la maldición del hombre, nos ocuparemos de la maldición de Java, "con dolor parirás". Qué provecho tiene ella?. El Rav Kuk (Ein Ayá, Shabat pág. 163) explica que el pecado de Adam y Java menoscabó su nivel espiritual y el de sus descendientes. Su sentido natural de la moral fue dañado, y su lugar lo heredó las malas virtudes y las malas tendencias - "yo soy, y fuera de mí no hay otra!" (Ishaya 47:10), egoísmo, envidia, descuido y odio. Esas malas virtudes que nos son tan conocidas en las relaciones entre las personas, podrían haberse propagado incluso para con los descendientes naturales. La enajenación parcial - y a veces total - de los padres para con sus hijos, tiene su raíz en la pérdida del sentido de la moral y el amor naturales.
Los fuertes dolores del embarazo y el parto, y el sacrificio de los padres - que a veces llegan hasta el punto de hacer peligrar su propia vida - garantizan en gran manera el amor de la madre por sus hijos. El dolor del parto y el sufrimiento del criado de los hijos profundizan el sentimiento de pertenencia y el vínculo con los hijos, la responsabilidad y el compromiso para con ellos. El dolor en el embarazo hace germinar el amor de la madre para con su simiente, y el esfuerzo en su criado fortalece ese amor. "El dolor y el peligro que están ligados con el nacimiento, son los que le permiten expresarse en la práctica al amor que se encuentra en lo profundo de la justicia, hasta que se difunde como es correcto - por lo menos para con los seres humanos más cercanos, los hijos que nacen con dolor, a causa del pecado. El cometido de los dolores de parto es restringir la maldad que se esconde en la naturaleza de la persona que dice 'yo soy, y fuera de mí no hay otra!' (Ishaya 47:10), y no es capaz de sentir amor y aprecio sino de lo que llega a través del dolor y el sacrificio". Una madre que posea un sentido de la moral correctamente desarrollado seguramente se revelará ante semejante idea, y argumentará que su amor por su descendencia emana de la bondad que mora de su corazón, del amor por la "imagen y semejanza Divina", del amor por todo lo que tiene vida!. En efecto, el Rav Kuk recalca al final de su comentario que todo ello es necesario para " la persona que dice 'yo soy, y fuera de mí no hay otra!' (Ishaya 47:10), y no es capaz de sentir amor y aprecio sino de lo que llega a través del dolor y el sacrificio".
Quizás el avance tecnológico moderno que nos permite aliviar el dolor del parto insinúa que la humanidad ha llegado a un punto que se merece la confianza Divina, ya que ha comenzado a superar su maldad - se le ha sumado sensibilidad, es una humanidad que ama, parte de su sentido moral ha sido recuperado, y es posible confiar que el amor natural de la descendencia surja también sin los fuertes "dolores". La disminución de la maldición es testigo no sólo de un cambio de la actitud Divina para con nosotros, sino que también de la confianza que Él deposita en nosotros. Pero no debemos perder las proporciones: La maldición no ha desaparecido, de la misma forma que la maldad humana no lo ha hecho. Es cierto que el dolor del parto ha sido disminuido, pero el sacrificio del criado de los hijos, no!. Todavía le queda un gran trecho a la humanidad para purificarse de sus escorias, y entonces será merecedora solamente de la bendición de D's.